/ viernes 17 de agosto de 2018

Endeble discurso

El gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, posee un bono democrático de gran importancia como para que se diluya prematuramente con un discurso endeble y disperso. Y es que a 47 días del triunfo histórico de Morena no sólo en el estado sino en todo el país, sigo sin ver a un estadista en la figura del ex diputado federal por Xalapa. Si bien en su condición de oposición al actual gobierno debe actuar con criticidad y poniendo en duda las acciones que ha llevado a cabo la administración que está por fenecer, lo cierto es que en su discurso Cuitláhuac García ha sido parco. Digo lo anterior porque a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, quien en cada uno de los libros de su autoría ha dejado claro cuál es el proyecto de nación que busca impulsar a partir del primero de diciembre, en el caso del gobernador electo hasta ahora son simples esbozos, muy limitados por cierto, lo que será su proyecto de gobierno.

Y cuando digo que su discurso es disperso me refiero a que, teniendo tanta materia de donde echar mano basándose en el esquema programático de López Obrador en cuanto a salud, educación, infraestructura, seguridad pública, medio ambiente, transparencia, desarrollo social, entre otros temas, observo a García Jiménez sin orden temático al momento de conversar con los medios de comunicación luego de las reuniones que ha sostenido con ciudadanos y organizaciones sociales. De hecho, durante su campaña fueron contadas las propuestas realizadas por el hoy gobernador electo; la mayoría de ellas genéricas al sostener que apoyará a los jóvenes, a las mujeres, a los campesinos, a los empresarios, etc., sin especificar los cómos, los cuándos y dóndes.

A 47 días de distancia y a poco menos de tres meses de tomar posesión del cargo, tanto el gobernador electo como su equipo estoy seguro que ya están trabajando en lo que será el Plan Veracruzano de Desarrollo 2018-2024 así como en las políticas públicas y programas sociales a impulsar. Es cierto que Cuitláhuac deberá revisar a detalle las cuentas de la administración yunista y proceder conforme a la ley si existen irregularidades; sin embargo, no puede pasarse todo el tiempo criticando sin proponer pues a partir de diciembre tendrá en sus manos la enorme responsabilidad de combatir la pobreza y la marginación en que viven millones de veracruzanos; y hasta ahora como ciudadano no me queda claro cuáles van a ser los ejes temáticos de su gobierno salvo el de revertir, como lo ha dicho últimamente, todas las decisiones tomadas por el actual gobierno.

De allí que, en parte, coincido con la apreciación del Obispo de Veracruz, Luis Felipe Gallardo, en el sentido de que debe haber más madurez de parte del gobernador electo. Esto no significa, desde luego, coartar su libertad de expresión; por el contrario, Cuitláhuac García debe aprovechar el bono democrático que posee para dejar en claro a la sociedad cuáles serán los alcances de su gobierno; a qué le dará prioridad; de dónde partirá el esfuerzo por revertir la violencia y la inseguridad en el estado; de dónde saldrán los recursos para apoyar al campo; qué pasará con la deuda; qué hará con las escuelas que carecen de infraestructura; y en materia hospitalaria qué acciones tomará. Repito, sigo viendo un discurso muy limitado. Ojalá que conforme se acerque su toma de posesión y el inicio formal de su gobierno, los veracruzanos conozcamos más de su plan de gobierno.

mariodanielbadillo@hotmail.com



El gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, posee un bono democrático de gran importancia como para que se diluya prematuramente con un discurso endeble y disperso. Y es que a 47 días del triunfo histórico de Morena no sólo en el estado sino en todo el país, sigo sin ver a un estadista en la figura del ex diputado federal por Xalapa. Si bien en su condición de oposición al actual gobierno debe actuar con criticidad y poniendo en duda las acciones que ha llevado a cabo la administración que está por fenecer, lo cierto es que en su discurso Cuitláhuac García ha sido parco. Digo lo anterior porque a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, quien en cada uno de los libros de su autoría ha dejado claro cuál es el proyecto de nación que busca impulsar a partir del primero de diciembre, en el caso del gobernador electo hasta ahora son simples esbozos, muy limitados por cierto, lo que será su proyecto de gobierno.

Y cuando digo que su discurso es disperso me refiero a que, teniendo tanta materia de donde echar mano basándose en el esquema programático de López Obrador en cuanto a salud, educación, infraestructura, seguridad pública, medio ambiente, transparencia, desarrollo social, entre otros temas, observo a García Jiménez sin orden temático al momento de conversar con los medios de comunicación luego de las reuniones que ha sostenido con ciudadanos y organizaciones sociales. De hecho, durante su campaña fueron contadas las propuestas realizadas por el hoy gobernador electo; la mayoría de ellas genéricas al sostener que apoyará a los jóvenes, a las mujeres, a los campesinos, a los empresarios, etc., sin especificar los cómos, los cuándos y dóndes.

A 47 días de distancia y a poco menos de tres meses de tomar posesión del cargo, tanto el gobernador electo como su equipo estoy seguro que ya están trabajando en lo que será el Plan Veracruzano de Desarrollo 2018-2024 así como en las políticas públicas y programas sociales a impulsar. Es cierto que Cuitláhuac deberá revisar a detalle las cuentas de la administración yunista y proceder conforme a la ley si existen irregularidades; sin embargo, no puede pasarse todo el tiempo criticando sin proponer pues a partir de diciembre tendrá en sus manos la enorme responsabilidad de combatir la pobreza y la marginación en que viven millones de veracruzanos; y hasta ahora como ciudadano no me queda claro cuáles van a ser los ejes temáticos de su gobierno salvo el de revertir, como lo ha dicho últimamente, todas las decisiones tomadas por el actual gobierno.

De allí que, en parte, coincido con la apreciación del Obispo de Veracruz, Luis Felipe Gallardo, en el sentido de que debe haber más madurez de parte del gobernador electo. Esto no significa, desde luego, coartar su libertad de expresión; por el contrario, Cuitláhuac García debe aprovechar el bono democrático que posee para dejar en claro a la sociedad cuáles serán los alcances de su gobierno; a qué le dará prioridad; de dónde partirá el esfuerzo por revertir la violencia y la inseguridad en el estado; de dónde saldrán los recursos para apoyar al campo; qué pasará con la deuda; qué hará con las escuelas que carecen de infraestructura; y en materia hospitalaria qué acciones tomará. Repito, sigo viendo un discurso muy limitado. Ojalá que conforme se acerque su toma de posesión y el inicio formal de su gobierno, los veracruzanos conozcamos más de su plan de gobierno.

mariodanielbadillo@hotmail.com



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