Cada inmueble y rincón de la ciudad de Xalapa resguarda una leyenda o historia que ha pasado en boca en cada generación. Con la llegada de las festividades por el Día de Muertos, la neblina y el ambiente frío, en la capital del estado salen a relucir las incontables historias que ha acontecido.
¿Habías escuchado sobre un exorcismo ocurrido en plena ciudad de Xalapa? En esta ocasión te contaremos un poco más sobre este caso que sale a relucir nuevamente debido al impacto que generó en su momento.
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¿Cuándo y dónde ocurrió el exorcismo en la ciudad de Xalapa?
El inmueble donde ocurrió este acontecimiento se encuentra actualmente sobre una de las avenidas más transitadas de la ciudad y nos referimos al Centro de Especialidades Médicas de Veracruz (CEM), ubicado sobre Adolfo Ruiz Cortines.
En dicha narración se destaca la participación del padre Juan Manuel Martín del Campo, quien, de acuerdo a diversas versiones y relatos, era un distinguido y reconocido exorcista. Entre dichos acontecimientos destacaban el ocurrido en la ciudad de Xalapa, mismo fragmento que se puede encontrar en una narración que se encontraba en su libro “Yo soy el Padre Martín”.
Mediante recopilaciones sobre un cuaderno de apuntes del padre Juan Manuel, la historia se remonta al mes de noviembre del año de 1994 en el mencionado Centro de Especialidades, donde la madre de una enfermera, de la zona de Papaloapan, tomó la decisión de acercarse al padre para comentarle el estado actual de su familiar, ya que la mujer “presentaba diversas manifestaciones raras”.
A pesar del tratamiento de diversos médicos, ninguno podía resolver su caso, por lo que muchos concluían y temían algunas “manifestaciones diabólicas” y para descartar cualquier situación, fue que decidieron acudir al padre.
Era tal el caso que “provocaba miedo” en diversos trabajadores del Centro de Especialidad, por lo que especialistas del lugar decidieron pedir la ayuda del sacerdote y una vez aceptada, examinó a la mujer llegando a la conclusión que el caso era grave, tal cual como una posesión demoniaca, por lo que tomó la decisión de realizar un exorcismo.
De acuerdo a los apuntes del padre y plasmados en el libro señalan que, cuando el mismo iba sobre los pasillos (del CEM de Xalapa), y sin que la mujer afectada lo supiera, dijo con una voz distorsionada “ya viene el Martín, ya viene el Martín, jajajaja”, mismas que venían acompañada de diversas carcajadas.
En sus declaraciones, el padre menciona que la mujer presentaba diversas heridas en el rostro, mismas que fueron “provocadas por una presencia demoniaca y espíritus del mal”. Ante la presencia del padre la mujer comenzaba a tironearse de una forma violenta, además, intentaba golpear a todo aquel que tenía la mínima intención de ayudarla, por lo que tuvo que ser sujeta a la cama en la que se encontraba.
Entre labios resecos y partidos debido a la severa deshidratación que la mujer presentaba, el padre realizó las respectivas oraciones de expulsión, en las que, de acuerdo a sus declaraciones, se equivocó, mismo que provocó que la mujer le lanzara escupitajos y diversas ofensas, sin embargo, después de pasar un largo tiempo, la mujer entró en “llanto y posteriormente en paz”, por lo que se podía concluir que el exorcismo resultó un éxito.
De acuerdo al relato, el padre volvió al siguiente día y pudo observar cómo el rostro de la mujer cambió radicalmente, al convertirse en uno totalmente amable y tranquilo, además de que señaló que la víctima nunca había sido bautizada y que su madre era una mujer “dedicada a la hechicería”.
Tras lo acontecido, se menciona que en el Centro de Especialidades Médicas se instaló una cruz en el inmueble.
Este caso fue uno de los más reconocidos para el padre, por lo que el Consejo de Obispos y Cardenales le otorgaron el nombramiento de “venerable”, un paso previo para que un sacerdote pueda ser reconocido como beato, en caso de poder comprobarle algún milagro.
Es importante señalar que el padre nació en el estado de Jalisco, específicamente en Lagos de Moreno, pero la mayoría de su estancia fue en el estado de Veracruz donde también fue seminarista, profesor, confesor y exorcista, siendo el caso de Xalapa, uno de los más reconocidos para él.