La comunicación es un derecho nuevo, es decir, emergente. Y aunque vivimos en una época de abundantes sistemas de comunicación digitales, mucha gente se encuentra fuera de este beneficio.
Para que una empresa lleve un servicio de telefonía e internet a una ciudad o comunidad evalúa si esto le representa un beneficio comercial, es decir, si le deja ganancias. De esta forma es que los servicios sólo se encuentran a partir de las cabeceras municipales hasta grandes ciudades; por lo tanto, aunque una pequeña población de pocos habitantes tenga necesidades comunicacionales, por mucho que lo deseen o pidan, jamás lo obtendrán.
Dejar fuera del beneficio de las telecomunicaciones a poblaciones enteras es dejarlos sin oportunidades de diversos tipos de desarrollo que el internet o la telefonía les podrían proporcionar, beneficios que quienes estamos en grandes ciudades disfrutamos y aprovechamos para nuestro desarrollo personal o profesional. Por todo lo anterior, es que el plan de telefonía e internet del presidente López Obrador representa una gran oportunidad para las poblaciones que se han quedado relegadas de los beneficios del desarrollo que pueden traerles las telecomunicaciones.
Después de un inicio con trabas e intensas negociaciones debido a leyes comerciales que impiden que el servicio de internet fuera proporcionado por el gobierno al considerarlo como una práctica monopólica, al fin podemos ver la masiva instalación de antenas y entrega gratuita de chips por todas las comunidades más alejadas del país para que tengan telefonía e internet.
El pasado jueves 22 de junio, el Presidente en su conferencia de prensa anunció que el programa de Internet para Todos avanza a pesar de las complicaciones legales y de la falta de tecnología (aunque también no olvidemos el atraso por la pandemia). Anunció AMLO también que al finalizar su administración se dejará con telefonía e internet al 94% de la población, para lo cual están avanzando en la instalación de 12 mil antenas que realiza el personal de CFE por todo el país.
En otra ocasión ya les había hablado que los costos de estos servicios serán los más bajos de México, pudiendo encontrarse planes desde 30 pesos mensuales, es decir, un peso por día, y hasta 40 veces más velocidad de lo que dan las empresas comerciales. Estos costos son debido a que para este gobierno, la telefonía e internet son vistos como un derecho y no como un negocio.
En los próximos días se irán informando los avances de este programa que retoma la recta final con la promesa de que será de gran beneficio para las comunidades que siempre estuvieron olvidadas y fuera de los grandes avances tecnológicos. Ya era tiempo de que al fin ejercieran este derecho y participaran en el nuevo mundo del intercambio instantáneo de ideas.
facebook:
@ManuelHuertaLG
twitter
: @ManuelHuertaLdG
La comunicación es un derecho nuevo, es decir, emergente. Y aunque vivimos en una época de abundantes sistemas de comunicación digitales, mucha gente se encuentra fuera de este beneficio.
Para que una empresa lleve un servicio de telefonía e internet a una ciudad o comunidad evalúa si esto le representa un beneficio comercial, es decir, si le deja ganancias. De esta forma es que los servicios sólo se encuentran a partir de las cabeceras municipales hasta grandes ciudades; por lo tanto, aunque una pequeña población de pocos habitantes tenga necesidades comunicacionales, por mucho que lo deseen o pidan, jamás lo obtendrán.
Dejar fuera del beneficio de las telecomunicaciones a poblaciones enteras es dejarlos sin oportunidades de diversos tipos de desarrollo que el internet o la telefonía les podrían proporcionar, beneficios que quienes estamos en grandes ciudades disfrutamos y aprovechamos para nuestro desarrollo personal o profesional. Por todo lo anterior, es que el plan de telefonía e internet del presidente López Obrador representa una gran oportunidad para las poblaciones que se han quedado relegadas de los beneficios del desarrollo que pueden traerles las telecomunicaciones.
Después de un inicio con trabas e intensas negociaciones debido a leyes comerciales que impiden que el servicio de internet fuera proporcionado por el gobierno al considerarlo como una práctica monopólica, al fin podemos ver la masiva instalación de antenas y entrega gratuita de chips por todas las comunidades más alejadas del país para que tengan telefonía e internet.
El pasado jueves 22 de junio, el Presidente en su conferencia de prensa anunció que el programa de Internet para Todos avanza a pesar de las complicaciones legales y de la falta de tecnología (aunque también no olvidemos el atraso por la pandemia). Anunció AMLO también que al finalizar su administración se dejará con telefonía e internet al 94% de la población, para lo cual están avanzando en la instalación de 12 mil antenas que realiza el personal de CFE por todo el país.
En otra ocasión ya les había hablado que los costos de estos servicios serán los más bajos de México, pudiendo encontrarse planes desde 30 pesos mensuales, es decir, un peso por día, y hasta 40 veces más velocidad de lo que dan las empresas comerciales. Estos costos son debido a que para este gobierno, la telefonía e internet son vistos como un derecho y no como un negocio.
En los próximos días se irán informando los avances de este programa que retoma la recta final con la promesa de que será de gran beneficio para las comunidades que siempre estuvieron olvidadas y fuera de los grandes avances tecnológicos. Ya era tiempo de que al fin ejercieran este derecho y participaran en el nuevo mundo del intercambio instantáneo de ideas.
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