La especialista en temas de migración Alethia Fernández de la Reguera urge al Estado a mirar el fenómeno migratorio “en clave de género” ante el aumento de mujeres migrantes expuestas a estigmas y más violencias, incluida la sexual.
“Las mujeres están expuestas a mayores riesgos y violencias de tipo estructural, cultural y directa en su tránsito, llegada al destino y en el acceso a empleo”, expresó en Xalapa.
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En la 28ª Feria Internacional del Libro Universitario enfatizó que desde la década de los 90 quedó claro que las mujeres no migran como acompañantes ni de manera secundaria.
“Migran de manera primaria por lo que se debe estudiar las particularidades hacia procesos de empoderamiento pero también de mayor violencia”, apuntó en el Foro Académico “Puentes y fronteras: migración, cultura y derechos humanos”.
Señala además que las mujeres mexicanas o las que llegan a México de Centroamérica migran especialmente por las desigualdades económicas y por la violencia de género vivida en el hogar.
La propia experiencia migratoria puede generar cambios en las relaciones de género: pueden ser como lo soñado, con un crecimiento, o por el contrario, aumentar el ser mujeres precarizadas y racializadas, anota.
La migración agrava entonces las desigualdades y el acceso y la garantía de los derechos humanos
La coordinadora del Laboratorio Nacional de Diversidades de la Universidad Nacional Autónoma de México expresa también que un buen número de migrantes desempeñan además el papel de cuidadoras al ir acompañadas de sus hijos o hijas.
“El tránsito y los obstáculos siempre se complejizan por su rol de cuidadoras o por ejercer maternidades a distancia”, señala.
Alethia Fernández llama a entender las movilidades desde la perspectiva de género porque, asegura, los estigmas tienen un fuerte impacto psicológico porque ante la sociedad no están cumpliendo con el rol tradicional de madre y esposa.
En la conferencia “Migraciones, género y justicia ambiental” puntualizó también que no es lo mismo viajar como mujer heterosexual que lesbiana y es tiempo de hacer evidente la problemática.
Enfatiza que el Estado mexicano ya tiene recomendaciones de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer para asegurar el acceso efectivo a procedimientos de determinación de la condición de refugiadas de forma justa, eficiente y con perspectiva de género.