Durante prácticamente un mes, la exdiputada Guadalupe Osorno Maldonado, originaria de Tlaxcala, fungió como secretaría de Protección Civil en Veracruz, contraviniendo lo que establece la Constitución Política del Estado.
Parecería extraño que una exlegisladora incurriera en una ilegalidad de tal magnitud, pues viola una disposición constitucional.
Fue hasta ayer, un mes después de que la funcionaria fue designada y asumió el cargo, cuando su jefe, el gobernador Cuitláhuac García, pidió la dispensa de ley para que Guadalupe pueda desempeñarse como secretaria porque no es veracruzana.
El asunto, que pasaría como de mero trámite, pues la ley permite esa dispensa para quienes siendo de otro estado puedan ser secretarios en la entidad, se convirtió en un tema delicado.
Hace un mes el Congreso local aprobó similares dispensas para Leslie Mónica Garibo y Hugo Gutiérrez, quienes se desempeñan como contralora general y secretario de Seguridad Pública, respectivamente, sin ser veracruzanos.
El pasado día 20 los diputados le aprobaron la dispensa a la titular del Consejo Estatal de Población, Soraya Prado Rivera, exasesora de Comunicación Política de Andrés Manuel López Obrador.
La de Osorno es la cuarta, pero a destiempo, y llama la atención porque cae en prácticas que líderes de Morena han criticado a otros partidos: ni recomendados ni gente sin perfil ni preparación ni actos que violen ley.
Y coincidentemente se da el mismo que el presidente de la mesa directiva de la Legislatura, José Manuel Pozos Castro, sale a defender a su hijo, el subsecretario de Finanzas, de los mismos nombres y apellido.
Tiene razón el expriista y expanista cuando dice que su hijo José Manuel Pozos del Ángel tiene derecho a trabajar y que prefiere verlo desempeñándose en esa dependencia que cobrando sin trabajar o haciendo cosas indebidas.
Lo que no es creíble es que no exista tráfico de influencias y que él no haya tenido nada que ver en el nombramiento de su hijo.
Algunos militantes de Morena se han manifestado en contra del nombramiento del hijo del diputado porque dicen que han llegado a cargos públicos personas que no cuentan con el perfil adecuado.
Ambos, casos, el de Osorno y el de Pozos, son de esos que los morenistas quisieran que no trascendieran.
Lo pueden lograr de manera muy fácil, actuando dentro de la ley y no haciendo cosas buenas que parezcan malas, es decir, no despierten suspicacias, sobre todo porque están bajo la lupa de millones que siguen a la espera de que cumplan sus promesas.
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