/ sábado 13 de octubre de 2018

A sus 22, una fuerte lesión medular obligó a Kenya Gisell usar silla de ruedas

Seis años después, recibe el Premio Estatal de la Juventud en la categoría “Discapacidad e inclusión social”

Kenya Giselle Núñez Cabrera recibió el jueves el Premio Estatal de la Juventud en la categoría “Discapacidad e inclusión social”. Hace seis años no imaginaba que tendría que moverse en silla de ruedas. La situación no la ha deprimido ni le ha restado sus ganas de vivir. Contrariamente, la ha impulsado a seguir adelante e involucrarse en el trabajo de la asociación civil que preside Recapacidad y Libertad.

Es una joven de 28 años de edad. Hace seis años, en octubre de 2012, sufrió una caída en la madrugada en su casa que la hizo permanecer en cama durante una semana; posteriormente se enteró que la caída tendría secuela y que la obligaría a andar en una silla de ruedas por una fuerte lesión medular.

Fue una situación muy difícil enfrentarme a esto, siempre he tenido el apoyo de mi familia y por ello pude reponerme del primer impacto y posteriormente andar en esta silla de ruedas y presidir la asociación con la finalidad de poder brindar ayuda a quienes sufren de algún tipo de discapacidad Kenya Gisell

Al momento del accidente Kenya estudiaba la carrera Gestión y Dirección de Negocios en la Universidad Veracruzana. Tuvo que darse de baja temporal para reingresar un año después, advirtiendo que regresar no sería tan fácil como antes.

Foto: David Bello

Me di cuenta que la facultad en la que estudiaba no tenía los implementos necesarios para quienes tienen alguna discapacidad. Ahí comencé una de mis primeras gestiones que fue solicitar que el salón de clases lo pudieran pasar a la planta baja para poder ir a mi curso. Afortunadamente en la UV me escucharon y me apoyaron a concluir mi carrera y aquí estoy dirigiendo ahora una asociación

Manifestó que cuando una persona se involucra en el mundo de las personas con discapacidad se da cuenta de que hay muchas necesidades para este sector de la población.

El solo hecho de salir de casa es ya una gran dificultad; luego, andar por las calles de una ciudad que no tiene los elementos necesarios para las personas con discapacidad es muy difícil, pero ello en lugar de vencernos nos debe impulsar a seguir adelante y eso es lo que yo elegí, seguir adelante porque el andar en una silla de ruedas no significa que sea el fin del mundo

Como cualquier otro joven que tiene estudios superiores, ha tenido que sortear muchas dificultades para poder encontrar un empleo:

De entrada, aunque no lo digan, hay empleadores que no lo ven a uno como una persona capaz para realizar determinado trabajo, ello ocasiona que la búsqueda de un empleo sea mucho más complicada, pero hay que tener decisión, no desanimarse y seguir adelante

La joven comentó que gracias al trabajo desarrollado en la asociación que preside ha podido conocer a mucha gente de varios sectores de la sociedad. “He trabajado en la iniciativa privada, pero es a raíz del trabajo desarrollado en la asociación como he podido conocer a más personas e incluso algunas de ellas me han ofrecido empleo que debo analizar seriamente, en ese sentido no me puedo quejar”, dijo.

Con respecto a la asociación Recapacidad y Libertad señaló que aunque ya lleva cuatro años trabajando con ella, la labor no ha sido sencilla porque hay poca credibilidad en la sociedad y en el gobierno en este tipo de organizaciones. ”Desgraciadamente hay quienes han abusado de este tipo de agrupaciones. Incluso hay quienes han hecho malos manejos con los recursos que les han sido otorgados, pero yo he querido trabajar mucho y cambiar un poco esa imagen que se tiene de estas asociaciones”, comentó.

Comentó que el Premio Estatal de la Juventud lo acredita al esfuerzo y al deseo de hacer bien las cosas, de presentarse ante la sociedad y el gobierno como asociación seria que desea trabajar por el bien de las personas con alguna discapacidad.

Ya llevamos trabajando cuatro años, la asociación aún no es donataria, pero en eso estamos, mientras tanto realizamos nuestro trabajo con cariño, con muchas ganas para que lo que nos proponemos se logre y tenga un beneficio la población con alguna discapacidad

“En verdad que no esperaba el Premio Estatal de la Juventud. Fue una gran sorpresa para mí por dos cosas: me inscribieron dos días antes de que cerrara la convocatoria y la trayectoria de otros jóvenes que tienen más años trabajando en el mismo tema podría dejarme fuera. Cuando me dijeron que yo era ganadora en una categoría no lo podía creer, después pensé que el Premio es producto del trabajo desarrollado”, aseveró.


Kenya Giselle Núñez Cabrera recibió el jueves el Premio Estatal de la Juventud en la categoría “Discapacidad e inclusión social”. Hace seis años no imaginaba que tendría que moverse en silla de ruedas. La situación no la ha deprimido ni le ha restado sus ganas de vivir. Contrariamente, la ha impulsado a seguir adelante e involucrarse en el trabajo de la asociación civil que preside Recapacidad y Libertad.

Es una joven de 28 años de edad. Hace seis años, en octubre de 2012, sufrió una caída en la madrugada en su casa que la hizo permanecer en cama durante una semana; posteriormente se enteró que la caída tendría secuela y que la obligaría a andar en una silla de ruedas por una fuerte lesión medular.

Fue una situación muy difícil enfrentarme a esto, siempre he tenido el apoyo de mi familia y por ello pude reponerme del primer impacto y posteriormente andar en esta silla de ruedas y presidir la asociación con la finalidad de poder brindar ayuda a quienes sufren de algún tipo de discapacidad Kenya Gisell

Al momento del accidente Kenya estudiaba la carrera Gestión y Dirección de Negocios en la Universidad Veracruzana. Tuvo que darse de baja temporal para reingresar un año después, advirtiendo que regresar no sería tan fácil como antes.

Foto: David Bello

Me di cuenta que la facultad en la que estudiaba no tenía los implementos necesarios para quienes tienen alguna discapacidad. Ahí comencé una de mis primeras gestiones que fue solicitar que el salón de clases lo pudieran pasar a la planta baja para poder ir a mi curso. Afortunadamente en la UV me escucharon y me apoyaron a concluir mi carrera y aquí estoy dirigiendo ahora una asociación

Manifestó que cuando una persona se involucra en el mundo de las personas con discapacidad se da cuenta de que hay muchas necesidades para este sector de la población.

El solo hecho de salir de casa es ya una gran dificultad; luego, andar por las calles de una ciudad que no tiene los elementos necesarios para las personas con discapacidad es muy difícil, pero ello en lugar de vencernos nos debe impulsar a seguir adelante y eso es lo que yo elegí, seguir adelante porque el andar en una silla de ruedas no significa que sea el fin del mundo

Como cualquier otro joven que tiene estudios superiores, ha tenido que sortear muchas dificultades para poder encontrar un empleo:

De entrada, aunque no lo digan, hay empleadores que no lo ven a uno como una persona capaz para realizar determinado trabajo, ello ocasiona que la búsqueda de un empleo sea mucho más complicada, pero hay que tener decisión, no desanimarse y seguir adelante

La joven comentó que gracias al trabajo desarrollado en la asociación que preside ha podido conocer a mucha gente de varios sectores de la sociedad. “He trabajado en la iniciativa privada, pero es a raíz del trabajo desarrollado en la asociación como he podido conocer a más personas e incluso algunas de ellas me han ofrecido empleo que debo analizar seriamente, en ese sentido no me puedo quejar”, dijo.

Con respecto a la asociación Recapacidad y Libertad señaló que aunque ya lleva cuatro años trabajando con ella, la labor no ha sido sencilla porque hay poca credibilidad en la sociedad y en el gobierno en este tipo de organizaciones. ”Desgraciadamente hay quienes han abusado de este tipo de agrupaciones. Incluso hay quienes han hecho malos manejos con los recursos que les han sido otorgados, pero yo he querido trabajar mucho y cambiar un poco esa imagen que se tiene de estas asociaciones”, comentó.

Comentó que el Premio Estatal de la Juventud lo acredita al esfuerzo y al deseo de hacer bien las cosas, de presentarse ante la sociedad y el gobierno como asociación seria que desea trabajar por el bien de las personas con alguna discapacidad.

Ya llevamos trabajando cuatro años, la asociación aún no es donataria, pero en eso estamos, mientras tanto realizamos nuestro trabajo con cariño, con muchas ganas para que lo que nos proponemos se logre y tenga un beneficio la población con alguna discapacidad

“En verdad que no esperaba el Premio Estatal de la Juventud. Fue una gran sorpresa para mí por dos cosas: me inscribieron dos días antes de que cerrara la convocatoria y la trayectoria de otros jóvenes que tienen más años trabajando en el mismo tema podría dejarme fuera. Cuando me dijeron que yo era ganadora en una categoría no lo podía creer, después pensé que el Premio es producto del trabajo desarrollado”, aseveró.


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