/ miércoles 8 de septiembre de 2021

La danza de la fantasía

Hace unos días el Ejecutivo rindió su tercer informe, mismo que leyó como una de sus tantas mañaneras, más bradilálico que pausado, de contenido fantasioso, al igual que sus cifras reportadas. Quien se lo escribió quiso adornarlo con datos y cifras optimistas, un tanto lejos de la realidad, aunque como dicen, tienen otros datos.

En otros tiempos a ese informe anual del Ejecutivo se le conocía como la danza de los millones, porque se hacía mención de ingresos, egresos, obras, inversiones y demás que incluían millones de pesos, y si bien es cierto muchos de esos millones iban a parar a los bolsillos de la élite del gobierno, pero había trabajo, se cubrían las necesidades de salud, educación, se hacían obras útiles como carreteras, centros de salud, líneas de luz a las rancherías, obras hidráulicas y otras que, más bien o mal, eran un beneficio para los ciudadanos, pero en este a medio camino no ha crecido la cobertura eléctrica, el Insabi sigue sin funcionar, el Gas Bienestar resultó igual de caro que el comercial, las carreteras siguen hechas un desastre, pero las cuotas de peaje son más caras; se mantiene la escasez de vacunas para todas las edades, aunque lo peor es que los niños están en alto riesgo por esas carencias, lo mismo que la falta de medicamentos oncológicos para todas las edades, lo que está causando muchas muertes que podrían haberse evitado.

La vacunación contra el Covid va lenta y hay una necedad incomprensible y criminal de no querer vacunar a los niños, a pesar de que algunos con enfermedades graves están amparados y se niegan a vacunarlos argumentando pretextos incoherentes e incluso diciéndoles que no hay vacunas o que no le pueden quitar una dosis a otras personas, mientras envían vacunas, medicamentos y alimentos a otros países a manera de regalo. Al respecto y contra las declaraciones de la marioneta de salud, en otros países ya se están vacunando a niños desde los 12 años de edad y en Estados Unidos se ha incrementado el contagio de menores con la apertura de las escuelas presenciales.

El empleo, la pobreza y la miseria se incrementaron, pero el peor supuesto logro mencionado fue que las remesas que envían los migrantes del otro lado del Bravo alcanzaron cifras históricas, siendo que ese más que logro debería ser causa de vergüenza, primero porque los braceros mexicanos están trabajando allá al no encontrar oportunidades en su país y el dinero que llega se lo han ganado con su esfuerzo sin ayuda de este ni de ningún otro gobierno anterior, mientras la migración de paisanos sigue en grandes proporciones a pesar de las barreras puestas en la frontera y sabiendo que se juegan la vida y la libertad.

¿Cuáles logros relevantes, un tren de capricho, un aeropuerto o una refinería de una corta vida? Y qué decir de la corrupción, los hermanos, la prima, los cuates siguen jalando dinero y haciendo negocios jugosos.

Ciertamente vamos bien, pero bien amolados y cada día peor, por la situación del país; falta de oportunidades, la pandemia y los desastres naturales que tardarán más de un trienio en corregirse, mientras nos quieren vender una fantasía.

Hace unos días el Ejecutivo rindió su tercer informe, mismo que leyó como una de sus tantas mañaneras, más bradilálico que pausado, de contenido fantasioso, al igual que sus cifras reportadas. Quien se lo escribió quiso adornarlo con datos y cifras optimistas, un tanto lejos de la realidad, aunque como dicen, tienen otros datos.

En otros tiempos a ese informe anual del Ejecutivo se le conocía como la danza de los millones, porque se hacía mención de ingresos, egresos, obras, inversiones y demás que incluían millones de pesos, y si bien es cierto muchos de esos millones iban a parar a los bolsillos de la élite del gobierno, pero había trabajo, se cubrían las necesidades de salud, educación, se hacían obras útiles como carreteras, centros de salud, líneas de luz a las rancherías, obras hidráulicas y otras que, más bien o mal, eran un beneficio para los ciudadanos, pero en este a medio camino no ha crecido la cobertura eléctrica, el Insabi sigue sin funcionar, el Gas Bienestar resultó igual de caro que el comercial, las carreteras siguen hechas un desastre, pero las cuotas de peaje son más caras; se mantiene la escasez de vacunas para todas las edades, aunque lo peor es que los niños están en alto riesgo por esas carencias, lo mismo que la falta de medicamentos oncológicos para todas las edades, lo que está causando muchas muertes que podrían haberse evitado.

La vacunación contra el Covid va lenta y hay una necedad incomprensible y criminal de no querer vacunar a los niños, a pesar de que algunos con enfermedades graves están amparados y se niegan a vacunarlos argumentando pretextos incoherentes e incluso diciéndoles que no hay vacunas o que no le pueden quitar una dosis a otras personas, mientras envían vacunas, medicamentos y alimentos a otros países a manera de regalo. Al respecto y contra las declaraciones de la marioneta de salud, en otros países ya se están vacunando a niños desde los 12 años de edad y en Estados Unidos se ha incrementado el contagio de menores con la apertura de las escuelas presenciales.

El empleo, la pobreza y la miseria se incrementaron, pero el peor supuesto logro mencionado fue que las remesas que envían los migrantes del otro lado del Bravo alcanzaron cifras históricas, siendo que ese más que logro debería ser causa de vergüenza, primero porque los braceros mexicanos están trabajando allá al no encontrar oportunidades en su país y el dinero que llega se lo han ganado con su esfuerzo sin ayuda de este ni de ningún otro gobierno anterior, mientras la migración de paisanos sigue en grandes proporciones a pesar de las barreras puestas en la frontera y sabiendo que se juegan la vida y la libertad.

¿Cuáles logros relevantes, un tren de capricho, un aeropuerto o una refinería de una corta vida? Y qué decir de la corrupción, los hermanos, la prima, los cuates siguen jalando dinero y haciendo negocios jugosos.

Ciertamente vamos bien, pero bien amolados y cada día peor, por la situación del país; falta de oportunidades, la pandemia y los desastres naturales que tardarán más de un trienio en corregirse, mientras nos quieren vender una fantasía.