/ viernes 3 de enero de 2020

El cuarto rey mago, Artabán

Todos conocemos la historia fascinante de los reyes magos, esta historia que a nosotros cuando éramos niños nos emocionaba e ilusionaba, así como pasa ahora con nuestros hijos, y con todos los niños del mundo.

Cómo olvidar el 5 de enero, no podíamos dormir por pensar en los juguetes que nos traerían Melchor, Gaspar y Baltazar; algunos queríamos verlos, y otros niños tristemente no se ilusionaban con los reyes magos, ya que la miseria reinaba en sus hogares, algunos o eran huérfanos o abandonados; historias de imaginación y otras de tristeza.

Hoy te platicaré del cuarto rey mago, conocido por pocos; así que niños, atentos, ya que no pierdan la esperanza, tal vez Artabán llegue a sus hogares a darles sus juguetes.

En las montañas de la antigua Persia vivía Artabán, el cuarto rey mago, dicen que era estudioso de los planetas, estrellas y universo, amigo de los tres reyes magos. Vendió todos sus bienes para comprar tres regalos: un zafiro, un ruby y una perla, eran para el Rey de reyes; desde muy temprano se subió a la hermosa silla de su caballo, llevaba puesta una larga y hermosa capa, digna de un rey, su cuerpo delgado y atlético lo hacía ver un apuesto joven mago o rey, se dirigió a Jerusalén, donde se había quedado de ver con sus amigos los tres reyes.

Artabán, conocido por su generosidad, se fue encontrado en su camino gente necesitada, se encontró a un hombre enfermo y moribundo, lo ayudó y le dijo que el rey de reyes nacería en Belén, no en Jerusalén; Artabán, nervioso, tomó su caballo, y a todo galope fue al encuentro de sus amigos; sin embargo, cuando llegó al punto de reunión se encontró con un mensaje de los tres reyes magos que decía: “no podemos esperar más, cruza el desierto”. Angustiado, Artabán ya no tenía provisiones y su caballo estaba cansado.

Tras una larga serie se peripecias que lo alejaron de su viaje, pasaron 30 años; Artabán, triste y agotado, llega a Belén a buscar al mesías, vio que estaban crucificando a un hombre y preguntó quién era; le dijeron que era un hoombre que se decía llamar el Mesías, Rey de reyes;.

En ese momento Artabán comprendió que era la persona que buscaba, aquel hombre que agonizaba en la cruz era Jesucristo, se acercó a él y le dijo: "señor, llegué tarde, perdóname". Jesucristo le contestó: "siempre estuviste conmigo, al ayudar al moribundo estuviste conmigo, al ayudar al necesitado me ayudaste a mí, al amar a tu prójimo me amaste a mí".

Artabán, el cuarto rey mago, nunca desistió, siempre tuvo la esperanza de encontrar al mesías; es el mejor rey mago, porque ayudó a enfermos, moribundos, a los pobres y necesitados; hoy pienso en aquellas personas altruistas que ayudan y apoyan, son personas que Dios nos envía, como Artabán, nuestro cuarto rey mago.

lexfemme.12@hotmail.com

Todos conocemos la historia fascinante de los reyes magos, esta historia que a nosotros cuando éramos niños nos emocionaba e ilusionaba, así como pasa ahora con nuestros hijos, y con todos los niños del mundo.

Cómo olvidar el 5 de enero, no podíamos dormir por pensar en los juguetes que nos traerían Melchor, Gaspar y Baltazar; algunos queríamos verlos, y otros niños tristemente no se ilusionaban con los reyes magos, ya que la miseria reinaba en sus hogares, algunos o eran huérfanos o abandonados; historias de imaginación y otras de tristeza.

Hoy te platicaré del cuarto rey mago, conocido por pocos; así que niños, atentos, ya que no pierdan la esperanza, tal vez Artabán llegue a sus hogares a darles sus juguetes.

En las montañas de la antigua Persia vivía Artabán, el cuarto rey mago, dicen que era estudioso de los planetas, estrellas y universo, amigo de los tres reyes magos. Vendió todos sus bienes para comprar tres regalos: un zafiro, un ruby y una perla, eran para el Rey de reyes; desde muy temprano se subió a la hermosa silla de su caballo, llevaba puesta una larga y hermosa capa, digna de un rey, su cuerpo delgado y atlético lo hacía ver un apuesto joven mago o rey, se dirigió a Jerusalén, donde se había quedado de ver con sus amigos los tres reyes.

Artabán, conocido por su generosidad, se fue encontrado en su camino gente necesitada, se encontró a un hombre enfermo y moribundo, lo ayudó y le dijo que el rey de reyes nacería en Belén, no en Jerusalén; Artabán, nervioso, tomó su caballo, y a todo galope fue al encuentro de sus amigos; sin embargo, cuando llegó al punto de reunión se encontró con un mensaje de los tres reyes magos que decía: “no podemos esperar más, cruza el desierto”. Angustiado, Artabán ya no tenía provisiones y su caballo estaba cansado.

Tras una larga serie se peripecias que lo alejaron de su viaje, pasaron 30 años; Artabán, triste y agotado, llega a Belén a buscar al mesías, vio que estaban crucificando a un hombre y preguntó quién era; le dijeron que era un hoombre que se decía llamar el Mesías, Rey de reyes;.

En ese momento Artabán comprendió que era la persona que buscaba, aquel hombre que agonizaba en la cruz era Jesucristo, se acercó a él y le dijo: "señor, llegué tarde, perdóname". Jesucristo le contestó: "siempre estuviste conmigo, al ayudar al moribundo estuviste conmigo, al ayudar al necesitado me ayudaste a mí, al amar a tu prójimo me amaste a mí".

Artabán, el cuarto rey mago, nunca desistió, siempre tuvo la esperanza de encontrar al mesías; es el mejor rey mago, porque ayudó a enfermos, moribundos, a los pobres y necesitados; hoy pienso en aquellas personas altruistas que ayudan y apoyan, son personas que Dios nos envía, como Artabán, nuestro cuarto rey mago.

lexfemme.12@hotmail.com