/ jueves 22 de febrero de 2024

La crisis del agua

Las noticias son alarmantes, en especial para el Valle de México; tan sólo toda la zona de la Ciudad de México, sufre de escasez de agua por semanas, lo que provoca manifestaciones y protestas a diario en diversos puntos de la ciudad y es que el sistema Cutzamala, que surte la mayoría del agua a la capital y a ciudades del Estado de México, se encuentra al 38% de su capacidad, debido a que las tres presas principales y cuatro anexas que surten al sistema, están casi secas por la falta de lluvias y se calcula que de seguir así, para junio próximo no habrá agua en toda la ciudad.

El gobierno, en otra de sus ocurrencias, dice que perforarán pozos en diversos lugares, principalmente Hidalgo, para dotar de agua, pero eso llevaría mucho tiempo sin contar la infraestructura para llevar el agua a la ciudad y en la misma es imposible perforar pozos, primero porque ya casi no hay agua subterránea, la que hay está a muchos metros por debajo de la superficie y además existe el riesgo de hundimiento de grandes áreas.

Cierto que el cambio climático ha ocasionado graves sequías en todo el mundo, pero en nuestro país, la deforestación masiva y clandestina ha ocasionado cambios graves y falta de lluvias, y si a eso le agregamos que el programa Sembrando Vida ha propiciado la tala inmoderada con pretexto de sembrar plantas que muchas veces no crecen, pero que justifican la labor de los beneficiarios del programa. Tan sólo con la deforestación criminal de la selva para tender la vía del Tren Maya, seguramente contaminará los acuíferos subterráneos y disminuirán las lluvias en toda la península.

Por otra parte, el mal uso del agua por empresas altamente consumidoras de agua para elaborar sus productos y que tras usar el agua no la reciclan y purifican, sino que vierten el líquido contaminado a los afluentes de los ríos, propician la contaminación de los ríos naturales de los que se surten pequeñas poblaciones y un gran desperdicio del vital líquido, calculándose un gasto de 133 mil millones de litros por año, que generan 119 mil millones de agua de deshecho y contaminada.

Tan sólo la deforestación del Valle de Perote y el Pico de Orizaba ha ocasionado que los niveles de lluvia y de los ríos tenga un decremento importante y el clima haya cambiado brutalmente en ciudades otrora de alta precipitación y humedad, como Xalapa, Orizaba, Córdoba y alrededores de la zona montañosa de Veracruz, que ahora sufren de tandeos y escasez nunca antes vista, a lo que hay que agregar la fuerte contaminación de los ríos, tanto por la industria como por los vertederos de drenajes de la población, así como por la gran cantidad de basura que se tira a los caudales.

La solución debe empezar por regular el uso industrial del agua, cerrar los drenajes que llegan al río, sanearlos completamente, para que al menos la poca agua que llevan sirva para uso humano; sembrar árboles de verdad con programas bien estructurados para que al menos a futuro, regresen las lluvias y se normalice el clima y hacer eso en todo el país, pues estamos a muy poco del caos.

Las noticias son alarmantes, en especial para el Valle de México; tan sólo toda la zona de la Ciudad de México, sufre de escasez de agua por semanas, lo que provoca manifestaciones y protestas a diario en diversos puntos de la ciudad y es que el sistema Cutzamala, que surte la mayoría del agua a la capital y a ciudades del Estado de México, se encuentra al 38% de su capacidad, debido a que las tres presas principales y cuatro anexas que surten al sistema, están casi secas por la falta de lluvias y se calcula que de seguir así, para junio próximo no habrá agua en toda la ciudad.

El gobierno, en otra de sus ocurrencias, dice que perforarán pozos en diversos lugares, principalmente Hidalgo, para dotar de agua, pero eso llevaría mucho tiempo sin contar la infraestructura para llevar el agua a la ciudad y en la misma es imposible perforar pozos, primero porque ya casi no hay agua subterránea, la que hay está a muchos metros por debajo de la superficie y además existe el riesgo de hundimiento de grandes áreas.

Cierto que el cambio climático ha ocasionado graves sequías en todo el mundo, pero en nuestro país, la deforestación masiva y clandestina ha ocasionado cambios graves y falta de lluvias, y si a eso le agregamos que el programa Sembrando Vida ha propiciado la tala inmoderada con pretexto de sembrar plantas que muchas veces no crecen, pero que justifican la labor de los beneficiarios del programa. Tan sólo con la deforestación criminal de la selva para tender la vía del Tren Maya, seguramente contaminará los acuíferos subterráneos y disminuirán las lluvias en toda la península.

Por otra parte, el mal uso del agua por empresas altamente consumidoras de agua para elaborar sus productos y que tras usar el agua no la reciclan y purifican, sino que vierten el líquido contaminado a los afluentes de los ríos, propician la contaminación de los ríos naturales de los que se surten pequeñas poblaciones y un gran desperdicio del vital líquido, calculándose un gasto de 133 mil millones de litros por año, que generan 119 mil millones de agua de deshecho y contaminada.

Tan sólo la deforestación del Valle de Perote y el Pico de Orizaba ha ocasionado que los niveles de lluvia y de los ríos tenga un decremento importante y el clima haya cambiado brutalmente en ciudades otrora de alta precipitación y humedad, como Xalapa, Orizaba, Córdoba y alrededores de la zona montañosa de Veracruz, que ahora sufren de tandeos y escasez nunca antes vista, a lo que hay que agregar la fuerte contaminación de los ríos, tanto por la industria como por los vertederos de drenajes de la población, así como por la gran cantidad de basura que se tira a los caudales.

La solución debe empezar por regular el uso industrial del agua, cerrar los drenajes que llegan al río, sanearlos completamente, para que al menos la poca agua que llevan sirva para uso humano; sembrar árboles de verdad con programas bien estructurados para que al menos a futuro, regresen las lluvias y se normalice el clima y hacer eso en todo el país, pues estamos a muy poco del caos.