Durante el ciclo escolar 2022-2023, un total de 551 escuelas en Veracruz fueron señaladas por no cumplir con la ley que prohíbe la venta de comida chatarra y bebidas no saludables, según los reportes presentados en la plataforma “Mi Escuela Saludable”. Estas cifras sitúan a Veracruz en el cuarto lugar a nivel nacional en términos de incumplimiento de estas regulaciones.
La problemática es generalizada en todo el país, ya que la mayoría de las escuelas continúan vendiendo productos y bebidas ultraprocesados, a pesar de que su comercialización está prohibida debido a los daños que causan a la salud y al medio ambiente.
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En Veracruz, esta situación se agrava ya que los lineamientos tampoco se aplican adecuadamente en las escuelas primarias y secundarias, donde la comida chatarra y las bebidas azucaradas se ofrecen con mayor frecuencia que opciones saludables.
¿Cuántas quejas ciudadanas hay por la venta de comida en planteles?
Durante el ciclo escolar mencionado, se registraron un total de 872 quejas ciudadanas relacionadas con la venta de comida chatarra y refrescos en Veracruz, lo que coloca al estado en el cuarto lugar a nivel nacional en cuanto a denuncias por violación de las regulaciones de alimentos y bebidas en las escuelas.
De acuerdo con los informes de la plataforma “Mi Escuela Saludable”, una iniciativa respaldada por las organizaciones El Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), durante el último ciclo escolar, el 81 por ciento de las escuelas veracruzanas vendieron refrescos y el 93.4 por ciento ofrecieron comida chatarra.
Mientras que el 79.8 por ciento de las escuelas no tenían disponibles frutas y verduras, el 85.8 por ciento carecía de un comité encargado de supervisar la prohibición de la venta de comida chatarra y, en el 70.3 por ciento de los centros educativos, no se contaba con bebederos de agua.
Comparando estas cifras con el ciclo escolar 2018-2019, se observa un aumento significativo tanto en las denuncias como en el número de escuelas reportadas en Veracruz. Las denuncias aumentaron en un 65.1 por ciento, pasando de 304 a 872 casos, mientras que el número de escuelas reportadas por la ciudadanía aumentó un 53.6 por ciento, pasando de 256 a 551.
La situación en Veracruz refleja un problema nacional, ya que el incumplimiento de las regulaciones alimentarias en las escuelas persiste en todo México. Sólo dos de cada diez escuelas en el país tienen acceso a frutas, verduras y bebederos funcionales, mientras que la disponibilidad de comida chatarra es desmedida.
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Según el Atlas Mundial de la Obesidad 2023, se proyecta que para el año 2030, aproximadamente 7 millones de niños y niñas de 5 a 19 años vivirán con obesidad en México.
Además, en un solo día escolar, los niños y adolescentes consumen en promedio 550 calorías provenientes de comida chatarra, suficiente para ganar más de 7 kilogramos al año.
En el ciclo escolar más reciente, la plataforma “Escuela Saludable” recibió un total de 13mil 568 reportes a nivel nacional, en los cuales se denunciaron 9 mil 402 escuelas de educación primaria y secundaria por la venta de comida chatarra. Según estos informes, en el 97.6 por ciento de las escuelas en el país se sigue vendiendo este tipo de alimentos no saludables.
Las diez entidades con mayor número de reportes de incumplimiento de la ley en las escuelas son el Estado de México (2,247), Ciudad de México (972), Jalisco (892), Veracruz (872), Nuevo León (757), Puebla (682), Baja California (551), Chihuahua (529), Hidalgo (464) y Tamaulipas (425).
¿Cuáles son los lineamientos y las sanciones?
La regulación de alimentos y bebidas en las escuelas establece que durante la jornada escolar está prohibida la venta de refrescos, jugos, néctares envasados, refrescos light, leche de sabor con azúcares añadidos, botanas saladas, galletas, pastelillos, dulces y postres, así como yogurt con azúcar.
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Por otro lado, de lunes a viernes, se pueden vender frutas y verduras, cereales integrales, amarantos, avena, oleaginosas, pepitas, nueces y cacahuates, leguminosas secas, lentejas y habas, y agua natural de forma gratuita y de libre demanda. Los viernes se permite la venta de algunos productos ultraprocesados que cumplan con ciertos criterios nutricionales, pero esta flexibilidad genera confusión y contradicciones en la aplicación de la ley.
En cuanto a quiénes pueden vender alimentos y bebidas en las escuelas, sólo los proveedores previamente seleccionados a través de licitación y capacitados por las autoridades educativas y de salud tienen permiso para hacerlo.
Además, el Comité de Establecimiento de Consumo Escolar (CECE), conformado por padres y madres de familia, debe supervisar la venta y calidad de los alimentos. Las instituciones públicas responsables, como la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud, junto con las autoridades escolares, tienen funciones asignadas para garantizar el cumplimiento de la ley.
Las sanciones por incumplir la ley en las escuelas son claras: todas las instituciones educativas, ya sean públicas o privadas, que vendan y promocionen alimentos y bebidas no permitidos por las regulaciones y la Ley General de Educación, pueden enfrentar sanciones administrativas. Estas sanciones incluyen la revocación de la autorización para operar o la retirada del reconocimiento de la validez oficial de los estudios de la escuela.
Además, se imponen sanciones económicas que pueden resultar en multas equivalentes a un mínimo de 100 y un máximo de mil veces el salario diario.
Es importante destacar que los productos chatarra y las bebidas azucaradas se pueden identificar por los sellos y leyendas de advertencia, pero también existen productos a granel que no cuentan con estos sellos y que, sin embargo, son igualmente altos en azúcar, grasa, sodio, aditivos y calorías, por lo que deben evitarse.
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¿Cómo van las cifras de obesidad infantil y la alimentación poco saludable?
Las organización El Poder del Consumidor ha señalado que México enfrenta un grave problema de salud pública relacionado con la malnutrición. El país ocupa actualmente el quinto lugar en obesidad a nivel mundial y está experimentando un rápido aumento de la obesidad infantil.
La obesidad infantil no solo afecta la calidad de vida, la educación y la salud física y mental de los niños, sino que también tiene consecuencias económicas para el país, con costos que superan los 650 mil millones de pesos al año (equivalentes al 3 por ciento del Producto Interno Bruto). Estos costos no incluyen otros factores de riesgo como la diabetes.
Uno de los principales factores que contribuyen a la epidemia de obesidad infantil es la alimentación poco saludable, impulsada por entornos poco saludables y la publicidad excesiva y agresiva de productos no saludables, que se encuentran omnipresentes en todos los lugares donde los niños se desenvuelven, incluyendo las escuelas.
A pesar del papel crucial que desempeñan las escuelas en la sociedad, actualmente son espacios que no cumplen con los derechos a la educación, la salud y el bienestar.
Estudios realizados por El Poder del Consumidor indican que el 97 por ciento de las escuelas en todo México no cumplen con la regulación vigente sobre la venta de alimentos y bebidas, lo que permite que el consumo de frituras, dulces, botanas y bebidas azucaradas siga fomentándose.
Ante esta preocupante situación a nivel nacional, las organizaciones civiles hacen un llamado urgente a todas las fuerzas políticas para que tomen medidas inmediatas que permitan a niños y adolescentes desarrollarse plenamente y garantizar sus derechos fundamentales.
