El 53 por ciento de las mujeres en Veracruz experimentan con mayor frecuencia situaciones de pobreza laboral, enfrentando una realidad caracterizada por ingresos más bajos, la falta de acceso a posiciones de mayor jerarquía y una mayor participación en sectores informales.
Según el estudio “Mercado Laboral y Brechas de Género” de la organización “México, ¿cómo vamos?”, durante el tercer trimestre de 2023, la participación de las mujeres en la informalidad laboral aumentó en comparación con el año anterior.
Entre julio y septiembre de 2023, el 64. 8 por ciento de las mujeres veracruzanas trabajaban en empleos informales, un incremento frente al 63.7 por ciento registrado en 2022.
Este fenómeno se atribuye en gran medida a la búsqueda de flexibilidad laboral que les permita cumplir con sus responsabilidades familiares.
Contrastando esta situación, la proporción de hombres empleados en el sector informal disminuyó ligeramente, pasando del 57.2 al 56.8 por ciento entre 2022 y 2023.
La disparidad de género también se refleja en los ingresos promedio. En el tercer trimestre de 2023, mientras los hombres percibían un promedio de 11 mil 060 pesos en empleos formales en Veracruz, las mujeres ganaban 10 mil 109 pesos.
En el ámbito informal, los hombres obtenían un ingreso promedio de 5 mil 708 pesos, en contraste con los 4 mil 407 pesos que ganaban las mujeres.
Es importante destacar que estos ingresos se sitúan por debajo del promedio nacional, donde los hombres ganan 12,689 pesos en empleos formales y 7,100 pesos en empleos informales, mientras que las mujeres obtienen 11,088 pesos y 5,289 pesos respectivamente.
El empleo informal coloca a las mujeres en una posición de mayor vulnerabilidad, sin acceso a la seguridad social y con ingresos más bajos, lo que aumenta su riesgo de caer en la pobreza laboral.
El 53 por ciento de las mujeres en Veracruz, lo que equivale a más de la mitad de la población femenina, vive en situación de pobreza laboral, superando incluso el promedio nacional del 37.3 por ciento.
Esta disparidad de género se explica en parte por el tiempo adicional que las mujeres dedican a trabajos no remunerados en el hogar, como el cuidado de niños, personas enfermas y adultos mayores.
Aunque muchos de estos trabajos informales ofrecen flexibilidad para cumplir con las responsabilidades familiares, también exponen a las mujeres a mayores riesgos laborales y a una menor estabilidad financiera, sin acceso a la seguridad social en caso de enfermar, sin acceso a un sistema de guarderías y con menores ingresos en promedio.
A lo largo de sus carreras, las mujeres enfrentan mayores barreras para ascender a posiciones de liderazgo, en parte debido a la falta de un sistema de cuidados universal que les permita equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares en igualdad de condiciones con los hombres.
Por lo tanto, la brecha salarial se va ampliando con el tiempo, sobre todo en el mercado laboral informal, que es donde más mujeres trabajan, y cuando hay niñas y niños en casa.
Frente a este panorama, para “México, ¿cómo vamos?”, es crucial dirigir esfuerzos hacia la formalización del mercado laboral y promover la participación femenina en él, así como impulsar la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados que facilite la conciliación entre el trabajo y la vida familiar para las mujeres en México.