/ miércoles 1 de julio de 2020

La quiebra por la pandemia

Junto con los miles de fallecidos por contagio de Covid-19, lo que aún no se ha medido es el daño que dejará esta pandemia con miles de negocios quebrados, que no volverán a abrir y otros que están en franca agonía, la mayoría sin atención económica.

Los está matando el pago ineludible de “renta, luz, agua, seguro social, impuestos, sueldos y todos los servicios necesarios para el funcionamiento”, según acaba de expresar, en experiencia propia, el dueño del emblemático Café La Merced del puerto de Veracruz, Aurelio Ibáñez, al anunciar el cierre de este negocio del centro histórico que estaba a punto de cumplir 60 años de tradición en el puerto jarocho. Sólo en este negocio quedan sin empleo 60 trabajadores, meseros, cocineros, personal de limpieza y administrativo, sin considerar los daños colaterales para el bolero, billeteros, vendedores de dulces artesanales, ruleteros y expendio de periódicos y revistas en el exterior de ese establecimiento. El pasado 8 de mayo bajó las cortinas y no podrá abrirlas nuevamente, como miles de empresas más que se asfixian con la pandemia. Es un caso ilustrativo, y para abundar en el tema, ayer las autoridades de Salud recorrieron todo el centro de la ciudad y puerto de Veracruz para obligar a los dueños de empresas que habían abierto después de casi dos meses de inactividad, por no entrar en la categoría de negocios esenciales.

En realidad son medidas de prevención, pero serviría más si en lugar de frenar la actividad económica, la sujetaran a medidas de seguridad, como el acceso limitado de personas para guardar la sana distancia, el uso obligatorio de cubrebocas, la aplicación de gel antibacterial y medir la temperatura de las personas que ingresen al negocio. Lo que no tiene explicación es por qué negocios de giros negros, bares y centros nocturnos, siguen funcionando sin restricción alguna, y la falta de vigilancia en los mercados públicos donde diariamente, y más fines de semana, se aglomeran cientos de personas. El problema no se limita al desempleo que ya se tiene ahora, y el que se presentará conforme pasen las semanas y meses de inactividad, sino lo que va a generar la falta de recursos para las familias en delitos de todo tipo, desde robos y asaltos que ya empiezan a presentarse en mayor medida, hasta otros de mayor calado como son el vandalismo y el secuestro. El escenario es inquietante, y las autoridades deberán prever desde ahora si no afecta más la quiebra de negocios o la apertura controlada bajo estrictos lineamientos de prevención.

¿ADÓNDE DESTINARÁN RECURSOS ELECTORALES?

El fin de semana apareció un absurdo espectacular en una principal vía de acceso de Boca del Río, donde Morena, o los diputados de esta bancada en el Congreso local, señalan que “PAN, PRI y PRD se robaban 177 millones de pesos; les duele devolver el dinero al pueblo (¿?). El recorte del 50% de la lana a los partidos políticos es una realidad. La reforma electoral va”. Es un texto tramposo, no hay garantía de que en realidad ese recurso se convierta en obras que beneficien a la población, aunque debe otorgarse el beneficio de la duda, sin juzgar a priori. Debido a este anuncio, el presidente de la Comisión de Turismo de la Coparmex, Sergio Lois Heredia, planteó que ese ahorro se destine al sector turístico, lo que se traduciría en ingresos para las arcas públicas del estado y para las zonas donde llegan visitantes, así como la creación de miles de empleos que tanto se van a requerir una vez que pase esta emergencia sanitaria. “Se debe buscar la forma de reactivar al sector turístico”, señaló Lois al insistir en inyectar recursos públicos, como es la promoción, a esta actividad productiva.

El planteamiento del dirigente empresarial es oportuna porque en el inicio de la llamada nueva normalidad se contempla la apertura de algunos centros turísticos y hoteles a partir de este 1 de julio. A ver qué dicen las autoridades del gobierno veracruzano en el estado.

opedro2006@gmail.com

Junto con los miles de fallecidos por contagio de Covid-19, lo que aún no se ha medido es el daño que dejará esta pandemia con miles de negocios quebrados, que no volverán a abrir y otros que están en franca agonía, la mayoría sin atención económica.

Los está matando el pago ineludible de “renta, luz, agua, seguro social, impuestos, sueldos y todos los servicios necesarios para el funcionamiento”, según acaba de expresar, en experiencia propia, el dueño del emblemático Café La Merced del puerto de Veracruz, Aurelio Ibáñez, al anunciar el cierre de este negocio del centro histórico que estaba a punto de cumplir 60 años de tradición en el puerto jarocho. Sólo en este negocio quedan sin empleo 60 trabajadores, meseros, cocineros, personal de limpieza y administrativo, sin considerar los daños colaterales para el bolero, billeteros, vendedores de dulces artesanales, ruleteros y expendio de periódicos y revistas en el exterior de ese establecimiento. El pasado 8 de mayo bajó las cortinas y no podrá abrirlas nuevamente, como miles de empresas más que se asfixian con la pandemia. Es un caso ilustrativo, y para abundar en el tema, ayer las autoridades de Salud recorrieron todo el centro de la ciudad y puerto de Veracruz para obligar a los dueños de empresas que habían abierto después de casi dos meses de inactividad, por no entrar en la categoría de negocios esenciales.

En realidad son medidas de prevención, pero serviría más si en lugar de frenar la actividad económica, la sujetaran a medidas de seguridad, como el acceso limitado de personas para guardar la sana distancia, el uso obligatorio de cubrebocas, la aplicación de gel antibacterial y medir la temperatura de las personas que ingresen al negocio. Lo que no tiene explicación es por qué negocios de giros negros, bares y centros nocturnos, siguen funcionando sin restricción alguna, y la falta de vigilancia en los mercados públicos donde diariamente, y más fines de semana, se aglomeran cientos de personas. El problema no se limita al desempleo que ya se tiene ahora, y el que se presentará conforme pasen las semanas y meses de inactividad, sino lo que va a generar la falta de recursos para las familias en delitos de todo tipo, desde robos y asaltos que ya empiezan a presentarse en mayor medida, hasta otros de mayor calado como son el vandalismo y el secuestro. El escenario es inquietante, y las autoridades deberán prever desde ahora si no afecta más la quiebra de negocios o la apertura controlada bajo estrictos lineamientos de prevención.

¿ADÓNDE DESTINARÁN RECURSOS ELECTORALES?

El fin de semana apareció un absurdo espectacular en una principal vía de acceso de Boca del Río, donde Morena, o los diputados de esta bancada en el Congreso local, señalan que “PAN, PRI y PRD se robaban 177 millones de pesos; les duele devolver el dinero al pueblo (¿?). El recorte del 50% de la lana a los partidos políticos es una realidad. La reforma electoral va”. Es un texto tramposo, no hay garantía de que en realidad ese recurso se convierta en obras que beneficien a la población, aunque debe otorgarse el beneficio de la duda, sin juzgar a priori. Debido a este anuncio, el presidente de la Comisión de Turismo de la Coparmex, Sergio Lois Heredia, planteó que ese ahorro se destine al sector turístico, lo que se traduciría en ingresos para las arcas públicas del estado y para las zonas donde llegan visitantes, así como la creación de miles de empleos que tanto se van a requerir una vez que pase esta emergencia sanitaria. “Se debe buscar la forma de reactivar al sector turístico”, señaló Lois al insistir en inyectar recursos públicos, como es la promoción, a esta actividad productiva.

El planteamiento del dirigente empresarial es oportuna porque en el inicio de la llamada nueva normalidad se contempla la apertura de algunos centros turísticos y hoteles a partir de este 1 de julio. A ver qué dicen las autoridades del gobierno veracruzano en el estado.

opedro2006@gmail.com