"Paracaidistas" se apropian de las márgenes del río Sedeño, acusan

Estela de la Cruz Morales, una de las afectadas, sostiene que las familias cuentan con propiedades en colonias de Xalapa y Banderilla

Miguel Salazar

  · miércoles 30 de enero de 2019

Presuntamente “paracaidistas” acaban con áreas verdes para construir sus campamentos / Foto: Jaime Rivera

Xalapa, Ver.- Una presunta invasión en los márgenes del río Sedeño va en aumento. La construcción de casas en un terreno presuntamente intestado, cerca del puente de La Haciendita, crece aceleradamente desde hace dos meses y de acuerdo con Estela de la Cruz Morales, vecina inconforme, “todo de manera ilegal”.

Los “paracaidistas” supuestamente se distribuyen el área de forma equitativa y aunque dicen ser de escasos recursos, la mayoría tiene propiedades en otras colonias, tanto de Xalapa como de Banderilla, dice la entrevistada.

Además de abarcar un espacio amplio de una zona arbolada, los invasores no tienen adónde arrojar sus desechos, por lo que se presume que depositan su basura en algunas áreas verdes y vierten sus aguas negras al de por sí contaminado río Sedeño.

Desechos estén siendo arrojados al río / Foto: Jaime Rivera

La invasión se desprende de la que inició hace dos años en las orillas del afluente. Actualmente la construcción de viviendas avanza rápido y colinda con las colonias Revolución, Naranjal y Del Moral, señala.

El terreno no tiene nombre, pero algunos lo identifican como “el de pobreza extrema”. Tampoco tiene energía eléctrica, alumbrado público ni servicio de agua potable.

Estela de la Cruz Morales sostiene la que líder está identificada como Anastasia y aparentemente ha vendido y revendido terrenos sin entregar documentos que les den certeza a los compradores.

Manifiesta que al inicio de la presunta invasión las autoridades municipales estuvieron enteradas de su desarrollo sin que pusieran un alto, por lo que ahora podrían ser más de cien familias las que construyen y habitan de forma irregular.


Advierte la importancia de que las autoridades tomen cartas en el asunto lo más pronto posible, pues no descarta que la venta de espacios continúe al grado de afectar más áreas verdes.

Por su parte, quienes habitan en ese lugar guardan total hermetismo y se limitan a hablar de la falta de servicios públicos entre sus improvisadas calles y de la necesidad de contar con un patrimonio propio.