/ lunes 3 de abril de 2023

En qué consiste el plan D de Morena; oposición, sin defensa

Mucho se dice, como crítica o lamento, que la oposición a Morena aún no tiene perfilado a su posible candidato presidencial, pero hay otro factor negativo más fuerte: esos partidos ni siquiera operan como tales.

La oposición, hasta ahora, apuradamente lanza una que otra crítica y su voz se apaga rápido porque no ha podido o no ha querido armar un verdadero bloque bien estructurado para enfrentar realmente a la 4T.

Y cuando se llega al punto de cómo esos partidos están preparándose para intentar ganar la guerra electoral de 2024 nos encontramos una situación peor.

Si usted es militante o simpatizante sabrá que los dirigentes no han realizado algo en materia de estructura electoral.

Saben perfectamente que la de 2024 será una elección con casi todo en contra, porque así la padecieron en 2021, cuando no supieron defender los votos emitidos por toda la gente enojada con el gobierno y su fuerza en la Cámara de Diputados no llegó al nivel de ser un dique fuerte a las leyes y cambios que propone la 4T.

Saben cómo operó Morena para sacarles de la bolsa un gran número de diputaciones federales por todo el país, como sucedió en Veracruz, en donde únicamente pudieron triunfar un priista, Pepe Yunes, y una panista, María José Gamboa.

Y saben que esa dosis se las querrá repetir el próximo año, pero corregida y aumentada, ¿entonces, insistimos, cómo están preparándose para contrarrestarla?

¿Ya están seleccionando, adoctrinando y capacitando a los que serán sus representantes en todas, todas, todas las casillas?

Cada acta será de gran importancia, ¿están escogiendo ya a los que deberán defenderlas con uñas y dientes?

De lo contrario sus representantes al primer grito de sus rivales saldrán corriendo o se doblarán ante las presiones.

Gente dispuesta a defender los resultados la hay, ¿pero la están preparando para que conozca bien la ley y todas las mañas aún existentes a la hora de contar los votos, asentar los resultados y repartir las copias de las actas, algunas de las cuales quedan casi ilegibles?

¿Qué tan preparados están los que serán observadores electorales, a los que les corresponderá exhibir las irregularidades, que podrían ser muchas?

Hay mucha gente inconforme contra el actual gobierno, ¿cuánta?, el día de la elección se sabrá, pero una cosa es que voten y otra cosa es que los votos finalmente sean contados tal y como los depositan los ciudadanos.

En Morena sí están preparándose, si no que les pregunten a algunos funcionarios de Seguridad Pública. En la oposición… están defendiendo sus parcelas de poder.

Mientras tanto ya les ganaron el Instituto Nacional Electoral, aunque en la presidencia haya quedado la consejera Guadalupe Taddei Zavala, que sí conoce lo que es el INE y tiene la formación en esa institución, falta ver que eso lo traduzca en independencia.

Eso sí, y lo saben en la oposición, de todas formas Morena tenía y tiene una gran influencia en el INE. No la tenía en la presidencia ni con la mayoría de los consejeros nacionales, pero sí en un buen número de vocalías ejecutivas estatales y locales. Ese era y es su plan D.

Mucho se dice, como crítica o lamento, que la oposición a Morena aún no tiene perfilado a su posible candidato presidencial, pero hay otro factor negativo más fuerte: esos partidos ni siquiera operan como tales.

La oposición, hasta ahora, apuradamente lanza una que otra crítica y su voz se apaga rápido porque no ha podido o no ha querido armar un verdadero bloque bien estructurado para enfrentar realmente a la 4T.

Y cuando se llega al punto de cómo esos partidos están preparándose para intentar ganar la guerra electoral de 2024 nos encontramos una situación peor.

Si usted es militante o simpatizante sabrá que los dirigentes no han realizado algo en materia de estructura electoral.

Saben perfectamente que la de 2024 será una elección con casi todo en contra, porque así la padecieron en 2021, cuando no supieron defender los votos emitidos por toda la gente enojada con el gobierno y su fuerza en la Cámara de Diputados no llegó al nivel de ser un dique fuerte a las leyes y cambios que propone la 4T.

Saben cómo operó Morena para sacarles de la bolsa un gran número de diputaciones federales por todo el país, como sucedió en Veracruz, en donde únicamente pudieron triunfar un priista, Pepe Yunes, y una panista, María José Gamboa.

Y saben que esa dosis se las querrá repetir el próximo año, pero corregida y aumentada, ¿entonces, insistimos, cómo están preparándose para contrarrestarla?

¿Ya están seleccionando, adoctrinando y capacitando a los que serán sus representantes en todas, todas, todas las casillas?

Cada acta será de gran importancia, ¿están escogiendo ya a los que deberán defenderlas con uñas y dientes?

De lo contrario sus representantes al primer grito de sus rivales saldrán corriendo o se doblarán ante las presiones.

Gente dispuesta a defender los resultados la hay, ¿pero la están preparando para que conozca bien la ley y todas las mañas aún existentes a la hora de contar los votos, asentar los resultados y repartir las copias de las actas, algunas de las cuales quedan casi ilegibles?

¿Qué tan preparados están los que serán observadores electorales, a los que les corresponderá exhibir las irregularidades, que podrían ser muchas?

Hay mucha gente inconforme contra el actual gobierno, ¿cuánta?, el día de la elección se sabrá, pero una cosa es que voten y otra cosa es que los votos finalmente sean contados tal y como los depositan los ciudadanos.

En Morena sí están preparándose, si no que les pregunten a algunos funcionarios de Seguridad Pública. En la oposición… están defendiendo sus parcelas de poder.

Mientras tanto ya les ganaron el Instituto Nacional Electoral, aunque en la presidencia haya quedado la consejera Guadalupe Taddei Zavala, que sí conoce lo que es el INE y tiene la formación en esa institución, falta ver que eso lo traduzca en independencia.

Eso sí, y lo saben en la oposición, de todas formas Morena tenía y tiene una gran influencia en el INE. No la tenía en la presidencia ni con la mayoría de los consejeros nacionales, pero sí en un buen número de vocalías ejecutivas estatales y locales. Ese era y es su plan D.