/ miércoles 18 de abril de 2018

Las fallas de la banca tradicional

Son innumerables las quejas que diariamente se generan por el mal servicio prestado por los bancos, no hablemos esta vez de intereses —altos cuando los cobran y bajos cuando los pagan— sino de la atención al cliente, lo tardado de sus trámites, y su habitual 01800 que ocupan cuando ya no saben qué decir y carecen de soluciones.

Por lo que reseñaré tres experiencias: la primera, el caso de un compañero barzonista que concluyó un litigio hipotecario de poco más de un año con la Institución Crediticia Scotiabank Inverlat S.A., a través de un buen arreglo de pago y convenio judicial. Como se trató de una regularización, una vez aprobado el convenio y regularizado el crédito, el banco debía proceder al “desbloqueo” del crédito para continuar haciendo el pago normal de las mensualidades.

Pero resulta que esta operación de desbloqueo que debía tardar un par de días, tardó más de un mes y seguía en las mismas; esto es, que no era posible hacer el depósito de la siguiente mensualidad ocasionándonos graves contratiempos y el riesgo de caer en incumplimiento. Después de múltiples llamadas a su línea telefónica y de recibir instrucciones contradictorias y ninguna solución, a dos días de la fecha límite, y a minutos de “arder Troya” recibí la llamada de una ejecutiva —quien antes que nada se identificó plenamente como la encargada de atender “los asuntos del Barzón”—, y se comprometió a desbloquear el crédito en 24 horas, lo que aconteció en menos de 12 dado lo “especial del caso” por lo que pudimos pagar en tiempo y forma, ¡imagínese que no gozáramos de tan exclusiva zona en Scotiabank!

La segunda, el caso del compañero Víctor Hugo, quien el día que acudió a ventanilla para hacer el pago finiquito de su crédito de nómina negociado con quita, le indicaron que tenía un crédito pre autorizado… afortunadamente la formación financiera que nos da el Barzón a través de experiencias, le permitió rechazar la oferta, pues no lo necesitaba. Cuando me lo comentó, lo hizo con sorpresa pues —dijo—, ¡que no ven a lo que vine! Ah, qué cosas con Citi Banamex.

Finalmente comparto la experiencia personal de acudir a una sucursal bancaria con el objeto de buscar adicionar un servicio a mi banca en línea y resulta que me ofrecen una doble propuesta de banca por Internet, con la irrisoria justificación que el producto que estaba usando no funcionaba adecuadamente. O sea ¿cómo?, a pregunta expresa de por qué venden productos que no funcionan, y la posibilidad de cancelar mi cuenta, la ejecutiva se obligó a ir por mi expediente para revisar el caso y concluyó que lo que fallaba no era el servicio electrónico, sino el desconocimiento del producto por ella misma y la falta de disposición para atender al público.

Así que ojalá fuéramos más los usuarios informados, que exijan cada vez mejores servicios, para que la banca tradicional se obligue a corregir errores y pueda dar batalla a la generación Fintech.

¡Pregunte 2281148502 es mejor tener dudas, que deudas!