/ jueves 25 de enero de 2024

¿Qué tanto nos afectará?

Al igual que en nuestro país, Estados Unidos de Norteamérica está pasando por una euforia electoral, dado que como nosotros, allá habrá elecciones presidenciales; el presidente Biden querrá competir por un segundo periodo de cuatro años y hasta ahora el principal contrincante que se ve en puerta es el republicano Donald Trump, quien ya ostentó ese cargo antes que la actual administración y que habiendo perdido las elecciones de manera completamente legal, armó un total escándalo diciendo que le habían hecho fraude. Sólo faltó que se parara a gritar en el obelisco que él era el “pregidente” legítimo y alzara en alto su bandera con un águila bicéfala.

Es de todos sabido que Trump ha pasado y sigue pasando por diversos juicios por fraude, evasión de impuestos, malos manejos financieros, abuso sexual y como el acarreador y mente maestra de el ataque al Capitolio por parte de sus fanáticos, causando innumerables destrozos y atacando al personal de guardia, en protesta por haber perdido las elecciones.

Llama la atención que a pesar de ser un real delincuente sobre el que siguen pesando varias demandas y juicios legales, siga siendo el ídolo de millones de norteamericanos, la mayoría republicanos, que lo apoyan e impulsan para llegar de nuevo a la Casa Blanca, imponiéndose a otros aspirantes republicanos que han tenido que ceder ante la popularidad del tramposo magnate.

Pero ¿cuál es uno de los motivos más fuertes de su popularidad que lo está llevando a contender de nuevo por la presidencia? Pues el rechazo de la población a la invasión migratoria que Biden ha permitido bajo el concepto de ayuda humanitaria y asilo político, lo que aunado a la holgura y actitud permisiva de López Obrador, al permitir la entrada de miles de migrantes multinacionales y que la mayoría transite por nuestro territorio con miras a llegar a la frontera norte para cruzar a Estados Unidos, mientras otros se van quedando en diversas poblaciones por donde cruzan, para ser una molestia a los ciudadanos y una carga para el estado y para cada municipio donde se asientan.

Algunos tienen suerte de ser aceptados y pasan la frontera, pero la mayoría son devueltos a nuestro país, como material de desecho. Otros mueren en el intento ya sea en el tren llamado “La Bestia” y otros más al tratar de cruzar el río Bravo.

Sabemos que Trump es un acérrimo promotor de la política antimigratoria y eso significaría que de llegar a la presidencia, toda la bandada de migrantes que se introducen a diario en nuestro país por la frontera sur, no tendrían ninguna oportunidad de cruzar a Estados Unidos y que a falta de ánimo de extraditarlos, se quedarían en nuestro territorio, sin trabajo y como oportunidad para ser atraídos por la delincuencia organizada, como ya está pasando, incrementándose la inseguridad que ya existe en nuestro país.

Al igual que en nuestro país, Estados Unidos de Norteamérica está pasando por una euforia electoral, dado que como nosotros, allá habrá elecciones presidenciales; el presidente Biden querrá competir por un segundo periodo de cuatro años y hasta ahora el principal contrincante que se ve en puerta es el republicano Donald Trump, quien ya ostentó ese cargo antes que la actual administración y que habiendo perdido las elecciones de manera completamente legal, armó un total escándalo diciendo que le habían hecho fraude. Sólo faltó que se parara a gritar en el obelisco que él era el “pregidente” legítimo y alzara en alto su bandera con un águila bicéfala.

Es de todos sabido que Trump ha pasado y sigue pasando por diversos juicios por fraude, evasión de impuestos, malos manejos financieros, abuso sexual y como el acarreador y mente maestra de el ataque al Capitolio por parte de sus fanáticos, causando innumerables destrozos y atacando al personal de guardia, en protesta por haber perdido las elecciones.

Llama la atención que a pesar de ser un real delincuente sobre el que siguen pesando varias demandas y juicios legales, siga siendo el ídolo de millones de norteamericanos, la mayoría republicanos, que lo apoyan e impulsan para llegar de nuevo a la Casa Blanca, imponiéndose a otros aspirantes republicanos que han tenido que ceder ante la popularidad del tramposo magnate.

Pero ¿cuál es uno de los motivos más fuertes de su popularidad que lo está llevando a contender de nuevo por la presidencia? Pues el rechazo de la población a la invasión migratoria que Biden ha permitido bajo el concepto de ayuda humanitaria y asilo político, lo que aunado a la holgura y actitud permisiva de López Obrador, al permitir la entrada de miles de migrantes multinacionales y que la mayoría transite por nuestro territorio con miras a llegar a la frontera norte para cruzar a Estados Unidos, mientras otros se van quedando en diversas poblaciones por donde cruzan, para ser una molestia a los ciudadanos y una carga para el estado y para cada municipio donde se asientan.

Algunos tienen suerte de ser aceptados y pasan la frontera, pero la mayoría son devueltos a nuestro país, como material de desecho. Otros mueren en el intento ya sea en el tren llamado “La Bestia” y otros más al tratar de cruzar el río Bravo.

Sabemos que Trump es un acérrimo promotor de la política antimigratoria y eso significaría que de llegar a la presidencia, toda la bandada de migrantes que se introducen a diario en nuestro país por la frontera sur, no tendrían ninguna oportunidad de cruzar a Estados Unidos y que a falta de ánimo de extraditarlos, se quedarían en nuestro territorio, sin trabajo y como oportunidad para ser atraídos por la delincuencia organizada, como ya está pasando, incrementándose la inseguridad que ya existe en nuestro país.