Ante el estudio que revela que en 2023, dos mil millones de personas en el mundo tienen deficiencia de micronutrientes, no solo es importante sino necesario impulsar la agricultura urbana, indica Miguel Ángel Escalona, doctor en Agroecología, Sociología y Desarrollo Rural Sustentable.
El investigador de la Universidad Veracruzana expresa que el modelo de producción de alimentos industriales ha empobrecido la nutrición y ahora no basta con tener la voluntad de consumir alimentos frescos.
En este contexto, explica en entrevista que los beneficios de los huertos urbanos no se reducen a la salud; al utilizar los espacios que habitamos para iniciar un cultivo, comienza la llamada “espiral virtuosa”.
En agroecología, esta espiral incluye la separación de residuos orgánicos e inorgánicos para luego hacer composta y tener buena tierra para el huerto, que dará alimentos sanos con los cuales es posible recuperar los platos tradicionales de la región.
Reflexionar sobre la salud, los hábitos de consumo, hacerse responsables de los desechos y saberse parte de una comunidad son algunos de las acciones que van aparejadas con la agricultura urbana, menciona.
En la actualidad, señala que hay un alto consumo de carbohidratos y sal, pero no de hierro y vitaminas concentradas en productos que se pueden cultivar en casa.
La noción es cambiar un consumo que no es bueno a una alimentación sana y fresca, así como a producir alimentos que incluso se pueden compartir con las amistades, recuperando así prácticas comunitarias.
Colocar plantas en la azotea es benéfico para la ciudad
Tener plantas en la azotea explica que también tiene efecto positivo para el techo y la ciudad, en el proceso de adaptación del cambio climático.
“La agricultura urbana genera múltiples satisfactores, como comer con amigos algo nutritivo en lugar de comida procesada y empaquetada”, apunta.
María Teresa Pulido Silva, académica de Biología en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, opina que siempre es un buen momento para iniciar un huerto en casa o uno comunitario.
“Solo hacen falta ganas, porque se puede hacer de diferentes dimensiones; aunque se viva en un espacio muy reducido, está la opción de hacerlo vertical”, expresa quien junto a Miguel Escalona, es asesora de tesis doctoral de Juan Camilo Fontalvo.
“Tener un huerto es saber que estás generando tus propios alimentos, pero también que estás mejorando las condiciones de convivencia, del tejido social, he trabajo colaborativo, de buenos hábitos y, por supuesto, de contribuir a la flora y fauna”, añade.
Ante el 90 por ciento de las semillas de hortalizas que se usan en el país, importadas y muchas de ellas híbridas, sugiere otras opciones como los quelites y alimentos nativos.
Con una crisis sanitaria que demostró la vulnerabilidad en acceso a alimentación, enfatiza que una buena alternativa para ir pensando en el futuro es la agricultura urbana.
Dos mil 500 personas promueven huertos en la región
En Xalapa y cinco municipios de la región, 2 mil 500 personas promueven huertos educativos, caseros, vecinales y en espacios públicos como restaurantes y comunidades religiosas, revela el investigador Juan Camilo Fontalvo.
En entrevista explica que en la capital del estado y parte de la zona metropolitana hay 22 mil 306 metros cuadrados donde se cultivan productos saludables, algo que se podría ampliar con beneficio para la salud y medio ambiente.
El mapeo, que forma parte de su proyecto doctoral en Ciencias de la Sostenibilidad, permite identificar dónde están los huertos, quiénes siembran y qué siembran.
Disponible de manera pública en https://huertosxalapa.ushahidi.io/views/map, esta iniciativa busca propiciar que las personas no trabajen de manera aislada, sino que se vinculen entre sí, intercambien semillas, materiales didácticos, abonos, plántulas, entre otros.
Un objetivo más es que las personas interesadas los conozcan y hasta se animen a iniciar sus propios huertos urbanos, pues con voluntad, dice el especialista, cualquier espacio se puede aprovechar.
Con base en lo registrado, concluye que cerca del 50 por ciento de los huertos se han cultivado directamente en el suelo pero también hay otras alternativas empleadas.
Detalla que hay huertos cultivados en macetas y en contenedores dispuestos en azoteas, los cuales representan cerca del 15 por ciento, y el restante son huertos mixtos, de gente que siembra tanto en macetas como directamente en el suelo.
Juan Fontalvo menciona que si bien hay muchas ventajas de cultivar directamente en el suelo, la misma ciudad y el crecimiento de la mancha ha hecho que surjan otras manifestaciones de la agricultura urbana.
Con viviendas construidas en espacios pequeños y áreas verdes cada vez menores o distribuidas en forma desproporcionada, algunos pobladores utilizan azoteas, balcones y garajes.
En Xalapa los huertos urbanos están distribuidos en distintas partes de la ciudad, pero la mayor concentración se da en colonias como la Lucas Martín, Campo de Tiro, Revolución, Vasconcelos, Plan de Ayala, Emiliano Zapata y Zona Universitaria.
¿Pero cuáles son las medidas de los huertos urbanos y periurbanos? En Xalapa, Coatepec, Emiliano Zapata, Xico, Tlalnelhoayocan y Coacoatzintla los hay desde un metro cuadrado hasta dos hectáreas.
Hay educativos, que incluyen escolares y universitarios; caseros o familiares, y vecinales o comunitarios, en espacios públicos. También está la categoría “otros tipos de huertos”, que agrupa los huertos del ayuntamiento, de restaurantes y hasta de comunidades religiosas.
Durante el proceso de mapeo, Juan Fontalvo vio que cerca del 90 por ciento de los huertos tiene entre un metro y 500 metros cuadrados, y el otro 10 por ciento es de huertos de 500 metros hasta dos hectáreas.
¿Qué cultivan y por qué?
Aunque hay diversidad, las especies predominantes son acelgas, lechugas, maíz, chile y rábanos. Están registradas tanto hortalizas como frutales, principalmente guayaba, durazno y aguacates.
Al referirse a las cerca de 2 mil 500 personas que promueven la agricultura urbana, dice que la mayoría lo hace por cultura, por educación, por iniciativa, por medio ambiental o porque lo aprendió en la escuela, en Centro de Gestión Comunitaria, en cursos del ayuntamiento o universidad.
Asimismo, hay quienes lo hacen de manera innata, porque mucha gente que ha migrado de las comunidades rurales ve tierra y empieza a cultivar algo.
En Xalapa, expone que varias de las concentraciones están dadas por los Centros de Gestión Comunitaria y destaca la alta presencia de mujeres vinculadas a la agricultura urbana, en huertos comunitarios y caseros.
Enfatiza el valor que ellas le dan al conocimiento y preservación del cuidado de las semillas, y lo agronómicos de cómo sembrar y cómo cosechar; además, enfatiza que son mujeres las que sobresalen como organizadoras de los huertos comunitarios y quienes ahí mismo tienen su cocina.
En cuanto a las necesidades que las personas presentan al tener sus huertos, enumera el requerimiento de mayores saberes y prácticas, materiales didácticos de temas específicos (los que hay son generales) y, en algunos casos, herramientas, semillas, abonos, entre otros insumos.
También nombra lo administrativo y la necesidad de políticas públicas, entre ellas, que hubiera una que promoviera que tierras desocupadas se puedan usar para huertos comunitarios o sembradíos.
Considera que también sería benéfico que los procesos de capacitación fueran más permanentes, estructurados y organizados, y con recursos más amplios, además de más canastas solidarias de semillas.
Promover más compostas comunitarias y canalizar las del Centro de Compostaje hacia la sociedad civil son otras de las acciones que cree fundamentales.
Juan Fontalvo apunta que para solventar necesidades se requiere una vinculación estratégica entre distintos actores: sociedad, autoridades locales, universidad, academia y sociedad civil; recalca la importancia del trabajo intersectorial para impulsar la agricultura urbana.
Para la realización del mapeo de “Huertos Urbanos y Periurbanos de la Zona Metropolitana de Xalapa”, el biólogo contó con el apoyo en difusión del ayuntamiento y algunas redes locales, la Universidad y la Secretaría de Educación de Veracruz, por lo que considera que sí se puede continuar sumando al crecimiento de huertos urbanos y periurbanos.
Adelanta que en una segunda etapa del proyecto buscará la vinculación con mercados, consumidores y tianguis agroecológicos para impactar en las dietas y la cultura alimentaria.