/ sábado 16 de diciembre de 2023

El domingo del gozo

Con la llegada del Domingo del Gozo, que tiene lugar este fin de semana, se arriba también a la segunda parte del adviento, son las ferias que van del 17 al 24 de diciembre. La intención fundamental de esta segunda y última parte del adviento es la de colocar a los fieles de cara al misterio de la fiesta inminente. Su finalidad es la de preparar más directamente a la Navidad, poner en alerta y con una preparación más decidida y frontal.

El evangelio insiste ya directamente en las figuras de María y de José. Así, en orden cronológico, se habla del nacimiento de Jesús en la sucesión de David. Del anuncio del nacimiento del Bautista. Del anuncio del Nacimiento a María por parte de Gabriel. Del reconocimiento de María de su pequeñez y su proclamación del cántico de los pobres, y finalmente del nacimiento del Bautista. Si se pierde de vista este horizonte, se corre el peligro de perderlo todo, porque a única razón de ser de la navidad que está a la puerta es el nacimiento de Jesús. No hay una intención distinta de esta. Jesús es la única razón de la Navidad.

Es una ruta bien marcada que responde a una intención específica. Esa es la vía por la cual, la parte “histórica” del adviento va conduciendo a la Iglesia para que se acerque cada uno a los pormenores del nacimiento del Mesías, y de los acontecimientos que sucedieron en torno al mismo. Se trata de una insistencia directa ya en la celebración de la llegada del Señor, tal como llegó en la historia en un momento concreto, allá en la gruta de Belén.

El riesgo que se corre es el de perder el contacto con la emocionante parte histórica del adviento y enredarse entre las luces y adornos navideños, o las pseuodo-ofertas de las tiendas departamentales que, año con año, se esfuerzan por quitar el sentido que tiene la navidad.

Con este domingo se arriba a la última semana completa del adviento en la que todos los fieles continúan su preparación para que la llegada del Señor cambie sus vidas, los transforme según su voluntad y permita que cada uno realice lo que Dios ha confiado en sus manos. Sí, el adviento comienza su descenso. El final está a la vuelta, no se puede bajar la guardia ni perder el ritmo, la esperanza está alcanzando el cumplimiento de la promesa.

Con la llegada del Domingo del Gozo, que tiene lugar este fin de semana, se arriba también a la segunda parte del adviento, son las ferias que van del 17 al 24 de diciembre. La intención fundamental de esta segunda y última parte del adviento es la de colocar a los fieles de cara al misterio de la fiesta inminente. Su finalidad es la de preparar más directamente a la Navidad, poner en alerta y con una preparación más decidida y frontal.

El evangelio insiste ya directamente en las figuras de María y de José. Así, en orden cronológico, se habla del nacimiento de Jesús en la sucesión de David. Del anuncio del nacimiento del Bautista. Del anuncio del Nacimiento a María por parte de Gabriel. Del reconocimiento de María de su pequeñez y su proclamación del cántico de los pobres, y finalmente del nacimiento del Bautista. Si se pierde de vista este horizonte, se corre el peligro de perderlo todo, porque a única razón de ser de la navidad que está a la puerta es el nacimiento de Jesús. No hay una intención distinta de esta. Jesús es la única razón de la Navidad.

Es una ruta bien marcada que responde a una intención específica. Esa es la vía por la cual, la parte “histórica” del adviento va conduciendo a la Iglesia para que se acerque cada uno a los pormenores del nacimiento del Mesías, y de los acontecimientos que sucedieron en torno al mismo. Se trata de una insistencia directa ya en la celebración de la llegada del Señor, tal como llegó en la historia en un momento concreto, allá en la gruta de Belén.

El riesgo que se corre es el de perder el contacto con la emocionante parte histórica del adviento y enredarse entre las luces y adornos navideños, o las pseuodo-ofertas de las tiendas departamentales que, año con año, se esfuerzan por quitar el sentido que tiene la navidad.

Con este domingo se arriba a la última semana completa del adviento en la que todos los fieles continúan su preparación para que la llegada del Señor cambie sus vidas, los transforme según su voluntad y permita que cada uno realice lo que Dios ha confiado en sus manos. Sí, el adviento comienza su descenso. El final está a la vuelta, no se puede bajar la guardia ni perder el ritmo, la esperanza está alcanzando el cumplimiento de la promesa.