/ lunes 11 de junio de 2018

Inestabilidad, si fallan los que ganarán


El compromiso de quienes resulten ganadores en las elecciones de gobernadores y presidente será enorme, muy fuerte. De ellos dependerá tal vez la estabilidad de México en los próximos años.

Los mexicanos están agobiados y enojados en amplias regiones del país. Han llegado casi al límite por los casos de corrupción de sus gobernantes, porque se sienten inseguros ante los secuestros, extorsiones y violencia en las calles y porque sus bolsillos casi siempre están vacíos.

Así las cosas, quienes ganen el próximo mes y lleguen a los cargos de decisión y con poder en México no podrán fallarle a sus electores. Y esto no tan sólo implica el no saqueo de las arcas públicas y la no implicación con los grupos de la delincuencia organizada, sino que tendrán la obligación de realmente trabajar bien y no ser pazguatos sentados en sus escritorios sin capacidad para enfrentar los problemas.

Tienen que encontrar soluciones a la problemática de la inseguridad, deberán generar empleos y mejorar la economía nacional. Hay muchos problemas más, pero en esos tres no pueden fallar.

Tienen la obligación de hacer sentir a la gente que se mejora, de lo contrario podría llegarse a la inestabilidad que nadie desea.

En 1988 los mexicanos votaron por Cuauhtémoc Cárdenas para que hubiera un cambio, pero se impuso a Carlos Salinas de Gortari. Los movimientos espontáneos de protesta se extendieron por todo el país, sin embargo, afortunadamente, la sangre no llegó al río.

Salinas, muy hábil, todavía pudo dejar a su sucesor, en la persona de Ernesto Zedillo, pero éste, en el 2000, vio que no podía aguantar más la transición del poder. Visualizó la necesidad de la alternancia, luego de que doce años atrás la válvula de escape estuvo por reventar.

Ahora, 18 años después de que se dio la alternancia en el poder presidencial, la válvula de escape vuelve a estar muy caliente. Ya decidirá el pueblo a quién le da los triunfos, pero quienes resulten ganadores, insistimos, no pueden fallar y dejar en promesas lo que han dicho en sus campañas.

¿Qué pasará si no cumplen con lo que la mayoría de los mexicanos quieren, por mentirosos, corruptos o incapaces? Es mejor no pensar en ese escenario.

¿Reelección de alcaldes? De acuerdo con lo que dijo el fin de semana, hoy el diputado local Nicolás de la Cruz presentaría una iniciativa para que los alcaldes, síndicos y regidores puedan reelegirse.

Ya lo pueden hacer los diputados veracruzanos, de hecho, en esta elección un buen número está en campaña para poder repetir en la Legislatura. Uno de los principales argumentos para que esto fuera aprobado es que se necesita a diputados de carrera, con experiencia y que en dado caso, si han hecho un mal papel, simplemente los votantes los rechazarán.

Pero en lo referente a los alcaldes creo no debería haber la reelección inmediata. Un mal presidente municipal puede hacer más daño que un diputado y si es malo en su desempeño, no precisamente puede perder si se somete otra vez al veredicto de los votos.

Al contrario, ya con dinero en abundancia, que no es suyo sino de los presupuestos de los ayuntamientos y con otros respaldos que da el poder municipal, puede ser relativamente no complicado lograr su reelección.

A ver qué dice la sociedad sobre esta propuesta.

El trabajo de Pepe. Muchos creen que el PRI tiene complicado el escenario electoral. Al respecto, hay quienes señalan que existen indicadores que no lo revelan así. Sin el apoyo de antaño, a sus multitudinarios mítines llegan ahora veracruzanos que, con mayor espontaneidad, respaldan al candidato a la gubernatura José Francisco Yunes Zorrilla.

De norte a sur, la campaña del abanderado de la coalición “Por un Veracruz Mejor” ha ido en ascenso.

A tres semanas de conocerse al ganador, Pepe Yunes hace llegar sus propuestas, experiencia en el servicio público, trabajo con resultados y su buen trato con la población.


El compromiso de quienes resulten ganadores en las elecciones de gobernadores y presidente será enorme, muy fuerte. De ellos dependerá tal vez la estabilidad de México en los próximos años.

Los mexicanos están agobiados y enojados en amplias regiones del país. Han llegado casi al límite por los casos de corrupción de sus gobernantes, porque se sienten inseguros ante los secuestros, extorsiones y violencia en las calles y porque sus bolsillos casi siempre están vacíos.

Así las cosas, quienes ganen el próximo mes y lleguen a los cargos de decisión y con poder en México no podrán fallarle a sus electores. Y esto no tan sólo implica el no saqueo de las arcas públicas y la no implicación con los grupos de la delincuencia organizada, sino que tendrán la obligación de realmente trabajar bien y no ser pazguatos sentados en sus escritorios sin capacidad para enfrentar los problemas.

Tienen que encontrar soluciones a la problemática de la inseguridad, deberán generar empleos y mejorar la economía nacional. Hay muchos problemas más, pero en esos tres no pueden fallar.

Tienen la obligación de hacer sentir a la gente que se mejora, de lo contrario podría llegarse a la inestabilidad que nadie desea.

En 1988 los mexicanos votaron por Cuauhtémoc Cárdenas para que hubiera un cambio, pero se impuso a Carlos Salinas de Gortari. Los movimientos espontáneos de protesta se extendieron por todo el país, sin embargo, afortunadamente, la sangre no llegó al río.

Salinas, muy hábil, todavía pudo dejar a su sucesor, en la persona de Ernesto Zedillo, pero éste, en el 2000, vio que no podía aguantar más la transición del poder. Visualizó la necesidad de la alternancia, luego de que doce años atrás la válvula de escape estuvo por reventar.

Ahora, 18 años después de que se dio la alternancia en el poder presidencial, la válvula de escape vuelve a estar muy caliente. Ya decidirá el pueblo a quién le da los triunfos, pero quienes resulten ganadores, insistimos, no pueden fallar y dejar en promesas lo que han dicho en sus campañas.

¿Qué pasará si no cumplen con lo que la mayoría de los mexicanos quieren, por mentirosos, corruptos o incapaces? Es mejor no pensar en ese escenario.

¿Reelección de alcaldes? De acuerdo con lo que dijo el fin de semana, hoy el diputado local Nicolás de la Cruz presentaría una iniciativa para que los alcaldes, síndicos y regidores puedan reelegirse.

Ya lo pueden hacer los diputados veracruzanos, de hecho, en esta elección un buen número está en campaña para poder repetir en la Legislatura. Uno de los principales argumentos para que esto fuera aprobado es que se necesita a diputados de carrera, con experiencia y que en dado caso, si han hecho un mal papel, simplemente los votantes los rechazarán.

Pero en lo referente a los alcaldes creo no debería haber la reelección inmediata. Un mal presidente municipal puede hacer más daño que un diputado y si es malo en su desempeño, no precisamente puede perder si se somete otra vez al veredicto de los votos.

Al contrario, ya con dinero en abundancia, que no es suyo sino de los presupuestos de los ayuntamientos y con otros respaldos que da el poder municipal, puede ser relativamente no complicado lograr su reelección.

A ver qué dice la sociedad sobre esta propuesta.

El trabajo de Pepe. Muchos creen que el PRI tiene complicado el escenario electoral. Al respecto, hay quienes señalan que existen indicadores que no lo revelan así. Sin el apoyo de antaño, a sus multitudinarios mítines llegan ahora veracruzanos que, con mayor espontaneidad, respaldan al candidato a la gubernatura José Francisco Yunes Zorrilla.

De norte a sur, la campaña del abanderado de la coalición “Por un Veracruz Mejor” ha ido en ascenso.

A tres semanas de conocerse al ganador, Pepe Yunes hace llegar sus propuestas, experiencia en el servicio público, trabajo con resultados y su buen trato con la población.