Xalapa, Ver.-Sobrellevar la pérdida de un ser querido puede ser uno de los mayores retos que se pueden enfrentar, dice Beatríz Nava Ríos, jefa del Departamento de Desarrollo e Integración Social, del Sistema DIF municipal.
En entrevista, señala que la muerte de la pareja, de un hermano, un padre o una madre puede causar un profundo dolor, al grado de dar paso a largos periodos de tristeza y depresión, conocidos como duelo.
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Aunque la muerte es una parte natural de la vida y representa su final, hay quienes difícilmente pueden asimilarla y por ello pasan por etapas complicadas que requieren de mucho apoyo emocional,comprensión y en casos graves o períodos excesivamente prolongados del apoyo de psiquiatras.
El duelo no solo es causado por la pérdida de personas queridas o amadas, pues también puede darse tras la muerte de alguna mascota que ocupaba un lugar muy importante o presentarse en pacientes con enfermedades terminales.
Según la especialista en cuidados paliativos, el duelo es un proceso normal y puede presentarse en niños, jóvenes y adultos por igual, tanto entre hombres y mujeres.
Sin embargo, precisa, el duelo puede manifestarse de diferentes maneras, pues hay quienes presentan síntomas como la tristeza, la depresión y la ansiedad, y otros que somatizan el dolor, es decir, convierten los trastornos psíquicos en síntomas orgánicos y funcionales.
¿El duelo produce cambios en la conducta?
Durante el proceso del duelo, puede haber cambios en la conducta, como la confusión, la frustración y el enojo para finalmente llegar a la etapa de la aceptación.
El duelo suele durar seis meses en menores de edad y doce en adultos. En caso de prolongarse durante más tiempo, es denominado duelo prolongado o patológico y es entonces cuando es necesario recurrir a la atención psiquiátrica, con el respaldo de medicamentos especializados.
Al ser un duelo patológico, la persona que lo experimenta atraviesa la intensificación de un duelo normal, se siente desbordada y recurre a una conducta desadaptativa, es decir, deja de hacer sus actividades cotidianas, su vida diaria se ve afectada y no deja de llorar, ante el recuerdo y el sufrimiento por la pérdida de un ser amado.
Otra de las afectaciones consiste en que pierde el interés por trabajar y de cumplir con otras responsabilidades, lo que hace necesario el apoyo de especialistas en salud mental.
Al caer en depresión, señala la especialista, también se corre el riesgo de atentar contra la propia vida, a causa del deseo de reunirse con la persona fallecida o el ser querido que se perdió.
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Por eso, señala, es necesario hacer una valoración inicial con las personas en duelo y detectar oportunamente a quienes pudieran tener intenciones de adelantar su muerte para evitarlo y darle el apoyo necesario.El duelo puede afectar incluso a personas cercanas a quienes lo padecen.
