/ lunes 25 de febrero de 2019

Que mejoren o se vayan

Nadie nace sabiendo, dice la sabiduría popular, así que de lo ocurrido con el fracaso de llevar a juicio político al fiscal Winckler los de Morena que metieron mano en eso deben aprender.

Han empezado las justificaciones, pues está dicho también que justificarse es el gran ritual de la vida, pero no hay justificación que valga. Son pretextos inválidos.

El caso Winckler —ya le buscarán otra vía para quitarlo de la Fiscalía General de Veracruz y posiblemente lo consigan— exhibió públicamente lo que era comentado en diversos círculos políticos y negado entre la élite de Morena en Veracruz:

Faltan buenos operadores políticos, hay división y los principales grupos trabajan… para sus intereses.

Por eso, cuando quisieron conseguir los votos necesarios para llevar a juicio político al fiscal, no sólo no pudieron conseguir llegar a 34, sino que perdieron diputados.

Ahora dicen que es porque no reparten dinero y con esa justificación sólo complican futuras negociaciones políticas.

Lo que no dicen es lo que se comenta entre la oposición y que va desde los acuerdos incumplidos hasta burlas porque creyeron que no los necesitarían.

El saldo es muy negativo para ellos, pues el fiscal Jorge Winckler continuará quién sabe cuánto tiempo más y la debilitación no sólo es en la Legislatura, pues el mensaje adverso va para las demás áreas políticas y sociales.

Pero esto ya pasó, ahora a levantarse y, aprendida la lección, si es que la quieren aprender, enfrentar los retos actuales y por venir.

Mientras tanto fuera del gobierno se ve que los grupos de Morena están muy atareados en lo suyo. Los que recomendaron y los recomendados ya deberían bajarle al futurismo y medio unirse para dar resultados.

Hablan de más y actúan con poca afectividad

Rocío Nahle tendría que estar más pendiente de la Secretaría de Energía y menos interesada de lo que sucede acá. Lo que pasó en Chinameca nació de la familia de empresarios que está relacionada con ella y a la que pretendían darle el negocio del nuevo basurero.

El secretario de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, tendría que hablar menos y actuar más. No pudo con el caso del fiscal, en un caso que él solo se metió; complicó lo de Chinameca, peleó como nunca al gobierno con la Iglesia Católica y negó a su familia afectada por un secuestro. Veracruz sufre, pero el secretario de Gobierno pasea en Baja California.

Ricardo Ahued, el senador ahora por Morena, cuida su imagen y ha de decir que los problemas no son suyos y por lo tanto esquiva y está en lo suyo, construyendo su imagen para lo que venga.

Y así andan casi todos, sin reparar en que cada falla, los errores y la falta de solución a los problemas dañan a los funcionarios, pero afectan más a la imagen global del gobierno y de Cuitláhuac García, quien todo indica tiene buenas intenciones y no se merece a quienes le recomendaron y rápido le están fallando.

Decíamos en comentarios pasados que para un gobernador no es sencillo tomar la decisión de correr a colaboradores, más si es por presión de la opinión pública, pero creo que es momento de que analice bien cómo andan algunos.

Podría suponer que fallan porque están en el comienzo, pero debería ver que si así están al iniciar ¿cómo estarán más avanzada esta administración si no dan muestras de querer mejorar?

Están a menos de tres meses de iniciado el gobierno, que los colaboradores que no dan el ancho no hagan ver las cosas como si estuvieran a tres meses de que lo terminen.

Nadie nace sabiendo, dice la sabiduría popular, así que de lo ocurrido con el fracaso de llevar a juicio político al fiscal Winckler los de Morena que metieron mano en eso deben aprender.

Han empezado las justificaciones, pues está dicho también que justificarse es el gran ritual de la vida, pero no hay justificación que valga. Son pretextos inválidos.

El caso Winckler —ya le buscarán otra vía para quitarlo de la Fiscalía General de Veracruz y posiblemente lo consigan— exhibió públicamente lo que era comentado en diversos círculos políticos y negado entre la élite de Morena en Veracruz:

Faltan buenos operadores políticos, hay división y los principales grupos trabajan… para sus intereses.

Por eso, cuando quisieron conseguir los votos necesarios para llevar a juicio político al fiscal, no sólo no pudieron conseguir llegar a 34, sino que perdieron diputados.

Ahora dicen que es porque no reparten dinero y con esa justificación sólo complican futuras negociaciones políticas.

Lo que no dicen es lo que se comenta entre la oposición y que va desde los acuerdos incumplidos hasta burlas porque creyeron que no los necesitarían.

El saldo es muy negativo para ellos, pues el fiscal Jorge Winckler continuará quién sabe cuánto tiempo más y la debilitación no sólo es en la Legislatura, pues el mensaje adverso va para las demás áreas políticas y sociales.

Pero esto ya pasó, ahora a levantarse y, aprendida la lección, si es que la quieren aprender, enfrentar los retos actuales y por venir.

Mientras tanto fuera del gobierno se ve que los grupos de Morena están muy atareados en lo suyo. Los que recomendaron y los recomendados ya deberían bajarle al futurismo y medio unirse para dar resultados.

Hablan de más y actúan con poca afectividad

Rocío Nahle tendría que estar más pendiente de la Secretaría de Energía y menos interesada de lo que sucede acá. Lo que pasó en Chinameca nació de la familia de empresarios que está relacionada con ella y a la que pretendían darle el negocio del nuevo basurero.

El secretario de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, tendría que hablar menos y actuar más. No pudo con el caso del fiscal, en un caso que él solo se metió; complicó lo de Chinameca, peleó como nunca al gobierno con la Iglesia Católica y negó a su familia afectada por un secuestro. Veracruz sufre, pero el secretario de Gobierno pasea en Baja California.

Ricardo Ahued, el senador ahora por Morena, cuida su imagen y ha de decir que los problemas no son suyos y por lo tanto esquiva y está en lo suyo, construyendo su imagen para lo que venga.

Y así andan casi todos, sin reparar en que cada falla, los errores y la falta de solución a los problemas dañan a los funcionarios, pero afectan más a la imagen global del gobierno y de Cuitláhuac García, quien todo indica tiene buenas intenciones y no se merece a quienes le recomendaron y rápido le están fallando.

Decíamos en comentarios pasados que para un gobernador no es sencillo tomar la decisión de correr a colaboradores, más si es por presión de la opinión pública, pero creo que es momento de que analice bien cómo andan algunos.

Podría suponer que fallan porque están en el comienzo, pero debería ver que si así están al iniciar ¿cómo estarán más avanzada esta administración si no dan muestras de querer mejorar?

Están a menos de tres meses de iniciado el gobierno, que los colaboradores que no dan el ancho no hagan ver las cosas como si estuvieran a tres meses de que lo terminen.