Orquesta Sinfónica de Xalapa escribe otro hito en su historia de 95 años y 80 de la UV

Público de Veracruz, Tlaxcala, Ciudad de México, Querétaro, Jalisco, Guanajuato y Estado de México llenó la sala para disfrutar la también conocida como “Sinfonía de los Mil”

Maribel Sánchez / Diario de Xalapa

  · sábado 20 de abril de 2024

Concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa / Foto: Jesús Escamiroza / Diario de Xalapa

Xalapa, Ver.- La noche del 19 de abril de 2024 queda registrada en la historia musical de Veracruz y México como la fecha en la que por segunda ocasión en Xalapa y la primera en la sala de conciertos Tlaqná fue ejecutada la Octava Sinfonía de Mahler, pocas veces interpretada por ser una de las de mayor complejidad en el repertorio orquestal clásico y la necesidad de reunir a un numeroso grupo de artistas.

Público de Veracruz, Tlaxcala, Ciudad de México, Querétaro, Jalisco, Guanajuato y Estado de México llenó la sala para disfrutar la también conocida como “Sinfonía de los Mil”, con la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), seis coros y ocho solistas, quienes al final recibieron un aplauso que se prolongó por ocho minutos.

Concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa / Foto: Jesús Escamiroza / Diario de Xalapa

Al momento le antecedió una cálida noche de viernes con un tráfico que a muchos hizo pensar no llegarían para ocupar una de las localidades agotadas desde días previos; dentro de Tlaqná, los 350 artistas ocupaban ya los 265 metros cuadrados habituales y el área del balcón, ubicación que daba cuenta de la monumentalidad de la obra.

Ante la necesidad de colocar un piano y un órgano, el director titular Martín Lebel ingresó a la sala por otra puerta, seguido de los solistas invitados Gabriela Flores, Graciela Morales, Tania Solís, Belem Rodríguez, Angélica Alejandre, Jafet Maldonado, Gilberto Amaro y Genaro Sulvarán, en celebración adelantada por 95 años de la OSX y 80 de la Universidad Veracruzana.

Entre aplausos, inició el concierto de temas universales y espirituales, ante una audiencia con diversidad de edades e intereses. Estaban allí quienes solo iban a disfrutar, pero también estudiantes que hacían anotaciones en sus libretas, personas que grababan video o tomaban fotos para capturar el momento histórico y hasta directores de bandas y orquestas que no contenían la mano y parecía llevaban la batuta.

La obra creada en 1906, con estreno en 1910, se escuchó con alturas e intensidades que provocaron un vaivén de emociones en la audiencia, primero con el himno medieval “Vení Creator Spiritus”, atribuido al monje Kabano Mauro, y después con la escena final de la segunda parte del “Fausto” de Goethe, con la característica de que cada vocal en la sinfonía representa a un personaje diferente.

Descrita como una noche inolvidable, la presentación tiene su historia general y otras personales, entre ellas la del violinista Félix Alanís, quien después de varios años en la OSX tuvo su primer concierto oficial como principal de segundos.

Una más es la de la mezzosoprano Gaby Flores, la xalapeña que regresó a su tierra natal y afirmó sentirse privilegiada de haberlo hecho por una obra del canon clásico que comúnmente no se interpreta.

Concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa / Foto: Jesús Escamiroza / Diario de Xalapa


También está la de Carlos Manjarrez Ortiz, quien viajó de Querétaro para escuchar la “Sinfonía número 8 en mi bemol mayor” y tener uno de los programas de mano. Él se ha vuelto coleccionista y afirma conservar los programas de mayor relevancia en México.


Otros casos destacados son los de quienes a pesar de no contar con boleto llegaron a Tlaqná con el fin de obtener una localidad, “por si alguien se apiadaba”, y los de músicos de la OSX que tocan por segunda vez la obra, la primera en 2001, bajo la batuta de Francisco Savín Vázquez.

Detrás del hito musical también se escribieron anécdotas para sortear el tráfico y poder ocupar lugar en el área destinada para el Coro de la Universidad Veracruzana, la Camerata Coral de la Facultad de Música-UV, el Coro ISMEV, Coro Wahine, Coro Orfix y Coro Sinfónico BUAP-CCU.

Sus prisas, nerviosismo y ensayos previos se vieron compensados por la ovación de ocho minutos, tras la que vino una vuelta a la realidad, el regreso en calidad de triunfo por el tráfico, lo mismo para quienes decidieron abordar el Usbito, autobús que permite la llegada de estudiantes y personas que contribuyen a diversificar el público al cual llega la OSX, la tarde del sábado 20 de abril repite experiencia.