La Tintorería Xalapa con una tradición de alrededor de 70 años dando servicio a las familias xalapeñas mantiene una forma de trabajo prácticamente “artesanal”. Este establecimiento ha resistido la llegada de empresas del ramo que cuentan con nuevas tecnologías de lavado y planchado, “ahora mismo estamos en un proceso de reestructuración pero manteniendo una actividad casi manual”.
Por 53 años, este negocio ha sido llevado por don Ignacio Báez, quien junto a su esposa Raquel Caballero, lo manejaron y trabajaron para mantenerlo funcionando por esos 53 años. Lo compraron cuando ya tenía 20 años de funcionar la Tintorería Xalapa y siguió con la tradición.
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¿Cómo han sobrevivido al surgimiento de más tintorerías?
Quien lleva el negocio ahora, Ignacio Báez explica que ha sido complicado sostener la tintorería con la llegada de empresas que traen nuevos sistemas de lavado más modernos y que ofrecen recoger y llevar la ropa, “nos hizo perder clientela, pero a muchas personas les agrada que se hagan las cosas a la antigua y siguen trayendo sus prendas para lavarlas”.
Recuerda que hasta hace dos décadas había pocas tintorerías en Xalapa, “pero llegaron las franquicias y las pocas tradicionales que había quebraron menos está que manejaron mis padres, porque somos de los negocios viejitos que soportan los embates de la modernidad”.
Indica que entiende que los negocios modernos son el futuro, “aunque para nosotros ha significado perder clientela, también mantenemos como asiduos a familias que aquí venían sus abuelos o sus padres, que conocen de nombre a mis padres, eso es algo que no se puede cambiar, las tradiciones xalapeñas de acudir a un negocio de siempre es lo que nos ha mantenido”.
Recuerda que este es un negocio 100 por ciento familiar, “de aquí nuestros padres mantuvieron a sus seis hijos a todos les dieron una carrera profesional, por eso es que le tenemos tanto cariño a este negocio”.
Indica que ellos siguen lavando las prendas en tinas con agua, jabón y detergente que son biodegradables, sin líquidos tóxicos que se utilizan para el lavado en seco utilizado en franquicias.
Resalta que tiene el servicio urgente que se entrega la prenda el mismo día, pero normalmente son dos días para entregar la ropa limpia y planchada.
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Remarca que su clientela es de abolengo. Son los de siempre, que por años han mantenido la tradición de no cambiar de negocio, de acudir a un sitio que les recuerda a sus abuelos y padres.
El 80 por ciento de quienes llegan a pedir un servicio conocieron a sus padres cuando llevaban el negocio, “ahora mi madre acaba de fallecer y mi padre ha estado enfermo, pero la idea es mantener este negocio familiar en recuerdo a todo el esfuerzo de una vida”, concluyó.