Xalapa, Ver.- A pesar de la contingencia sanitaria que se vive a nivel mundial, el sociólogo Mario César Constantino Toto considera importante difundir la importancia de tradiciones decembrinas como la del “Viejo”. Menciona que en este año atípico es aún más necesario ir hacia la historia, la memoria y las identidades.
El especialista en culturas populares asegura que las tradiciones construyen identidad y, al mismo tiempo, dan sentido a la historia de la comunidad que se involucra en ellas.
Del “Viejo”, compartió la historia que indica que los orígenes están relacionados con una protesta social, cuando hacia finales del siglo XIX, en el puerto de Veracruz, un líder obrero de los muelles se manifestó frente a la casa de los patrones solicitando más apoyos para el cierre de año.
“Pide un reparto de recursos materiales o en efectivo para los trabajadores de los muelles, pero los patrones llaman a la policía y encarcelan al líder. Al año siguiente se repite. Es tal el efecto que tiene esta protesta que va sumando más trabajadores que se plantan en la casa de los patrones con ollas de peltre y hacen ruido para solicitar un aguinaldo”.
Apunta que de ahí viene el estribillo de “una limosna para este pobre viejo”; “se populariza como una forma de fiesta, pero al mismo tiempo como una forma simbolizada de exigencia de derechos”.
Constantino Toto, encargado del departamento de Culturas Populares del Instituto Veracruzano de Cultura, actualmente participa en un programa de difusión de las tradiciones.
Como parte de esta labor, expresa que las tradiciones van formando el acervo de memoria de los veracruzanos y desde las culturas populares es importante que no solo se preserven sino que se sigan recreando. De ahí la trascendencia de poder construir o explorar el universo de donde vienen.
Al respecto, el historiador Gustavo Vergara Ruiz comparte que “el Viejo” es una manifestación que se encuentra en España y Sudamérica, con sus variantes, y en México y en Veracruz, específicamente, hay referentes desde la segunda mitad del siglo XIX, en el puerto de Veracruz, pero también, en Tlacotalpan, Alvarado y Cosamaloapan, y hacia el sur.
Es un reconocimiento al año que termina. La gente a través de los cantos, del baile, de la figura del viejo que se quema, procesa una serie de manifestaciones muy propias de la idiosincrasia de los pueblos de Veracruz y, específicamente, del Sotavento
