En el funeral de Roberto no hubo flores, fueron bolsas y bolsas de alimento para gatos las que rodearon su féretro, justo como él lo pidió.
Los gatitos Maya, Cuca, Manchitas, Peñafiel y Tita fueron no solo sus fieles compañeros hasta el último momento de su vida sino también la motivación para que pidiera como última voluntad la donación de croquetas para alimentar a gatos en situación de calle o rescatados.
Su petición
El pasado 15 de marzo Roberto murió pero el legado de amor no ya que su petición se transformó en casi 500 kilos de alimento para gatos que ya fue entregado a albergues y rescatistas.
"Su deseo fue que, al despedirle, las flores se convirtieran en alimento para michis el cual será donado en su nombre", se lee en la esquela que su esposa Amanda compartió con familiares y amigos, tal como él lo pidió.
Hace casi dos años a Roberto González le fue diagnosticado cáncer de colon en una etapa avanzada, por lo que uno de sus últimos deseos fue sumar voluntades para entregar alimento a los gatos en situación de abandono o vulnerabilidad.
Su esposa Amanda González recuerda que nunca imaginaron la respuesta que iban a obtener con esa petición; y lograron reunir casi media tonelada de alimento que fue entregada a albergues y activistas.
Narra que Roberto no era una persona de gatos en un inicio, pero cuando empezaron a ser novios en casa de ella había una gatita callejera que después murió, y cuando se casaron adoptaron un gato que terminó criándose con su mamá.
Al paso del tiempo, empezaron a llegar amistades y familiares con gatitas y gatitos rescatadas hasta que se hicieron de cinco. Hace casi dos años, cuando le diagnosticaron el cáncer empezaron a llegar más michis callejeros a casa para pedir alimento.
"Mi esposo era una persona muy bromista, irónico, sarcástico y de pronto nos decía que él no quería velorio, todos estos rituales que se tienen después de la muerte porque él decía que a las personas se les daba en vida y en alguna ocasión en los últimos meses, platicando en casa yo también le bromeaba y le decía ‘pues al final va a ser tu velorio pide lo que quieras’ y decía ‘¿qué podré pedir?’ y dijo tienes razón, voy a pedir alimento para gatitos y gatitas en condición de calle y ustedes lo entregan”.
Roberto de 43 años falleció el 15 de marzo pasado y sus familiares decidieron cumplir su voluntad por lo que en una esquela fue donde se plasmó su deseo.
“Sí hubo flores en su velorio, pero la gente empezó a llegar justo con alimento. Roberto al final sí era una persona de gatas y gatos, sus mascotas fueron quienes le acompañaron en estos últimos dos años de su vida, siempre estaban con él y ya enfermo adoptamos a los últimos dos, entonces las personas sabían de su cariño por estos animales”.
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La donación
El alimento obtenido se donó ya a los albergues Ada Azul y Amigos de los Animales, así como a dos activistas que en sus propias casas atienden a gatitos y gatitas callejeros y han sido ellos mismos quienes hicieron público ese gesto de Roberto.
Amanda, quien se casó con Roberto en 2009 después de dos años de noviazgo, aprecia el detalle que han tenido para darlo a conocer pues sostiene que con ello se honra su memoria y en algún momento constituirá la herencia que le deja a su hijo y es que incluso en su colegio, días después del fallecimiento de su esposo, convocaron también a hacer su propia colecta.
“Siento que con esto también se puede sentar un precedente de que aun en esa situación tan difícil, podemos hacer algo por personas o seres que nos necesitan. Esto es motivo de orgullo y parte del legado que él nos dejó”.
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El velorio que fue en el centro de Coatepec fue peculiar por eso, alrededor del féretro de Roberto no hubo flores, por lo menos no muchas, lo que más abundó fueron bolsas y bolsas de alimento para gatos.
“Yo creo que es lo que preocupaba a Roberto, él conocía de lo que sufren los animales en condición de calle, realmente un animal en condición de calle vive muy poquito. A él le preocupaba un gatito en concreto que le había puesto El despeinado que se acerca a la casa a comer, pero a pesar de que parece joven, ya no tiene colmillo, y era una de sus preocupaciones”.
