/ jueves 18 de enero de 2024

La despenalización del VIH

De mayo a octubre de 1981 los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reportaron los casos de cinco jóvenes de Los Ángeles que estaban enfermos de neumonía por una cepa bacteriana conocida como Pneumocystis Carinii, una infección rara cuya aparición se relaciona con un mal funcionamiento del sistema inmune. La comunidad médica estaba desconcertada ante la aparición de una nueva enfermedad sin encontrar las causas de su origen.

A finales de 1981 se registraron 270 casos de esta inmunodeficiencia severa en EU; 121 de ellos habían muerto. México no fue la excepción, en 1983 se registró el primer caso de Sida en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Pronto se supo que estábamos ante una nueva amenaza para la salud y que llevaría tiempo definir cómo surgía y cómo atacarla.

Durante el debate científico que se dio en EU, aparece el bloque de la sociedad civil principalmente la Comunidad LGBT de la época, pues se pensó que era una “enfermedad exclusiva” de los gays, sin embargo, conforme pasó el tiempo se dieron cuenta que había mujeres, infancias y adolescencias infectadas, lo que desconcertó al personal médico que era un problema más serio de lo que se pensaba y estaba presente en otros sectores de la población.

En 1981 que se reconoce y se le nombra Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) sin conocer todavía la causa de origen. En enero de 1983, el equipo del Instituto Pasteur de París dirigido por Françoise Barré-Sinoussi, Jean-Claude Chermann y Luc Montagnier anuncian el descubrimiento del lymphadenopathy-associated virus (virus asociado a la linfoadenopatía, LAV), que luego se conoció como Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Los científicos estadounidenses no perdieron el tiempo en salir a decir que ellos lo habían descubierto primero, después de reuniones y discusiones internacionales, se llegó al acuerdo que por el bien de la población afectada y la salud de la sociedad mundial en general, compartirían los créditos.

Después de 40 años de esta crisis de salud que ahora se considera una epidemia, las personas que viven con VIH siguen atravesando historias de miedo, estigma, incertidumbre, violencia y la discriminación por su condición al negarles el acceso a sus derechos y un bienestar social integral.

El día de hoy se pueden identificar que VIH y Sida son dos conceptos diferentes, mientras que el primero es la infección del virus que ocasiona una depresión del sistema inmunológico que llevando un control médico correcto puede ser indetectable e intrasmisible, el segundo es el síndrome que se origina por la falta de atención y desencadena una serie de enfermedades oportunistas que mal atendidas puede ser mortal.

Hablar de número de casos de infección es caer en la frialdad de los datos estadísticos, que son importantes, pero solo reflejan una numerología y no la parte humana de esas millones de personas. Y cómo no van a existir esas cifras alarmantes, si desde 1983 que hubo la aparición del primer caso en México, pasaron 20 años para que en 2003 se aprobaran los tratamientos retrovirales gratuitos para las personas que viven con este virus, que desde 2007 se comprobó científicamente la eficacia que el tratamiento de la profilaxis antes de la exposición (PreP) es una forma preventiva de infección, así como el la profilaxis post exposición (PEP).

Sin embargo, lejos de apostarle a la prevención, concientización y sensibilización, los gobiernos, entre ellos el de México, legislaron de manera punitiva para criminalizar y penalizar a las personas que viven con VIH, siendo inconstitucional y discriminatorio, atentando contra los derechos humanos de las personas con esa condición de vida. La falta de conocimiento sobre el tema y por qué no decirlo, la falta de preparación de las personas que legislan, por llamar la atención, hacen propuestas que están lejos de una realidad social actual anteponiendo sus prejuicios y valores morales ante los éticos.

Lo que hizo el Congreso de la Ciudad de México con la despenalización del VIH viene a refrendar el trabajo que ya se había hecho en Aguascalientes, San Luis Potosí y Nayarit. En Veracruz urge se lleve a cabo esta acción al ser el estado con mayor número de casos registrados e invertir en la prevención a través de la optimización y la buena administración de los recursos públicos en salud, no puede ser que Sesver no realice campañas de prevención y detección oportuna, no puede ser que no haya condones en su stock, que no tenga retrovirales, no puede ser que deleguen la responsabilidad de capacitación a la sociedad civil; el sector salud se ha relajado en cuanto a sus funciones.

*Maestro. Activista.

De mayo a octubre de 1981 los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reportaron los casos de cinco jóvenes de Los Ángeles que estaban enfermos de neumonía por una cepa bacteriana conocida como Pneumocystis Carinii, una infección rara cuya aparición se relaciona con un mal funcionamiento del sistema inmune. La comunidad médica estaba desconcertada ante la aparición de una nueva enfermedad sin encontrar las causas de su origen.

A finales de 1981 se registraron 270 casos de esta inmunodeficiencia severa en EU; 121 de ellos habían muerto. México no fue la excepción, en 1983 se registró el primer caso de Sida en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”. Pronto se supo que estábamos ante una nueva amenaza para la salud y que llevaría tiempo definir cómo surgía y cómo atacarla.

Durante el debate científico que se dio en EU, aparece el bloque de la sociedad civil principalmente la Comunidad LGBT de la época, pues se pensó que era una “enfermedad exclusiva” de los gays, sin embargo, conforme pasó el tiempo se dieron cuenta que había mujeres, infancias y adolescencias infectadas, lo que desconcertó al personal médico que era un problema más serio de lo que se pensaba y estaba presente en otros sectores de la población.

En 1981 que se reconoce y se le nombra Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida) sin conocer todavía la causa de origen. En enero de 1983, el equipo del Instituto Pasteur de París dirigido por Françoise Barré-Sinoussi, Jean-Claude Chermann y Luc Montagnier anuncian el descubrimiento del lymphadenopathy-associated virus (virus asociado a la linfoadenopatía, LAV), que luego se conoció como Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Los científicos estadounidenses no perdieron el tiempo en salir a decir que ellos lo habían descubierto primero, después de reuniones y discusiones internacionales, se llegó al acuerdo que por el bien de la población afectada y la salud de la sociedad mundial en general, compartirían los créditos.

Después de 40 años de esta crisis de salud que ahora se considera una epidemia, las personas que viven con VIH siguen atravesando historias de miedo, estigma, incertidumbre, violencia y la discriminación por su condición al negarles el acceso a sus derechos y un bienestar social integral.

El día de hoy se pueden identificar que VIH y Sida son dos conceptos diferentes, mientras que el primero es la infección del virus que ocasiona una depresión del sistema inmunológico que llevando un control médico correcto puede ser indetectable e intrasmisible, el segundo es el síndrome que se origina por la falta de atención y desencadena una serie de enfermedades oportunistas que mal atendidas puede ser mortal.

Hablar de número de casos de infección es caer en la frialdad de los datos estadísticos, que son importantes, pero solo reflejan una numerología y no la parte humana de esas millones de personas. Y cómo no van a existir esas cifras alarmantes, si desde 1983 que hubo la aparición del primer caso en México, pasaron 20 años para que en 2003 se aprobaran los tratamientos retrovirales gratuitos para las personas que viven con este virus, que desde 2007 se comprobó científicamente la eficacia que el tratamiento de la profilaxis antes de la exposición (PreP) es una forma preventiva de infección, así como el la profilaxis post exposición (PEP).

Sin embargo, lejos de apostarle a la prevención, concientización y sensibilización, los gobiernos, entre ellos el de México, legislaron de manera punitiva para criminalizar y penalizar a las personas que viven con VIH, siendo inconstitucional y discriminatorio, atentando contra los derechos humanos de las personas con esa condición de vida. La falta de conocimiento sobre el tema y por qué no decirlo, la falta de preparación de las personas que legislan, por llamar la atención, hacen propuestas que están lejos de una realidad social actual anteponiendo sus prejuicios y valores morales ante los éticos.

Lo que hizo el Congreso de la Ciudad de México con la despenalización del VIH viene a refrendar el trabajo que ya se había hecho en Aguascalientes, San Luis Potosí y Nayarit. En Veracruz urge se lleve a cabo esta acción al ser el estado con mayor número de casos registrados e invertir en la prevención a través de la optimización y la buena administración de los recursos públicos en salud, no puede ser que Sesver no realice campañas de prevención y detección oportuna, no puede ser que no haya condones en su stock, que no tenga retrovirales, no puede ser que deleguen la responsabilidad de capacitación a la sociedad civil; el sector salud se ha relajado en cuanto a sus funciones.

*Maestro. Activista.