/ lunes 27 de mayo de 2019

¿Lo acercan o lo alejan de la gubernatura?


¿A Ricardo Ahued lo alejan del Senado por incómodo y tal vez, sin querer, lo acercan a la gubernatura?

Ya se verá qué le depara el destino a este empresario que supo transitar del PRI a Morena, con una carrera que han de envidiar políticos con más larga trayectoria.

La rueda de la fortuna política lo tenía cerca de la cima, al lograr una buena lectura de lo que se avecinaba en las elecciones del año pasado y medir bien los tiempos para dar el salto del PRI al PAN, asegurando la candidatura a la senaduría y ganando el escaño, en fórmula con Rocío Nahle, con unos 200 mil votos más que Cuitláhuac García.

Ahued fue de los priistas escogidos por López Obrador para incorporarse a su movimiento. Aceptó al ya no ver futuro en el PRI. No debe perderse de vista que en ese tiempo hubo severas críticas del entonces dirigente estatal de Morena, Manuel Huerta, para el exalcalde, lo que desató una guerra de declaraciones.

Y ahora, cosas que tiene la política, la ruda salida que tuvo Germán Martínez del IMSS lo lleva a subir otro peldaño para llegar a la cima, pues el propio presidente —a decir del xalapeño— le hizo la invitación para ser el administrador general de Aduanas en el país, cargo que queda vacante, pues quien estaba ahí pasó a ser subsecretario de Gobernación y quien era el subsecretario en Segob ahora es el nuevo responsable del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Ricardo Ahued comenzó en la política en 2005. Era un buen comerciante que había logrado expandir los negocios iniciados por su padre de manera modesta. En ese tiempo era presidente de la Cámara de Comercio (Canaco) de Xalapa y gobernaba en la capital Reynaldo Escobar, quien se fijó en Ahued para impulsarlo como su sucesor, lo que consiguió. Luego vino el distanciamiento entre ambos, pero ése es otro asunto.

Después fue diputado federal (2009-2012) y de ahí legislador local (2013-2016). Tanto para la alcaldía como para las diputaciones fue postulado por el PRI.

Fue alcalde en tiempos de Fidel Herrera (éste llegó a pensar en hacerlo secretario de Comunicaciones) y luego tuvo diferencias con Javier Duarte. Hasta que se dio su salida del PRI y su incorporación a Morena para ser candidato a senador.

Ahora, ya en el Senado, en Morena empezaron a saber cómo es, al criticar sin rodeos la medida de condonar millonarias deudas de tabasqueños a la Comisión Federal de Electricidad y ajustar tarifas a la baja, sin que se le dé trato similar a los veracruzanos.

El presidente López Obrador, quien no está acostumbrado a ese tipo de críticas y menos proviniendo de alguien de su mismo partido, debió tomar nota.

Ahora el presidente tiene un crítico menos en el Senado y a Ricardo Ahued le da una tarea muy importante pero a la vez muy difícil: dar buenos resultados en la Administración General de Aduanas, que desde siempre ha sido una gran fuente de corrupción.

En fin, el expresidente municipal de Xalapa llega a una dependencia (forma parte directa del Sistema de Administración Tributaria, SAT) no sólo riesgosa sino peligrosa.

Riesgosa porque puede resbalar o pueden hacerlo resbalar al estar al frente de un área que se presta, con relativa facilidad, para cometer o permitir negocios ilícitos.

Y peligrosa porque es por las aduanas por donde salen y entran las mercancías que pertenecen a los grupos de la delincuencia organizada.

Que su trabajo sea para bien.



¿A Ricardo Ahued lo alejan del Senado por incómodo y tal vez, sin querer, lo acercan a la gubernatura?

Ya se verá qué le depara el destino a este empresario que supo transitar del PRI a Morena, con una carrera que han de envidiar políticos con más larga trayectoria.

La rueda de la fortuna política lo tenía cerca de la cima, al lograr una buena lectura de lo que se avecinaba en las elecciones del año pasado y medir bien los tiempos para dar el salto del PRI al PAN, asegurando la candidatura a la senaduría y ganando el escaño, en fórmula con Rocío Nahle, con unos 200 mil votos más que Cuitláhuac García.

Ahued fue de los priistas escogidos por López Obrador para incorporarse a su movimiento. Aceptó al ya no ver futuro en el PRI. No debe perderse de vista que en ese tiempo hubo severas críticas del entonces dirigente estatal de Morena, Manuel Huerta, para el exalcalde, lo que desató una guerra de declaraciones.

Y ahora, cosas que tiene la política, la ruda salida que tuvo Germán Martínez del IMSS lo lleva a subir otro peldaño para llegar a la cima, pues el propio presidente —a decir del xalapeño— le hizo la invitación para ser el administrador general de Aduanas en el país, cargo que queda vacante, pues quien estaba ahí pasó a ser subsecretario de Gobernación y quien era el subsecretario en Segob ahora es el nuevo responsable del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Ricardo Ahued comenzó en la política en 2005. Era un buen comerciante que había logrado expandir los negocios iniciados por su padre de manera modesta. En ese tiempo era presidente de la Cámara de Comercio (Canaco) de Xalapa y gobernaba en la capital Reynaldo Escobar, quien se fijó en Ahued para impulsarlo como su sucesor, lo que consiguió. Luego vino el distanciamiento entre ambos, pero ése es otro asunto.

Después fue diputado federal (2009-2012) y de ahí legislador local (2013-2016). Tanto para la alcaldía como para las diputaciones fue postulado por el PRI.

Fue alcalde en tiempos de Fidel Herrera (éste llegó a pensar en hacerlo secretario de Comunicaciones) y luego tuvo diferencias con Javier Duarte. Hasta que se dio su salida del PRI y su incorporación a Morena para ser candidato a senador.

Ahora, ya en el Senado, en Morena empezaron a saber cómo es, al criticar sin rodeos la medida de condonar millonarias deudas de tabasqueños a la Comisión Federal de Electricidad y ajustar tarifas a la baja, sin que se le dé trato similar a los veracruzanos.

El presidente López Obrador, quien no está acostumbrado a ese tipo de críticas y menos proviniendo de alguien de su mismo partido, debió tomar nota.

Ahora el presidente tiene un crítico menos en el Senado y a Ricardo Ahued le da una tarea muy importante pero a la vez muy difícil: dar buenos resultados en la Administración General de Aduanas, que desde siempre ha sido una gran fuente de corrupción.

En fin, el expresidente municipal de Xalapa llega a una dependencia (forma parte directa del Sistema de Administración Tributaria, SAT) no sólo riesgosa sino peligrosa.

Riesgosa porque puede resbalar o pueden hacerlo resbalar al estar al frente de un área que se presta, con relativa facilidad, para cometer o permitir negocios ilícitos.

Y peligrosa porque es por las aduanas por donde salen y entran las mercancías que pertenecen a los grupos de la delincuencia organizada.

Que su trabajo sea para bien.