/ miércoles 31 de enero de 2024

Nadie que no ame al prójimo debería ser político

Lo preocupante luego de las elecciones del 2 de junio, es que vienen tiempos aciagos para los mexicanos en virtud de que habrá conflicto poselectoral en torno a la definición sobre quién será la nueva presidenta de México y la composición del nuevo Congreso.

Pero vayamos por partes, en la arena política entramos a un supuesto remanso de paz al dar paso a la intercampaña y con ello, se prohíbe tajantemente a los aspirantes a la Presidencia hacer actos de proselitismo o tener spots en medios electrónicos, entre otras limitantes.

Las sanciones por violar este periodo de veda, van desde las económicas hasta la imposibilidad de competir por un cargo de representación popular, entonces los asesores de las candidatas Gálvez, Sheinbaum y el precandidato Álvarez trabajan a marchas forzadas para buscarle la "cuadratura" a la ley electoral y continuar haciendo actividades de proselitismo político, aún cuando el periodo denominado de intercampaña lo prohíbe expresamente.

Otro factor que no se interrumpirá será la guerra sucia que prevalece, tanto al interior de los partidos políticos, por el desplazamiento de aquellos suspirantes que no fueron favorecidos con nominaciones, como entre los dos bloques opositores, que seguirán dando hasta con la cubeta.

Recuerde, estimado lector, que estamos en "tiempo de guerra" en el cual la clase gobernante y los políticos tienen como prioridad ganar las elecciones.

Hay que considerar lo que viene para después del 2 de junio, pues seguramente el conflicto electoral, sobre todo para definir a la candidata presidencial ganadora, uno que otro gobernador, algunos distritos electorales que tienen que ver con la nueva composición del Congreso y la definición de las nuevas mayorías parlamentarias, convulsionará al país, a grado tal que puede atentar contra la paz social y la misma gobernabilidad.

Con el incremento de los energéticos vendrá la escalada inflacionaria en niveles de dos dígitos.

Nuestra legislación electoral es compleja, producto de nuestra historia de desconfianzas, pero es la norma y debe cumplirse a cabalidad para generar confianza en las elecciones y legitimidad en los resultados, necesaria para la estabilidad política.

Entre el 15 y el 22 de febrero se hará finalmente el registro oficial de las candidaturas de cargos federales, Presidencia de la República, senadurías y diputaciones.

Como lo decía en líneas anteriores, da inicio una pequeña veda electoral. Un respiro entre tanto parloteo y fuegos artificiales que no auguran un espectáculo tan diferente al que estamos ya habituados.

Ya comenzamos a armar un rompecabezas en el que se unen piezas que, en otros momentos, sería casi imposible que pudieran conformar una sola imagen, algunas de las cuales, por cierto, son una suerte de monstruos híbridos que solo causan risa por el cinismo que simbolizan.

¿Cómo se le puede llamar al pacto que existe entre el Partido Encuentro Social, epítome de la ultraderecha más rancia y el partido oficial, que se presume de "izquierda"? Claro la hibridación obedece a la urgencia de asegurar el botín electoral que está en juego. De los principios, la moral y la ética, mejor ni preguntar, esas son cuestiones que solo atañen a los filósofos de la antigüedad.

Y, claro, solo he mencionado el ejemplo más sencillo y elemental dentro de esta posible zoología fantástica.

Así, bastó con escuchar los elementos sustanciales a partir de los que se han redactado los discursos de cada uno de los frentes políticos que aparecerán en las boletas electorales.

Lo preocupante luego de las elecciones del 2 de junio, es que vienen tiempos aciagos para los mexicanos en virtud de que habrá conflicto poselectoral en torno a la definición sobre quién será la nueva presidenta de México y la composición del nuevo Congreso.

Pero vayamos por partes, en la arena política entramos a un supuesto remanso de paz al dar paso a la intercampaña y con ello, se prohíbe tajantemente a los aspirantes a la Presidencia hacer actos de proselitismo o tener spots en medios electrónicos, entre otras limitantes.

Las sanciones por violar este periodo de veda, van desde las económicas hasta la imposibilidad de competir por un cargo de representación popular, entonces los asesores de las candidatas Gálvez, Sheinbaum y el precandidato Álvarez trabajan a marchas forzadas para buscarle la "cuadratura" a la ley electoral y continuar haciendo actividades de proselitismo político, aún cuando el periodo denominado de intercampaña lo prohíbe expresamente.

Otro factor que no se interrumpirá será la guerra sucia que prevalece, tanto al interior de los partidos políticos, por el desplazamiento de aquellos suspirantes que no fueron favorecidos con nominaciones, como entre los dos bloques opositores, que seguirán dando hasta con la cubeta.

Recuerde, estimado lector, que estamos en "tiempo de guerra" en el cual la clase gobernante y los políticos tienen como prioridad ganar las elecciones.

Hay que considerar lo que viene para después del 2 de junio, pues seguramente el conflicto electoral, sobre todo para definir a la candidata presidencial ganadora, uno que otro gobernador, algunos distritos electorales que tienen que ver con la nueva composición del Congreso y la definición de las nuevas mayorías parlamentarias, convulsionará al país, a grado tal que puede atentar contra la paz social y la misma gobernabilidad.

Con el incremento de los energéticos vendrá la escalada inflacionaria en niveles de dos dígitos.

Nuestra legislación electoral es compleja, producto de nuestra historia de desconfianzas, pero es la norma y debe cumplirse a cabalidad para generar confianza en las elecciones y legitimidad en los resultados, necesaria para la estabilidad política.

Entre el 15 y el 22 de febrero se hará finalmente el registro oficial de las candidaturas de cargos federales, Presidencia de la República, senadurías y diputaciones.

Como lo decía en líneas anteriores, da inicio una pequeña veda electoral. Un respiro entre tanto parloteo y fuegos artificiales que no auguran un espectáculo tan diferente al que estamos ya habituados.

Ya comenzamos a armar un rompecabezas en el que se unen piezas que, en otros momentos, sería casi imposible que pudieran conformar una sola imagen, algunas de las cuales, por cierto, son una suerte de monstruos híbridos que solo causan risa por el cinismo que simbolizan.

¿Cómo se le puede llamar al pacto que existe entre el Partido Encuentro Social, epítome de la ultraderecha más rancia y el partido oficial, que se presume de "izquierda"? Claro la hibridación obedece a la urgencia de asegurar el botín electoral que está en juego. De los principios, la moral y la ética, mejor ni preguntar, esas son cuestiones que solo atañen a los filósofos de la antigüedad.

Y, claro, solo he mencionado el ejemplo más sencillo y elemental dentro de esta posible zoología fantástica.

Así, bastó con escuchar los elementos sustanciales a partir de los que se han redactado los discursos de cada uno de los frentes políticos que aparecerán en las boletas electorales.