Hay docentes que por sus condiciones laborales, ingresar al mundo tecnológico no significó un cambio drástico, porque ya manejaban plataformas digitales, es el caso de Sandra Hernández Alcázar, docente de secundaria y preparatoria en el Colegio Las Hayas, en Xalapa.
Para ella su situación es totalmente distinta, porque los muchachos en general cuentan con las herramientas para tomar sus clases en línea, el reto es lograr su atención, que se interesen y ser un apoyo emocional.
“Muchos me dicen que extrañan la convivencia escolar, la interacción, algunos más han tenido la confianza de decirme que se sienten tristes, cansados, aburridos; los menos, preocupados", indicó Hernández Alcázar..
Agregó que su estrategia ha sido hacerles sentir que cuentan con ella: "quizá por esa parte social afectiva que se necesita siento que debo encontrar la forma de que en mis sesiones se sientan interesados, incluidos; si es cumpleaños de uno de ellos les comparto pantalla y pongo las mañanitas; sí, ya sé que es algo cursi, pero así lo siento; también doy espacios para pintar, hacer trazos, mapas o esquemas acompañado con música adecuada, que les deje esa sensación de calma, de que todo estará bien, darles unos minutos de ‘cotidianidad’”.
Sandra Hernández indica que el reto para ella como docente es al conjugarse con su papel de madre, ya que al estar en confinamiento y pese a trazar horarios, finalmente la dinámica hace que tenga que cumplir una doble o triple carga de trabajo, lo que, indica, no es fácil.
“El trabajo docente desde casa es todo un esfuerzo, ahora debes buscar recursos digitales, planear tu clase con actividades que les interesen, por ello puedes pasar un par de horas buscando y adecuando contenidos", explicó la docente.
Los horarios entonces ya no son los habituales: "aunque estás en casa, es como si llegaras a casa a las 7 pm del trabajo, en lugar de las 3 pm de antes. Te separas de la computadora unas horas, pero regresas a revisar tareas, evaluar, enviar de vuelta, atender juntas on line con los jefes o colegas, atender alumnos que no van al corriente; los fines de semana lo pasas revisando tu correo con cientos de mensajes, y de pronto, ya es lunes, a planear cada día, uno a la vez porque todo cambia diariamente; y también es supervisar la situación académica de mi hija, sus emociones, su vida, la familia… esto es lo que nos ha traído la pandemia, duplicación de trabajo para las docentes que además atendemos el hogar”, indicó.