/ jueves 29 de abril de 2021

Cuidar la verdad, tirios y troyanos

Seguramente usted, como yo, nos hemos hecho esta pregunta si el retiro de la política representa un dilema para expresidentes y exmandatarios, en especial si son jóvenes y dejan la política activa cuando tienen aún muchos años por delante.

Una de las características del poder político es que siempre está acompañado de oportunidades de enriquecimiento en el tiempo que se ejerce, pero también después, cuando los políticos se retiran. El retiro de la política representa un dilema existencial. La posibilidad de incurrir en conflictos de intereses limita el abanico de actividades a las que los políticos retirados pueden dedicarse. Algunos de ellos participan en los circuitos internacionales de conferencistas como oradores contratados, o escriben libros de memorias de las cuales se obtienen regalías. Otros optan por trabajar para organismos internacionales, dar clases, fundar una organización de la sociedad civil, regresar a la vida privada a ejercer sus profesiones o se convierten en asesores de empresas privadas. La vinculación laboral entre empresas privadas y exgobernantes siempre ha sido polémica y presenta un reto para los reguladores que tratan de prevenir los dilemas de la llamada “puerta revolvente”, los pagos de favores y los conflictos de intereses.

La red de relaciones que logra tejer un político de alto nivel en el tiempo en el que estuvo en funciones, la información privilegiada a la que tuvo acceso, el conocimiento sobre cómo operan las poleas de la política interna de un país la ascendencia que tiene sobre legisladores o servidores públicos en activo, todo eso tiene un enorme valor para cualquier empresa que quiera beneficiarse tratando de influenciar las decisiones del gobierno. Así las cosas. En política, percepción es realidad.

En otro tema debo decir que México necesita urgentemente energía limpia.

Los líderes con visión están planteando innovadoras, si nuestros dirigentes no se preocupan por nuestros recursos en unos años no habrá país que gobernar.

Se celebró el Día Internacional de la Tierra cuyo objetivo es promover el apoyo a la protección del medio ambiente, aunque la realidad es que hoy existe una vigencia en redefinir nuestra relación con la naturaleza.

Millones de personas han empezado a tomar acciones para apoyar la conservación de los recursos naturales, y aunque todos los esfuerzos suman, lo que realmente traerá un cambio sustancial son las políticas gubernamentales que tomen los diferentes países para disminuir las emisiones de dióxido de carbono.

Las industrias que más contaminan son la petrolera, la del transporte y la de la moda rápida “fast fashion”, como se le conoce en inglés.

Así que no nos debe sorprender que México ocupe el puesto 72 de 180 en el Índice de Desempeño Ambiental EPI. Este indice, publicado por la Universidad de Yale desde 2002, da una calificación por rendimiento ambiental a las políticas públicas de los países y está diseñando alineado a los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 2030.

Por ello en mi opinión las políticas ambientales en México deberían de buscar la promoción, creación y desarrollo de energías limpias, y dejar de enfocarse principalmente en la producción y refinamiento del petróleo.

En este momento de elecciones tan importantes para nuestro país, lo que deberíamos de hacer es cuestionar al gobierno sobre sus políticas energéticas y exigirle que trate el tema con carácter de urgencia, México es un país privilegiado en recursos naturales, pero uno de los peores rankeados en calidad del aire. Esta administración ha enfocado sus esfuerzos a crear reformas qué benefician a Pemex, cuando lo que debería de estar haciendo es fomentar y procurar el uso de nuevas tecnologías y energías limpias para reemplazar a los hidrocarburos.

Los líderes con visión están planteando políticas innovadoras, si nuestros dirigentes no se preocupan por nuestros recursos en unos años no habrá país que gobernar.

Seguramente usted, como yo, nos hemos hecho esta pregunta si el retiro de la política representa un dilema para expresidentes y exmandatarios, en especial si son jóvenes y dejan la política activa cuando tienen aún muchos años por delante.

Una de las características del poder político es que siempre está acompañado de oportunidades de enriquecimiento en el tiempo que se ejerce, pero también después, cuando los políticos se retiran. El retiro de la política representa un dilema existencial. La posibilidad de incurrir en conflictos de intereses limita el abanico de actividades a las que los políticos retirados pueden dedicarse. Algunos de ellos participan en los circuitos internacionales de conferencistas como oradores contratados, o escriben libros de memorias de las cuales se obtienen regalías. Otros optan por trabajar para organismos internacionales, dar clases, fundar una organización de la sociedad civil, regresar a la vida privada a ejercer sus profesiones o se convierten en asesores de empresas privadas. La vinculación laboral entre empresas privadas y exgobernantes siempre ha sido polémica y presenta un reto para los reguladores que tratan de prevenir los dilemas de la llamada “puerta revolvente”, los pagos de favores y los conflictos de intereses.

La red de relaciones que logra tejer un político de alto nivel en el tiempo en el que estuvo en funciones, la información privilegiada a la que tuvo acceso, el conocimiento sobre cómo operan las poleas de la política interna de un país la ascendencia que tiene sobre legisladores o servidores públicos en activo, todo eso tiene un enorme valor para cualquier empresa que quiera beneficiarse tratando de influenciar las decisiones del gobierno. Así las cosas. En política, percepción es realidad.

En otro tema debo decir que México necesita urgentemente energía limpia.

Los líderes con visión están planteando innovadoras, si nuestros dirigentes no se preocupan por nuestros recursos en unos años no habrá país que gobernar.

Se celebró el Día Internacional de la Tierra cuyo objetivo es promover el apoyo a la protección del medio ambiente, aunque la realidad es que hoy existe una vigencia en redefinir nuestra relación con la naturaleza.

Millones de personas han empezado a tomar acciones para apoyar la conservación de los recursos naturales, y aunque todos los esfuerzos suman, lo que realmente traerá un cambio sustancial son las políticas gubernamentales que tomen los diferentes países para disminuir las emisiones de dióxido de carbono.

Las industrias que más contaminan son la petrolera, la del transporte y la de la moda rápida “fast fashion”, como se le conoce en inglés.

Así que no nos debe sorprender que México ocupe el puesto 72 de 180 en el Índice de Desempeño Ambiental EPI. Este indice, publicado por la Universidad de Yale desde 2002, da una calificación por rendimiento ambiental a las políticas públicas de los países y está diseñando alineado a los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 2030.

Por ello en mi opinión las políticas ambientales en México deberían de buscar la promoción, creación y desarrollo de energías limpias, y dejar de enfocarse principalmente en la producción y refinamiento del petróleo.

En este momento de elecciones tan importantes para nuestro país, lo que deberíamos de hacer es cuestionar al gobierno sobre sus políticas energéticas y exigirle que trate el tema con carácter de urgencia, México es un país privilegiado en recursos naturales, pero uno de los peores rankeados en calidad del aire. Esta administración ha enfocado sus esfuerzos a crear reformas qué benefician a Pemex, cuando lo que debería de estar haciendo es fomentar y procurar el uso de nuevas tecnologías y energías limpias para reemplazar a los hidrocarburos.

Los líderes con visión están planteando políticas innovadoras, si nuestros dirigentes no se preocupan por nuestros recursos en unos años no habrá país que gobernar.