Desde la academia, el sector agrícola y agroindustrial de Veracruz es visto como de “supervivencia, pues no es competitivo y su sustentabilidad es baja”, declara Noé Aguilar Rivera, docente e investigador de la Universidad Veracruzana.
Ejemplifica con la caña de azúcar, que mantiene al estado como generador de la principal agroindustria de país, sin embargo, es uno de los últimos en cuanto a rendimientos, productividad y beneficios sociales.
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¿Qué productos padecen crisis en Veracruz?
El doctor en ciencias ambientales, orientación, gestión ambiental y desarrollo sostenible señala que otras agroindustrias como la vainilla, el café, hule, cítricos y algunos frutales se mantienen en la misma situación.
En sesión plenaria de agricultura organizada por el Consejo Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (Coveycidet) explicó que con más de 300 mil hectáreas sembradas, superficie cosechada y producción de azúcar, Veracruz ocupa el primer lugar nacional.
En contraparte, expone que el productor cañero, sin importar si es de tipología baja o alta en relación con la superficie, depende de si llueve, de si no hay conflictos sindicales, de si hay agua, del sistema de riego y muchos otros factores.
“Si se da, obtendrá ganancias y su cultivo será sustentable y competitivo, pero solo esa temporada agrícola; si algo falla, inicia el caos”, puntualiza el docente de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, región Peñuela.
Toda problemática, enfatiza, debe verse como una oportunidad. En el caso del sector agrícola y agroindustrial de Veracruz indica que se requiere la vinculación entre productor, academia y gobierno.
“Si vemos la cadena de cualquier cultivo en Veracruz todo empieza con los suelos y los suelos están agotados, pero existe la oportunidad de recuperarlos y regenerarlos”, sostiene.
Además del uso de los residuos de plantas, considera que tendría que existir una vinculación con el sector ganadero para la producción de abonos, y con investigadores para el desarrollo de nuevas variedades.
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Manifiesta que es tiempo de trabajar en conjunto y no olvidar casos como el del azúcar, pues el 90 por ciento del residuo de cosecha se quema, se generan gases de efecto invernadero, la caña pierde su calidad y se generan problemas en el suelo.
¿Qué necesita el sector agroindustrial para mejorar?
Opina además que el sector agroindustrial tiene que aplicar certificaciones que le abran las puertas a nuevos mercados competitivos, pues aunque son costosas y es complicado administrativamente llevarlas a cabo, la academia y gobierno pueden brindar capacitación con el fin de que puedan lograr su acceso.
Con respecto al consumidor final, cree que se debe trabajar para demostrar que al azúcar se le ha satanizado como un producto malo, cuando no es así: “Lo malo es el abuso, pero si se consume azúcar veracruzana con moderación, producida en condiciones agroecológicas, se consumirá un producto inocuo y saludable”.
Finalmente apunta que productores, políticos y empresarios, y muchas veces los académicos, se han vuelto sujetos tecnológicos que comparten la idea de que una tecnología -generalmente extranjera- resolverá mágicamente los problemas pero no es así.
“Debe haber confianza en la academia para hacer equipo y dentro de la academia se deben hacer equipos multidisciplinarios. A veces la solución no solamente son el dinero y los apoyos, sino un acompañamiento para transferir la tecnología y transformar mercados”, sostiene.