/ viernes 6 de abril de 2018

Veracruz: situación laboral de la mujeres

Primera parte

El trato indigno de los partidos políticos con las mujeres capaces e independientes, como es el caso de la diputada local Cinthya Lobato Calderón y Elízabeth Morales García, entre otras, motiva a reflexionar que si bien hay avances en materia de equidad de género, aún falta mucho camino por recorrer. No basta todo el entramado legal al respecto, empezando por nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su artículo cuarto a la letra dice: “El varón y la mujer son iguales ante la ley”. Sin embargo existes grandes obstáculos para alcanzar paridad plena en la sociedad actual sin distingos de sexo, aún existen hombres que luchan por conservar sus privilegios como en tiempos pasados. La discriminación para puestos de elección popular y ubicación a nivel directivo en el gobierno y empresas, el acoso sexual, la violencia en los hogares y fuera de ellos, donde destacan feminicidios son noticias de cada día.

Para abordar el tema en comento, en este primer artículo utilizaré los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) del cuarto trimestre de 2017. Citado el indicador denominado Tasa de Desocupación Real (TDR), misma que recomienda utilizar el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que consiste únicamente de agregar al concepto de “población desocupada”, la “población disponible”. INEGI esconde la gravedad del desempleo al sumar dentro del rubro de “población económicamente no activa” a los trabajadores que buscan trabajo, pero que han desistido al no encontrarlo. Dicho lo anterior, nos enfrentamos a un panorama desolador: la TDR general para el estado de Veracruz es del orden del 19%, para los hombres del 10% y las mujeres del 32%. En palabras simples uno de cada diez varones dentro de la “población económicamente activa” conocida como la PEA está desocupado, en cambio para las mujeres la relación es de una de cada tres: La diferencia es abismal, tres veces más grande.

Con los resultados antes expuestos podemos afirmar que la mujer en el estado de Veracruz es una especie de bisagra. En tiempo de crecimiento económico las empresas en general aumentan su contratación, en periodos de recesión son despedidas o les cierran las puertas de oportunidades de empleo. Por esta razón no sorprende que la Tasa de Participación Laboral —relación de la PEA respecto al total de la población de 15 y más años de edad— por sexo sea tan dispar. Al cuarto trimestre de 2017, para los hombres es del 75% y para las mujeres del 33%.

Pero estos resultados son producto de una total ausencia de las diferentes administraciones, que han dejado a la deriva la conducción de la economía, incluyendo el actual gobierno estatal del “cambio”. De acuerdo con la ENOE, en 2017, la industria manufacturera perdió 23 mil 056 plazas de mujeres. Conclusión, aumento el peso dentro de la economía veracruzana el Sector Terciario (comercio y servicios) donde pagan salario de miseria, con su respectivo bajo valor agregado. Por el contrario se derrumba nuevamente la actividad del Sector Secundario (industrial), acumulando tres años consecutivos en caída libre, precisamente en la actividad económica donde aumenta considerablemente la riqueza y la innovación. Las mujeres y los veracruzanos en general estamos condenados a la pobreza eterna por falta de gobiernos eficaces y honorables. El cinismo y la negación de afrontar los problemas siempre presente.

Primera parte

El trato indigno de los partidos políticos con las mujeres capaces e independientes, como es el caso de la diputada local Cinthya Lobato Calderón y Elízabeth Morales García, entre otras, motiva a reflexionar que si bien hay avances en materia de equidad de género, aún falta mucho camino por recorrer. No basta todo el entramado legal al respecto, empezando por nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su artículo cuarto a la letra dice: “El varón y la mujer son iguales ante la ley”. Sin embargo existes grandes obstáculos para alcanzar paridad plena en la sociedad actual sin distingos de sexo, aún existen hombres que luchan por conservar sus privilegios como en tiempos pasados. La discriminación para puestos de elección popular y ubicación a nivel directivo en el gobierno y empresas, el acoso sexual, la violencia en los hogares y fuera de ellos, donde destacan feminicidios son noticias de cada día.

Para abordar el tema en comento, en este primer artículo utilizaré los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) del cuarto trimestre de 2017. Citado el indicador denominado Tasa de Desocupación Real (TDR), misma que recomienda utilizar el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que consiste únicamente de agregar al concepto de “población desocupada”, la “población disponible”. INEGI esconde la gravedad del desempleo al sumar dentro del rubro de “población económicamente no activa” a los trabajadores que buscan trabajo, pero que han desistido al no encontrarlo. Dicho lo anterior, nos enfrentamos a un panorama desolador: la TDR general para el estado de Veracruz es del orden del 19%, para los hombres del 10% y las mujeres del 32%. En palabras simples uno de cada diez varones dentro de la “población económicamente activa” conocida como la PEA está desocupado, en cambio para las mujeres la relación es de una de cada tres: La diferencia es abismal, tres veces más grande.

Con los resultados antes expuestos podemos afirmar que la mujer en el estado de Veracruz es una especie de bisagra. En tiempo de crecimiento económico las empresas en general aumentan su contratación, en periodos de recesión son despedidas o les cierran las puertas de oportunidades de empleo. Por esta razón no sorprende que la Tasa de Participación Laboral —relación de la PEA respecto al total de la población de 15 y más años de edad— por sexo sea tan dispar. Al cuarto trimestre de 2017, para los hombres es del 75% y para las mujeres del 33%.

Pero estos resultados son producto de una total ausencia de las diferentes administraciones, que han dejado a la deriva la conducción de la economía, incluyendo el actual gobierno estatal del “cambio”. De acuerdo con la ENOE, en 2017, la industria manufacturera perdió 23 mil 056 plazas de mujeres. Conclusión, aumento el peso dentro de la economía veracruzana el Sector Terciario (comercio y servicios) donde pagan salario de miseria, con su respectivo bajo valor agregado. Por el contrario se derrumba nuevamente la actividad del Sector Secundario (industrial), acumulando tres años consecutivos en caída libre, precisamente en la actividad económica donde aumenta considerablemente la riqueza y la innovación. Las mujeres y los veracruzanos en general estamos condenados a la pobreza eterna por falta de gobiernos eficaces y honorables. El cinismo y la negación de afrontar los problemas siempre presente.