/ lunes 29 de junio de 2020

Siguen asesinatos de mujeres

Gobiernos van y gobiernos vienen y todos ofrecen acabar con la inseguridad y la violencia.

Han sido gobiernos de todos los colores y de todas las ideologías que han dado incluso plazos y el actual, que encabeza Andrés Manuel, no ha sido la excepción.

Todos recordamos cuando en abril del año pasado López Obrador vino a Veracruz a ofrecer que en seis meses habría resultados del combate a la inseguridad.

Se cumplió el plazo en octubre de 2019, pasó el fin de año, llegó 2020, ya transcurrió la mitad de este año y la inseguridad y la violencia no disminuyen.

Es más, son conocidas las cifras oficiales que ubican a Veracruz en los primeros lugares en feminicidios, en asesinatos de periodistas, en secuestros y en otros delitos.

El ejemplo más cercano lo vivimos ayer, cuando dos sujetos asesinaron a la propietaria y rectora de la universidad Valladolid de Las Trancas, en el municipio de Emiliano Zapata. Quienes la conocieron hablan de ella como una profesional y mujer emprendedora.

Pero el fin de semana no está muy lejos y en ese lapso fueron asesinadas, antes que ella, otras cuatro mujeres.

La noche del viernes, Yolanda "N" murió a causa de las lesiones que le causó su esposo con un machete. Este hecho ocurrió en el municipio de Platón Sánchez.

Otro caso fue el de Tierra Blanca, donde Fiama "N" fue reportada como desaparecida y su cuerpo fue encontrado en estado de descomposición en un terreno. Era docente de la escuela primaria del lugar.

El tercer homicidio fue registrado en una florería de Minatitlán, hasta donde llegaron hombres armados cuando atendía su negocio y le dispararon. Prácticamente estaba iniciando su negocio.

El cuarto asesinato se registró la tarde del domingo en Tlapacoyan, donde fue encontrado el cuerpo de una mujer en el canal de un arroyo.

Y si nos vamos a la semana pasada encontraremos más hechos lamentables de mujeres agredidas y asesinadas, casos que se caracterizan porque los homicidas no han sido castigados.

Y si ampliamos la búsqueda veremos cómo han ocurrido secuestros, asaltos y delincuentes linchados por la gente que está harta de la inseguridad y de la violencia.

PANDEMIA E INSEGURIDAD, PELIGROSA COMBINACIÓN

Resulta altamente peligrosa la combinación del confinamiento provocado por la pandemia con la inseguridad y la violencia, sobre todo cuando la gente ve que el gobierno no castiga a los delincuentes.

El enojo parece ir en aumento en la medida que la gente pasa más días encerrada, sin empleo, sin comida y sin la posibilidad de una mejoría ni siquiera a mediano ni a largo plazo.

Las voces de quienes generan los empleos, es decir, los empresarios, los constructores y los comerciantes, coinciden en que la situación no va a mejorar por lo menos en lo que resta del año.

El hartazgo que provoca el encierro empieza a convertirse en enojo que va subiendo de intensidad en la medida que la gente pierde su empleo formal e informal y no puede llevar alimento para sus hijos.

No son suficientes las personas altruistas que regalan comida preparada o despensas para ayudar a los que menos tienen.

Tampoco alcanzan las despensas que da el gobierno y lo que la gente está pidiendo a gritos es un empleo fijo y bien remunerado.

Lo que mucha gente quiere es volver a trabajar y si el gobierno no puede satisfacer esta demanda urgente, seguro vendrán más problemas de violencia.

Opine, comente e informe.

rvalle@diariodexalapa.com.mx

www.diariodexalapa.com.mx

Gobiernos van y gobiernos vienen y todos ofrecen acabar con la inseguridad y la violencia.

Han sido gobiernos de todos los colores y de todas las ideologías que han dado incluso plazos y el actual, que encabeza Andrés Manuel, no ha sido la excepción.

Todos recordamos cuando en abril del año pasado López Obrador vino a Veracruz a ofrecer que en seis meses habría resultados del combate a la inseguridad.

Se cumplió el plazo en octubre de 2019, pasó el fin de año, llegó 2020, ya transcurrió la mitad de este año y la inseguridad y la violencia no disminuyen.

Es más, son conocidas las cifras oficiales que ubican a Veracruz en los primeros lugares en feminicidios, en asesinatos de periodistas, en secuestros y en otros delitos.

El ejemplo más cercano lo vivimos ayer, cuando dos sujetos asesinaron a la propietaria y rectora de la universidad Valladolid de Las Trancas, en el municipio de Emiliano Zapata. Quienes la conocieron hablan de ella como una profesional y mujer emprendedora.

Pero el fin de semana no está muy lejos y en ese lapso fueron asesinadas, antes que ella, otras cuatro mujeres.

La noche del viernes, Yolanda "N" murió a causa de las lesiones que le causó su esposo con un machete. Este hecho ocurrió en el municipio de Platón Sánchez.

Otro caso fue el de Tierra Blanca, donde Fiama "N" fue reportada como desaparecida y su cuerpo fue encontrado en estado de descomposición en un terreno. Era docente de la escuela primaria del lugar.

El tercer homicidio fue registrado en una florería de Minatitlán, hasta donde llegaron hombres armados cuando atendía su negocio y le dispararon. Prácticamente estaba iniciando su negocio.

El cuarto asesinato se registró la tarde del domingo en Tlapacoyan, donde fue encontrado el cuerpo de una mujer en el canal de un arroyo.

Y si nos vamos a la semana pasada encontraremos más hechos lamentables de mujeres agredidas y asesinadas, casos que se caracterizan porque los homicidas no han sido castigados.

Y si ampliamos la búsqueda veremos cómo han ocurrido secuestros, asaltos y delincuentes linchados por la gente que está harta de la inseguridad y de la violencia.

PANDEMIA E INSEGURIDAD, PELIGROSA COMBINACIÓN

Resulta altamente peligrosa la combinación del confinamiento provocado por la pandemia con la inseguridad y la violencia, sobre todo cuando la gente ve que el gobierno no castiga a los delincuentes.

El enojo parece ir en aumento en la medida que la gente pasa más días encerrada, sin empleo, sin comida y sin la posibilidad de una mejoría ni siquiera a mediano ni a largo plazo.

Las voces de quienes generan los empleos, es decir, los empresarios, los constructores y los comerciantes, coinciden en que la situación no va a mejorar por lo menos en lo que resta del año.

El hartazgo que provoca el encierro empieza a convertirse en enojo que va subiendo de intensidad en la medida que la gente pierde su empleo formal e informal y no puede llevar alimento para sus hijos.

No son suficientes las personas altruistas que regalan comida preparada o despensas para ayudar a los que menos tienen.

Tampoco alcanzan las despensas que da el gobierno y lo que la gente está pidiendo a gritos es un empleo fijo y bien remunerado.

Lo que mucha gente quiere es volver a trabajar y si el gobierno no puede satisfacer esta demanda urgente, seguro vendrán más problemas de violencia.

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