La visita de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, a México, del 5 al 7 de diciembre, subraya un esfuerzo coordinado y crítico en la lucha contra las finanzas ilícitas y el tráfico de fentanilo, una crisis que afecta profundamente a ambos países.
Su agenda incluye reuniones con figuras clave como el presidente Andrés Manuel López Obrador y otros altos funcionarios, destacando la importancia de la cooperación en estos temas.
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Aunque Estados Unidos ha impuesto sanciones a cárteles mexicanos y sus operaciones de lavado de dinero, la efectividad de estas medidas en la reducción del comercio transfronterizo de drogas es cuestionable, con un flujo estimado de 20 mil a 30 mil millones de dólares anuales.
Este viaje también pone énfasis en fortalecer el papel de México en las cadenas de suministro de Estados Unidos, abordando asuntos como los créditos fiscales para vehículos eléctricos y las nuevas restricciones en los contenidos controlados por China.
La visita de Yellen, por lo tanto, no sólo trata de combatir el narcotráfico, sino también de reforzar vínculos económicos y de seguridad nacional entre México y Estados Unidos. Pero claro, también se incrusta en una etapa de política pura en las dos naciones.
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Hablando de Estados Unidos, resulta que ayer fueron a acusar a López Obrador con Ken Salazar. La precandidata a la presidencia de México por la coalición Frente Amplio, Xóchitl Gálvez, acusó al presidente Andrés Manuel de atacarla de manera antidemocrática.
Estas acusaciones se dieron en un contexto donde Gálvez se encontraba en un evento con la sociedad civil en la sede del PAN, y también sostuvo un encuentro con el embajador de Estados Unidos en México.
En su diálogo con Salazar, Gálvez discutió temas de relevancia nacional e internacional como el tráfico de armas y drogas, y la geopolítica. Lo cierto es que, según los enterados, el estadounidense le dijo a todo que sí, pero que no pueden hacer nada, pues tienen prohibido inmiscuirse en políticas locales.
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Dicen que es más un novelón, que un Nuevo León. Resulta que ayer, Dante Delgado, coordinador de la Comisión Operativa Nacional de Movimiento Ciudadano (MC), lanzó una crítica contundente contra lo que él describe como las prácticas corruptas y antidemocráticas de los partidos PRI y PAN, colectivamente denominados como PRIAN.
En su discurso, Delgado acusa al gobierno y al PRIAN de reaccionar de forma desesperada ante el creciente apoyo a Movimiento Ciudadano, recurriendo a lo que él considera las peores tácticas de la "vieja política" para tratar de eliminar la competencia y asegurar posiciones de poder.
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Delgado señala que la maniobra de sacar a Samuel García, candidato de MC, de la contienda electoral, fue un intento de cancelar el futuro y la esperanza de muchos jóvenes mexicanos. En su opinión, esta acción sólo sirvió para consolidar al PRI y al PAN como los partidos más rechazados y dañinos para México.
Este ataque, según Delgado, no ha hecho más que fortalecer la determinación y la popularidad de Movimiento Ciudadano, especialmente entre los jóvenes, quienes ahora están más conscientes de las fallas y corrupciones de los partidos tradicionales. Lo cierto es que, por lo pronto, tienen en caos a Nuevo León y todo indica que le están haciendo el trabajo sucio a Claudia Sheinbaum rumbo al 2024.
Desde Baja California le llovieron reclamos a la precandidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, por la presentación de la denominada “Agenda Indígena”.
A detalle, la legisladora de origen mixteco EVELYN SÁNCHEZ acusó a la hidalguense de dar la espalda a los pueblos originarios pues, como presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, impulsó apenas tres iniciativas en favor de esa comunidad y hubo muchas otras que no prosperaron.
