A finales de junio pasado, en televisión nacional se difundió una marcha encabezada por ganaderos, comerciantes y ciudadanos del sur de Veracruz para anunciar la formación de grupos de autodefensa en los límites de Veracruz y Oaxaca, con lo cual pretenden hacer frente a la delincuencia organizada, cuya presencia “ya es insostenible” en esa zona, a contracorriente de la versión oficial de que los delitos disminuyen en la entidad y está frenada la violencia. Esas organizaciones decidieron hacer un frente común entre productores de ganado, empresarios y ciudadanos de Acayucan, San Juan Evangelista, Minatitlán, Santiago Sochiapan, Hidalgotitlán, Jesús Carranza, Jáltipan, además de localidades oaxaqueñas, quienes no encuentran respuesta de sus autoridades y son víctima de robo de ganado, extorsión, secuestro y cobro de piso.
Esa vez la caravana se realizó con cientos de vehículos que recorrieron de La Tinaja a Cosoleacaque y concluyó en la Unión Ganadera de Las Choapas. Sin embargo, ese aviso de los ciudadanos para enfrentar a grupos del crimen organizado, no generó interés del gobierno, y sólo se limitó a enviar un mensaje de que atiende el problema con las reuniones de Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz, de las que no se obtienen resultados.
La inacción o ineficacia de las autoridades ya llegó al extremo de exasperar grupos sociales y productivos, como en este caso, y el camino que han encontrado es organizarse en autodefensas, aunque armarse podría generar otro tipo de problemas.
Anteriormente, se sabe de grupos civiles que se han constituido en este tipo de grupos de vigilancia en la zona norte de la ciudad de Veracruz, para blindarse “contra la “Comunidad Insurgente Socialista del municipio de Papantla” y grupos de civiles en Zongolica que operan como autodefensas, aunque los funcionarios estatales insisten en negarlo.
La realidad es que la situación que se vive en el estado puede acreditarse en las noticias diarias que se difunden en medios de comunicación y redes sociales de secuestros, agresiones con armas de grueso calibre, incendio de negocios, hallazgos de restos humanos en fosas clandestinas, bolsas tiradas con personas asesinadas y un sin fin de hechos violentos que parece no tener fin. La proliferación de esos grupos de autodefensa sólo se explica en los vacíos de autoridad ante la delincuencia y la necesidad de los ciudadanos para protegerse y defender su patrimonio y a sus familias.
¿Seguirá esa tendencia? Es muy probable que así suceda, inclusive entre vecinos a nivel de colonias y fraccionamientos como ya existen en zonas urbanas, que han creado grupos de intercomunicación vía whatsapp, y, en algunas ocasiones, con líneas directas a las corporaciones de la policía local, Marina o Ejército. Eso hace sentir segura a la población, ante la ausencia de autoridad.
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