/ martes 25 de abril de 2023

Historia de lucha: Andrea tardó en saber que tenía cáncer y ahora debe enfrentarlo

Andrea detectó malestares y se ha enfrentado a obstáculos para el diagnóstico y ahora curar el cáncer

El diagnóstico médico impactó la vida de Andrea N. y de su familia que la ha acompañado desde hace más de un año cuando empezó con malestares estomacales y avanzaron hasta un dictamen de cáncer; a sus 58 años debe enfrentar este padecimiento tras esperar tres semanas a ser operada en el Centro de Alta Especialidad "Dr. Rafael Lucio" (CAE) de esta ciudad.

El recorrido a lo largo de estos meses ha sido doloroso y caro al afrontar altos gastos en consultas y medicamentos privados, dado que de esperar a recibirlos en el sector salud público pasaría varios meses sin atención.

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¿Cuándo iniciaron sus primeras molestias por el cáncer?

Andrea cuenta que tras algunas molestias iniciales, sus padecimientos se agudizaron en mayo de 2022. En ese entonces carecía de servicios médicos pues toda su vida había trabajado de forma independiente. Ante la urgencia, su familia la apoyó para pagar gastos médicos privados superiores a 50 mil pesos, pero sin llegar a un diagnóstico real sobre sus males.

Durante meses recibió varios diagnósticos como que había que extirpar la vesícula hasta ser diagnosticada con Síndrome de Crohn, una enfermedad intestinal inflamatoria crónica que afecta el recubrimiento del tracto digestivo y que puede ocasionar complicaciones mortales.

A finales del 2022 y ante la imposibilidad de seguir sufragando consultas y medicamentos privados fue que optó por inscribirse en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). El proceso se logró un mes más tarde, en enero de este año. Se trató de la primera vez que recibió servicios médicos públicos ya que toda su trayectoria laboral acudió a los consultorios que funcionan en las farmacias de la ciudad.

Su recorrido para enfrentar sus dolores la llevó a acudir a consulta en el mes de marzo de este año al Centro de Salud de la colonia Miguel Alemán, donde una primera doctora le recomendó utilizar la medicina alternativa o “cochitos” para tratarse.

Fue ante la insistencia de su hijo Efraín Lozano, y después de mostrarle todos los estudios que ya llevaba de laboratorios privados, que accedió a darles el pase para acudir al Centro de Alta Especialidad del Estado de Veracruz (CAE). Llegó a este hospital en los primeros días de marzo.

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¿Cuánto peso perdió Andrea por la enfermedad?

De enero a marzo del 2023 se agudizaron sus problemas de salud, Andrea perdió más de 20 kilogramos de peso; de 65 pasó a 43 kilos. Poco era lo que podía comer debido a sus malestares.

Al llegar a la consulta al CAE empezó el calvario de espera: las consultas para realizar estudios y pasar con el médico internista resultaban alejadas. Fue en este sitio donde el gastroenterólogo que la revisó y checó los estudios le informó que requería una cirugía urgente.

Pese a esto, le dieron cita para los estudios y la consulta con el médico internista hasta el mes de mayo por lo que su familia optó por volver a realizar los estudios privados para agilizar su tratamiento. Fue así que lograron acelerar el proceso de la cirugía para marzo y no hasta mayo.

El asunto, le explicaron los empleados que otorgan las consultas en el CAE, es que la demanda rebasa la capacidad de atención. “Hay muchas personas en espera, para las cirugías hay demasiados casos que atender” cuenta y añade que el personal de este centro asegura que aunque ellos quieran no es posible dar una cita en semanas, sino que deben esperar más de dos meses, en promedio.

¿Qué obstáculos enfrentó para agilizar su caso?

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Tras hacer el esfuerzo de acudir a un médico internista privado y realizar estudios de forma privada; llegó nuevamente con el gastroenterólogo del CAE, quien en todo momento mostró interés en agilizar su caso dado su gravedad, pero faltaba que el hospital contara con una engrapadora quirúrgica. Esto resultó un nuevo obstáculo.

A su hijo le aseguraron que no la podía adquirir en el hospital y que debía tramitar una donación por parte del DIF Estatal, a través del Centro de Rehabilitación e integración Social de Veracruz (Crisver).

Este asunto le llevó a realizar un nuevo viacrucis de trámites y burocracia de dos semanas de espera; aunque ya había una cita para la cirugía ya no se realizó porque el CAE no tenía la engrapadora.

Efraín Lozano cuenta que realizó con todo lo que se le pidió para acceder a la donación de la engrapadora, fueron varios trámites que le llevaron horas y días de angustia. Debieron esperar a que le entregarán este instrumento que el cirujano requiere para realizar el procedimiento quirúrgico que requería Andrea.

Mientras tanto su madre soportó más días de intenso dolor intestinal y de mínimas ganas de comer. Por fin, se obtuvo la donación de la engrapadora y llegó la hora de la cirugía para el mes de abril y que coincidió con las vacaciones de Semana Santa.

Por tratarse de un procedimiento complicado la paciente debía internarse el sábado primero de abril a las 8 horas, para que se le pudieran realizar los lavados intestinales que exige la cirugía que le realizarían.

Su hijo Efraín relata que llegaron puntuales, pero se encontraron con la novedad de que no había camas, por lo que debían esperar en la sala de espera del hospital. Ahí permanecieron las 12 horas siguientes, acompañados de un sinnúmero de pacientes que estaban programados para distintos procedimientos. “Las horas pasaron y los pacientes soportaron hambre y la incomodidad de estar en una silla incómoda del hospital”.

Efraín comenta que en ese tiempo le compró a su mamá suero oral y gelatinas para que soportara la espera, tras cumplirse las 12 horas, las enfermeras les pidieron al resto de los pacientes que habían permanecido durante varios días en espera de una cirugía que se retiraran por falta de camas. Esa noche Andrea fue la única que se quedó internada.

El lunes temprano fue realizado el esperado procedimiento, pero la situación no resultó como se esperaba, su enfermedad no era Síndrome de Crohn, sino que el cirujano halló varios tumores, solo logró cortar uno y lo envió para su análisis a través de una biopsia.

Durante los siguientes tres días estuvo internada, en ese lapso se pidió a la familia comprar paracetamol inyectado porque el hospital no lo tiene, “nosotros pudimos adquirirlo, pero otros familiares de los pacientes que ahí estaban no tuvieron ese dinero para aplicarlo a su paciente”.

Tras la cirugía Andrea quedó con el intestino expuesto por lo que ahora debe usar bolsas de colostomía. Para la limpieza diaria que requiere su familia compra los distintos artículos que necesita como son gasas, guantes y desinfectante, entre otros, esto porque el hospital no los entrega.

Gastos se acumulan para las familias

Los gastos siguen acumulándose conforme pasan los días. “Es complicado enfrentar una enfermedad para las familias, son muchas horas de angustia y gastos excesivos”, dice.

El miércoles 19 de abril acudió a consulta para retiro de los puntos y revisión de la bolsa de colostomía. Ahí se le dio a conocer que los resultados de la biopsia resultaron positivos, que padece cáncer y ahora deberá ser canalizada al Centro Estatal de Cancerología (CECAN) por lo que nuevamente comenzaron con trámites.

Según lo informado, debe esperar que el Departamento de Servicio Social le entregue la orden para acudir a ese hospital a recibir el tratamiento que requiere. Ante la burocracia y la fuerte demanda que existe de estos servicios seguramente deberá esperar otros meses más para por fin ser atendida de este mal que padece y mina su salud.

Tras enfrentar la fuerte noticia y permanecer rodeada por su familia, quien la apoya en su lucha con ella, ahora intenta alimentarse de forma adecuada para recuperar un poco del peso perdido en este largo recorrido hasta saber que padece cáncer; esta enfermedad es la que le ha provocado tanto dolor y sufrimiento físico y emocional a ella y a su entorno familiar.

Seguramente, reconoce, pasarán semanas o meses, para que pueda ser atendida en el Centro Estatal de Cancerología. Ahora su hijo espera la cita en el CECAN; sabe que su lucha no es solo contra este padecimiento, sino con los tiempos de espera que deberá soportar para recibir la atención necesaria para así derrotar al cáncer.

El diagnóstico médico impactó la vida de Andrea N. y de su familia que la ha acompañado desde hace más de un año cuando empezó con malestares estomacales y avanzaron hasta un dictamen de cáncer; a sus 58 años debe enfrentar este padecimiento tras esperar tres semanas a ser operada en el Centro de Alta Especialidad "Dr. Rafael Lucio" (CAE) de esta ciudad.

El recorrido a lo largo de estos meses ha sido doloroso y caro al afrontar altos gastos en consultas y medicamentos privados, dado que de esperar a recibirlos en el sector salud público pasaría varios meses sin atención.

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¿Cuándo iniciaron sus primeras molestias por el cáncer?

Andrea cuenta que tras algunas molestias iniciales, sus padecimientos se agudizaron en mayo de 2022. En ese entonces carecía de servicios médicos pues toda su vida había trabajado de forma independiente. Ante la urgencia, su familia la apoyó para pagar gastos médicos privados superiores a 50 mil pesos, pero sin llegar a un diagnóstico real sobre sus males.

Durante meses recibió varios diagnósticos como que había que extirpar la vesícula hasta ser diagnosticada con Síndrome de Crohn, una enfermedad intestinal inflamatoria crónica que afecta el recubrimiento del tracto digestivo y que puede ocasionar complicaciones mortales.

A finales del 2022 y ante la imposibilidad de seguir sufragando consultas y medicamentos privados fue que optó por inscribirse en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). El proceso se logró un mes más tarde, en enero de este año. Se trató de la primera vez que recibió servicios médicos públicos ya que toda su trayectoria laboral acudió a los consultorios que funcionan en las farmacias de la ciudad.

Su recorrido para enfrentar sus dolores la llevó a acudir a consulta en el mes de marzo de este año al Centro de Salud de la colonia Miguel Alemán, donde una primera doctora le recomendó utilizar la medicina alternativa o “cochitos” para tratarse.

Fue ante la insistencia de su hijo Efraín Lozano, y después de mostrarle todos los estudios que ya llevaba de laboratorios privados, que accedió a darles el pase para acudir al Centro de Alta Especialidad del Estado de Veracruz (CAE). Llegó a este hospital en los primeros días de marzo.

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¿Cuánto peso perdió Andrea por la enfermedad?

De enero a marzo del 2023 se agudizaron sus problemas de salud, Andrea perdió más de 20 kilogramos de peso; de 65 pasó a 43 kilos. Poco era lo que podía comer debido a sus malestares.

Al llegar a la consulta al CAE empezó el calvario de espera: las consultas para realizar estudios y pasar con el médico internista resultaban alejadas. Fue en este sitio donde el gastroenterólogo que la revisó y checó los estudios le informó que requería una cirugía urgente.

Pese a esto, le dieron cita para los estudios y la consulta con el médico internista hasta el mes de mayo por lo que su familia optó por volver a realizar los estudios privados para agilizar su tratamiento. Fue así que lograron acelerar el proceso de la cirugía para marzo y no hasta mayo.

El asunto, le explicaron los empleados que otorgan las consultas en el CAE, es que la demanda rebasa la capacidad de atención. “Hay muchas personas en espera, para las cirugías hay demasiados casos que atender” cuenta y añade que el personal de este centro asegura que aunque ellos quieran no es posible dar una cita en semanas, sino que deben esperar más de dos meses, en promedio.

¿Qué obstáculos enfrentó para agilizar su caso?

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Tras hacer el esfuerzo de acudir a un médico internista privado y realizar estudios de forma privada; llegó nuevamente con el gastroenterólogo del CAE, quien en todo momento mostró interés en agilizar su caso dado su gravedad, pero faltaba que el hospital contara con una engrapadora quirúrgica. Esto resultó un nuevo obstáculo.

A su hijo le aseguraron que no la podía adquirir en el hospital y que debía tramitar una donación por parte del DIF Estatal, a través del Centro de Rehabilitación e integración Social de Veracruz (Crisver).

Este asunto le llevó a realizar un nuevo viacrucis de trámites y burocracia de dos semanas de espera; aunque ya había una cita para la cirugía ya no se realizó porque el CAE no tenía la engrapadora.

Efraín Lozano cuenta que realizó con todo lo que se le pidió para acceder a la donación de la engrapadora, fueron varios trámites que le llevaron horas y días de angustia. Debieron esperar a que le entregarán este instrumento que el cirujano requiere para realizar el procedimiento quirúrgico que requería Andrea.

Mientras tanto su madre soportó más días de intenso dolor intestinal y de mínimas ganas de comer. Por fin, se obtuvo la donación de la engrapadora y llegó la hora de la cirugía para el mes de abril y que coincidió con las vacaciones de Semana Santa.

Por tratarse de un procedimiento complicado la paciente debía internarse el sábado primero de abril a las 8 horas, para que se le pudieran realizar los lavados intestinales que exige la cirugía que le realizarían.

Su hijo Efraín relata que llegaron puntuales, pero se encontraron con la novedad de que no había camas, por lo que debían esperar en la sala de espera del hospital. Ahí permanecieron las 12 horas siguientes, acompañados de un sinnúmero de pacientes que estaban programados para distintos procedimientos. “Las horas pasaron y los pacientes soportaron hambre y la incomodidad de estar en una silla incómoda del hospital”.

Efraín comenta que en ese tiempo le compró a su mamá suero oral y gelatinas para que soportara la espera, tras cumplirse las 12 horas, las enfermeras les pidieron al resto de los pacientes que habían permanecido durante varios días en espera de una cirugía que se retiraran por falta de camas. Esa noche Andrea fue la única que se quedó internada.

El lunes temprano fue realizado el esperado procedimiento, pero la situación no resultó como se esperaba, su enfermedad no era Síndrome de Crohn, sino que el cirujano halló varios tumores, solo logró cortar uno y lo envió para su análisis a través de una biopsia.

Durante los siguientes tres días estuvo internada, en ese lapso se pidió a la familia comprar paracetamol inyectado porque el hospital no lo tiene, “nosotros pudimos adquirirlo, pero otros familiares de los pacientes que ahí estaban no tuvieron ese dinero para aplicarlo a su paciente”.

Tras la cirugía Andrea quedó con el intestino expuesto por lo que ahora debe usar bolsas de colostomía. Para la limpieza diaria que requiere su familia compra los distintos artículos que necesita como son gasas, guantes y desinfectante, entre otros, esto porque el hospital no los entrega.

Gastos se acumulan para las familias

Los gastos siguen acumulándose conforme pasan los días. “Es complicado enfrentar una enfermedad para las familias, son muchas horas de angustia y gastos excesivos”, dice.

El miércoles 19 de abril acudió a consulta para retiro de los puntos y revisión de la bolsa de colostomía. Ahí se le dio a conocer que los resultados de la biopsia resultaron positivos, que padece cáncer y ahora deberá ser canalizada al Centro Estatal de Cancerología (CECAN) por lo que nuevamente comenzaron con trámites.

Según lo informado, debe esperar que el Departamento de Servicio Social le entregue la orden para acudir a ese hospital a recibir el tratamiento que requiere. Ante la burocracia y la fuerte demanda que existe de estos servicios seguramente deberá esperar otros meses más para por fin ser atendida de este mal que padece y mina su salud.

Tras enfrentar la fuerte noticia y permanecer rodeada por su familia, quien la apoya en su lucha con ella, ahora intenta alimentarse de forma adecuada para recuperar un poco del peso perdido en este largo recorrido hasta saber que padece cáncer; esta enfermedad es la que le ha provocado tanto dolor y sufrimiento físico y emocional a ella y a su entorno familiar.

Seguramente, reconoce, pasarán semanas o meses, para que pueda ser atendida en el Centro Estatal de Cancerología. Ahora su hijo espera la cita en el CECAN; sabe que su lucha no es solo contra este padecimiento, sino con los tiempos de espera que deberá soportar para recibir la atención necesaria para así derrotar al cáncer.

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