/ martes 24 de octubre de 2017

Miguel Alemán Valdés, cachorro de la Revolución

Del Partido Nacional Revolucionario (PNR), fundado el 4 de marzo de 1929, en atención a la convocatoria del general y presidente de la República, Plutarco Elías Calles, el grupo de políticos afines al general Calles, encabezados por Gonzalo N. Santos, Emilio Portes Gil, José Manuel Puig Casauranc, Manuel Pérez Treviño, Manlio Fabio Altamirano, David Orozco y Aarón Sáenz y fungiendo como presidente del Comité Directivo Plutarco Elías Calles; Luis L. León como secretario general y Manuel Pérez Treviño como tesorero, el 5 de enero de 1929 se convocó a la convención que tuvo celebración el 4 de marzo del mismo año de 1929 en la ciudad de Querétaro, para formalizar estatutos y presentar al candidato presidencial del PNR, quien sería Pascual Ortiz Rubio, respaldado por el presidente del partido Plutarco Elías Calles, quien ya venía confrontado con el general Álvaro Obregón, por sus intentos reeleccionistas para eternizarse en la presidencia de México, habiéndole negado el apoyo del PNR que finalmente eligió a Pascual Ortiz Rubio como su primer candidato a la presidencia, fungiendo como primer presidente del PNR salido de la Convención de Querétaro don Emilio Portes Gil.

El Partido de la Revolución Mexicana (PRM) se fundó el 30 de marzo de 1938, para sustituir al PNR que fue considerado como un partido  de masas y que reclutó a las corrientes y banderas de la Revolución Mexicana para construir su ideología nacionalista y revolucionaria; para desmontar el aparato político y con la pretensión de imponer un sistema democrático de partidos y fue el general Lázaro Cárdenas del Río quien concluyó su rompimiento con Plutarco Elías Calles,  sustituyendo al antiguo PNR por un partido corporativista en el que se pretendió aglutinar, dividiendo a los sectores base del PRM en cuatro perfectamente definidos: en obrero, campesino, popular y militar; el obrero juntando a la CROM con el sindicato de mineros y el sindicato de electricistas; a los campesinos agrupados en la Confederación Campesina Mexicana, sindicatos y ligas de comunidades agrarias; al sector popular formado por artesanos, cooperativistas, industriales, comerciantes y profesionistas; y al sector militar donde participaban miembros del Ejército y la Marina, pero todos individualmente.

El general Manuel Ávila Camacho, ganador de las elecciones  presidenciales de 1940, participó como abanderado del PRM, única ocasión en que el Partido de la Revolución  Mexicana participó  en una elección presidencial, puesto que el 18 de enero de 1946 el presidente en funciones general Manuel Ávila Camacho y el recién nominado candidato presidencial, Miguel Alemán Valdés, impulsaron su transformación y cambio de siglas para sustituir al PRM por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que fue el encargado de transformar al nuevo partido, para consolidar los frutos de la Revolución Mexicana y la lucha de masas para construir la estructura constitucional emanada de la Carta Magna de 1917, que daría el sustento necesario para hacer de México un país de instituciones y de leyes.

Durante el sexenio presidencial de Alemán Valdés, 1946-1952, el presidente de la República invitó a colaborar en su gabinete a universitarios y abogados de prestigio, que se encargaron bajo la visión empresarial e industrial del presidente de la construcción de un vasto programa de obras, entre los que destacan el ferrocarril del sureste, las obras portuarias, caminos, construcción de presas y regadío para multiplicar la producción agrícola y pecuaria; obras portuarias que desde el porfiriato no se habían construido y resultaban necesarias para un mejor aprovechamiento del transporte marítimo y las aduanas. Por lo que hace a la educación, la construcción de las escuelas de educación fundamental fue satisfecha en proporción a su gran demanda; y la construcción del Instituto Politécnico Nacional, de la Ciudad Universitaria, de la Escuela Nacional de Maestros, de la Escuela Naval de Veracruz, de la Escuela de Aviación Militar de Zapopan, Jalisco, dieron respuesta efectiva a las aspiraciones de la juventud y la niñez para la formación de la nueva clase social que desarrolló su intelecto con todo el apoyo del gobierno de la república.

Los programas de vivienda popular como la construcción de Ciudad Satélite, los multifamiliares Juárez y Alemán en la Ciudad de México y la transformación del territorio de Baja California norte en entidad federativa, además de satisfacer la aspiración de los mexicanos a una vivienda digna, con toda la obra ejecutada en el puerto de Acapulco, Guerrero, el impulso al turismo quedó también como una obra importante del presidente Alemán Valdés.

Sin duda el alemanismo dejó gratos recuerdos a su paso por el gobierno de la República mexicana en la figura del licenciado Miguel Alemán Valdés, a quien se llegó a llamar “Cachorro de Lázaro Cárdenas y de Manuel Ávila Camacho, en un memorable discurso del  6 de junio de 1945, cuando el líder de la CTM, Vicente Lombardo Toledano, textualmente expresó: “Seremos soldados de la Revolución, como lo hemos sido toda nuestra vida, y usted es un cachorro de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. No hay necesidad de inventar actitudes: el pueblo organizado anuncia su programa; usted lo acepta. Tiene usted el ejemplo vivo de Manuel Ávila Camacho y Lázaro Cárdenas”.

Del Partido Nacional Revolucionario (PNR), fundado el 4 de marzo de 1929, en atención a la convocatoria del general y presidente de la República, Plutarco Elías Calles, el grupo de políticos afines al general Calles, encabezados por Gonzalo N. Santos, Emilio Portes Gil, José Manuel Puig Casauranc, Manuel Pérez Treviño, Manlio Fabio Altamirano, David Orozco y Aarón Sáenz y fungiendo como presidente del Comité Directivo Plutarco Elías Calles; Luis L. León como secretario general y Manuel Pérez Treviño como tesorero, el 5 de enero de 1929 se convocó a la convención que tuvo celebración el 4 de marzo del mismo año de 1929 en la ciudad de Querétaro, para formalizar estatutos y presentar al candidato presidencial del PNR, quien sería Pascual Ortiz Rubio, respaldado por el presidente del partido Plutarco Elías Calles, quien ya venía confrontado con el general Álvaro Obregón, por sus intentos reeleccionistas para eternizarse en la presidencia de México, habiéndole negado el apoyo del PNR que finalmente eligió a Pascual Ortiz Rubio como su primer candidato a la presidencia, fungiendo como primer presidente del PNR salido de la Convención de Querétaro don Emilio Portes Gil.

El Partido de la Revolución Mexicana (PRM) se fundó el 30 de marzo de 1938, para sustituir al PNR que fue considerado como un partido  de masas y que reclutó a las corrientes y banderas de la Revolución Mexicana para construir su ideología nacionalista y revolucionaria; para desmontar el aparato político y con la pretensión de imponer un sistema democrático de partidos y fue el general Lázaro Cárdenas del Río quien concluyó su rompimiento con Plutarco Elías Calles,  sustituyendo al antiguo PNR por un partido corporativista en el que se pretendió aglutinar, dividiendo a los sectores base del PRM en cuatro perfectamente definidos: en obrero, campesino, popular y militar; el obrero juntando a la CROM con el sindicato de mineros y el sindicato de electricistas; a los campesinos agrupados en la Confederación Campesina Mexicana, sindicatos y ligas de comunidades agrarias; al sector popular formado por artesanos, cooperativistas, industriales, comerciantes y profesionistas; y al sector militar donde participaban miembros del Ejército y la Marina, pero todos individualmente.

El general Manuel Ávila Camacho, ganador de las elecciones  presidenciales de 1940, participó como abanderado del PRM, única ocasión en que el Partido de la Revolución  Mexicana participó  en una elección presidencial, puesto que el 18 de enero de 1946 el presidente en funciones general Manuel Ávila Camacho y el recién nominado candidato presidencial, Miguel Alemán Valdés, impulsaron su transformación y cambio de siglas para sustituir al PRM por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que fue el encargado de transformar al nuevo partido, para consolidar los frutos de la Revolución Mexicana y la lucha de masas para construir la estructura constitucional emanada de la Carta Magna de 1917, que daría el sustento necesario para hacer de México un país de instituciones y de leyes.

Durante el sexenio presidencial de Alemán Valdés, 1946-1952, el presidente de la República invitó a colaborar en su gabinete a universitarios y abogados de prestigio, que se encargaron bajo la visión empresarial e industrial del presidente de la construcción de un vasto programa de obras, entre los que destacan el ferrocarril del sureste, las obras portuarias, caminos, construcción de presas y regadío para multiplicar la producción agrícola y pecuaria; obras portuarias que desde el porfiriato no se habían construido y resultaban necesarias para un mejor aprovechamiento del transporte marítimo y las aduanas. Por lo que hace a la educación, la construcción de las escuelas de educación fundamental fue satisfecha en proporción a su gran demanda; y la construcción del Instituto Politécnico Nacional, de la Ciudad Universitaria, de la Escuela Nacional de Maestros, de la Escuela Naval de Veracruz, de la Escuela de Aviación Militar de Zapopan, Jalisco, dieron respuesta efectiva a las aspiraciones de la juventud y la niñez para la formación de la nueva clase social que desarrolló su intelecto con todo el apoyo del gobierno de la república.

Los programas de vivienda popular como la construcción de Ciudad Satélite, los multifamiliares Juárez y Alemán en la Ciudad de México y la transformación del territorio de Baja California norte en entidad federativa, además de satisfacer la aspiración de los mexicanos a una vivienda digna, con toda la obra ejecutada en el puerto de Acapulco, Guerrero, el impulso al turismo quedó también como una obra importante del presidente Alemán Valdés.

Sin duda el alemanismo dejó gratos recuerdos a su paso por el gobierno de la República mexicana en la figura del licenciado Miguel Alemán Valdés, a quien se llegó a llamar “Cachorro de Lázaro Cárdenas y de Manuel Ávila Camacho, en un memorable discurso del  6 de junio de 1945, cuando el líder de la CTM, Vicente Lombardo Toledano, textualmente expresó: “Seremos soldados de la Revolución, como lo hemos sido toda nuestra vida, y usted es un cachorro de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. No hay necesidad de inventar actitudes: el pueblo organizado anuncia su programa; usted lo acepta. Tiene usted el ejemplo vivo de Manuel Ávila Camacho y Lázaro Cárdenas”.