/ jueves 4 de enero de 2024

Alianzas partidarias contra derechos humanos

La eterna lucha por los derechos de la población LGBTQ+ y personas no binaries, ha sido esencialmente una lucha cultural, social y política. Es y sigue siendo la dignificación humana por el reconocimiento y la visibilidad de la diferencia, por la existencia de todas las personas, de aquellas que no encajan en los moldes que la sociedad heterosexual hegemónica occidental establecida.

Por ello, ha sido una lucha rebelde, contra la corriente rompiendo roles, estereotipos y la estigmatización, de impulso vital agitando conciencias que se pensaban inamovibles.

Desde su trinchera, en Veracruz, decenas de activistas, asociaciones y organizaciones de la sociedad civil han conquistado poco a poco espacios sociales y políticos para que los derechos de la comunidad LGBTQ+ sean una realidad.

Existe un antes y un después de la Coalición Estatal LGBTTTIQ+ Veracruz en la forma de hacer activismo, se reconoce y respeta a todas las personas que le antecedieron, instituciones en esa lucha social que enfrentaron batallas donde los tiempos eran de una rudeza extrema y aun así lograron colocar en la agenda social, la visibilidad de la problemática de la entonces llamada “comunidad”.

Los logros en el avance de los derechos fue gradual, después de la reforma del 2001, en el estado en 2016 cuando nace la Coalición, se exigía que respetaran y se promovieran los derechos humanos de todas las personas, a partir de 2018 la lucha se ha enfocado para que se garanticen y protejan los derechos humanos a través de los derechos civiles y penales.

De diciembre de 2019 a la fecha, la lucha se ha centrado en que no haya un retroceso en los derechos políticos-electorales de nuestra población, para que los partidos respeten las cuotas por acciones afirmativas que ganamos en el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial y que se armoniza con el Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz.

Las precampañas en el estado iniciaron oficialmente el 2 de enero de este año, como lo he comentado en publicaciones anteriores, las personas aspirantes tiene un gran reto para convencer al electorado y la mejor manera será con propuestas y no con descalificaciones, la ciudadanía está cansada de esas prácticas, lo que necesitamos es conocer cómo van a solucionar los problemas de los diferentes sectores sociales, no queremos más discursos de señalamientos estériles que ni siquiera llevan al debate, son de forma sin atacar el fondo.

En esta ocasión, expondré una reflexión sobre la alianza entre partidos constituida por el PAN-PRI-PRD denominada “Frente Amplio por México”, a nivel federal, y “Fuerza y Corazón” en el estado de Veracruz; seré objetivo dejando claro que no es personal, es mi punto de vista como activista y defensor de los derechos humanos que ha tenido la oportunidad de incidir la Agenda LGBTTTIQ+ con todos los partidos políticos.

Para empezar, la conformación de esta alianza es demasiado extraña, derivado de las ideologías políticas opuestas entre los partidos que la integran.

El PAN, siendo un partido conservador de ultraderecha, asociado con religiones antiderechos humanos, en contra del matrimonio igualitario, de la identidad y/o expresión sexogenérica, contra las infancias trans, contra la interrupción legal del embarazo, en contra de las familias diversas, contra la adopción homoparental, contra los libros de texto que contemplan educación en materia de género para inhibir todo tipo de violencia y discriminación escolar, quienes impugnaron las acciones afirmativas, que quisieron hacer una “ley espejo” para no reconocer el matrimonio igualitario, quienes gobernaron dos años y giraron una circular en la Secretaría de Educación de Veracruz donde se culpabilizó a las mujeres que por su forma de vestir y maquillaje era motivo para recibir hostigamiento o acoso sexual, que asistieron a misa poniéndose de rodillas mandando el mensaje de su alianza con la Iglesia, quien ha sido la principal promotora de discursos de odio por homofobia, expresando que las mujeres que usan pantalón se vuelven lesbianas, que ven a nuestra población como “jotitos y lenchas”, que saben sumar votos, entre otros comentarios homofóbicos que por espacio ya no puedo mencionar.

Del PRI puedo comentar que durante 75 años estuvo en el poder y no hizo absolutamente nada por nuestra población, al contrario, a sus candidatas y candidatos los casaban para dar la imagen de la “familia perfecta”, porque no era políticamente correcto pertenecer a la “comunidad”, evadiendo siempre la agenda. Lo poco rescatable es el PRD, quienes fueron vanguardistas en estos temas, pero antes las condiciones de la alianza no la impulsarán con esa fuerza que se necesita, ya han sucumbido antes.

Reconozco a grandes aliadas y aliados de los tres partidos, tienen mi cariño y respeto, pero su incidencia no ha sido suficiente para los cambios que exigimos.

*Maestro. Activista.

La eterna lucha por los derechos de la población LGBTQ+ y personas no binaries, ha sido esencialmente una lucha cultural, social y política. Es y sigue siendo la dignificación humana por el reconocimiento y la visibilidad de la diferencia, por la existencia de todas las personas, de aquellas que no encajan en los moldes que la sociedad heterosexual hegemónica occidental establecida.

Por ello, ha sido una lucha rebelde, contra la corriente rompiendo roles, estereotipos y la estigmatización, de impulso vital agitando conciencias que se pensaban inamovibles.

Desde su trinchera, en Veracruz, decenas de activistas, asociaciones y organizaciones de la sociedad civil han conquistado poco a poco espacios sociales y políticos para que los derechos de la comunidad LGBTQ+ sean una realidad.

Existe un antes y un después de la Coalición Estatal LGBTTTIQ+ Veracruz en la forma de hacer activismo, se reconoce y respeta a todas las personas que le antecedieron, instituciones en esa lucha social que enfrentaron batallas donde los tiempos eran de una rudeza extrema y aun así lograron colocar en la agenda social, la visibilidad de la problemática de la entonces llamada “comunidad”.

Los logros en el avance de los derechos fue gradual, después de la reforma del 2001, en el estado en 2016 cuando nace la Coalición, se exigía que respetaran y se promovieran los derechos humanos de todas las personas, a partir de 2018 la lucha se ha enfocado para que se garanticen y protejan los derechos humanos a través de los derechos civiles y penales.

De diciembre de 2019 a la fecha, la lucha se ha centrado en que no haya un retroceso en los derechos políticos-electorales de nuestra población, para que los partidos respeten las cuotas por acciones afirmativas que ganamos en el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial y que se armoniza con el Organismo Público Local Electoral del Estado de Veracruz.

Las precampañas en el estado iniciaron oficialmente el 2 de enero de este año, como lo he comentado en publicaciones anteriores, las personas aspirantes tiene un gran reto para convencer al electorado y la mejor manera será con propuestas y no con descalificaciones, la ciudadanía está cansada de esas prácticas, lo que necesitamos es conocer cómo van a solucionar los problemas de los diferentes sectores sociales, no queremos más discursos de señalamientos estériles que ni siquiera llevan al debate, son de forma sin atacar el fondo.

En esta ocasión, expondré una reflexión sobre la alianza entre partidos constituida por el PAN-PRI-PRD denominada “Frente Amplio por México”, a nivel federal, y “Fuerza y Corazón” en el estado de Veracruz; seré objetivo dejando claro que no es personal, es mi punto de vista como activista y defensor de los derechos humanos que ha tenido la oportunidad de incidir la Agenda LGBTTTIQ+ con todos los partidos políticos.

Para empezar, la conformación de esta alianza es demasiado extraña, derivado de las ideologías políticas opuestas entre los partidos que la integran.

El PAN, siendo un partido conservador de ultraderecha, asociado con religiones antiderechos humanos, en contra del matrimonio igualitario, de la identidad y/o expresión sexogenérica, contra las infancias trans, contra la interrupción legal del embarazo, en contra de las familias diversas, contra la adopción homoparental, contra los libros de texto que contemplan educación en materia de género para inhibir todo tipo de violencia y discriminación escolar, quienes impugnaron las acciones afirmativas, que quisieron hacer una “ley espejo” para no reconocer el matrimonio igualitario, quienes gobernaron dos años y giraron una circular en la Secretaría de Educación de Veracruz donde se culpabilizó a las mujeres que por su forma de vestir y maquillaje era motivo para recibir hostigamiento o acoso sexual, que asistieron a misa poniéndose de rodillas mandando el mensaje de su alianza con la Iglesia, quien ha sido la principal promotora de discursos de odio por homofobia, expresando que las mujeres que usan pantalón se vuelven lesbianas, que ven a nuestra población como “jotitos y lenchas”, que saben sumar votos, entre otros comentarios homofóbicos que por espacio ya no puedo mencionar.

Del PRI puedo comentar que durante 75 años estuvo en el poder y no hizo absolutamente nada por nuestra población, al contrario, a sus candidatas y candidatos los casaban para dar la imagen de la “familia perfecta”, porque no era políticamente correcto pertenecer a la “comunidad”, evadiendo siempre la agenda. Lo poco rescatable es el PRD, quienes fueron vanguardistas en estos temas, pero antes las condiciones de la alianza no la impulsarán con esa fuerza que se necesita, ya han sucumbido antes.

Reconozco a grandes aliadas y aliados de los tres partidos, tienen mi cariño y respeto, pero su incidencia no ha sido suficiente para los cambios que exigimos.

*Maestro. Activista.