Según los psicoanalistas los humanos somos mitad ángel, mitad demonio y es más, ellos identifican a nuestra personalidad maléfica como “La Sombra Personal”, responsable de atesorar emociones y conductas negativas como la rabia, envidia, celos, resentimientos, tendencias asesinas y suicidas. También los conocedores opinan que “La Sombra Personal” surge en nuestra infancia, pero ella es eclipsada por la educación tradicional que nos obliga a identificarnos con la parte amable, disciplinada y amorosa de nuestra mente. Pero“La Sombra Personal” jamás desaparece; y si la encubrimos más la fortalecemos para que emerja en cualquier instante, invadiéndonos de sentimientos negativos. Hay muchos libros sobre este tema, igual que sanadores especializados en curar “la sombra”, quienes cobran fortunas por sus tratamientos pero jamás ofrecen herramientas al paciente para que descubra su parte oscura, la comprenda, acepte e incluso la ame, lo que constituiría el mejor de los tratamientos.
Nuestros prehispánicos sabían de “La Sombra Personal” esparte de la sabiduría tolteca, que da por sentado que los humanos tenemos dos mentes. Dualidad, que califican como el “Tema de Temas”. De ello habló don Juan, el personaje legendario inmortalizado por Castañeda, en sus famosas enseñanzas, de las cuales tomamos el siguiente texto: “Los chamanes del México antiguo descubrimos que tenemos dos mentes, la buena, si le queremos llamarle así, y la depredadora, que como la buena, nos acompaña por toda nuestra vida. Solo que la depredadora viene desde las profundidades del cosmos para tomar el control nuestras vidas. “Resolver el conflicto entre las dos mentes es cuestión de intentarlo. El intento o “tema de temas” es una fuerza que existe en el universo, para preparar el camino de un logro”. “El Tema de Temas” descubre que la mente depredadora trata de tomarnos en posesión para robarnos nuestra energía luminosa, porque es su sustento. ¿Cómo es nuestra luminosidad energética? “Nuestra luminosidad energética es una bola luminosa que nos cubre de arriba abajo.
Es como una capa brillante, especie de cobertura plástica, que se nos ajusta en forma ceñida. Esta capa brillante de energía es la comida más suculenta para una mente depredadora, que al tragarse nuestra energía nos va convirtiendo en seres negativos, violentos, nefastos y temibles hasta que nuestra capa brillante se opaca, adelgaza, empieza a diluirse y desaparece. ¿Qué podemos hacer para no perder nuestra energía? “Reconocer nuestra mente depredadora, aceptarla y luego disciplinarla. Es nuestra única alternativa”. Los chamanes toltecas entienden por disciplina un arte: el arte de enfrentarse al infinito sin vacilar. Al hacer esto nuestra capa brillante se convierte en comida indeseable para la mente depredadora, que sin alimento descontinúa su nefasta tarea. Entonces nuestra capa brillante crece y alcanza una percepción inimaginable.
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