/ domingo 4 de agosto de 2019

¿Quién mató a Jorge Ruiz?

No es cuestión de adivinar. La realidad es que el periodista Jorge Ruiz Vázquez sufrió un ataque violento en la comunidad La Bocanita de Actopan, donde perdió la vida. La principal línea de investigación del trabajo periodístico que desempeñaba, y hay un sospechoso de ser el autor intelectual, pero también los familiares acusan que desde hace 20 días se le había retirado la protección policiaca que tenía asignada por amenazas de muerte, de manera que aunque fueron sicarios los que dispararon, y alguien dio la orden de hacerlo, también existe omisión en la tragedia. ¿Quién lo mató? En definitiva su muerte no fue por estar vinculado a ningún grupo delictivo. “Tenía un modo honesto de vida”, aseguró la Asociación de Periodistas de Veracruz en un comunicado, para atajar cualquier intento de criminalización. En ocasiones anteriores había sufrido varias agresiones con arma de fuego a su domicilio por publicar hechos de corrupción, hechos que denunció ante la Fiscalía General del Estado el año pasado y en éste, interviniendo la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), dictándose medidas de seguridad a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública, que cayó en omisión. Eso lo denunció ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), que tampoco hizo su trabajo y no emitió una recomendación a la SSP para cumplir con esa obligación. ¿Quién lo mató? No solamente fueron las balas. La CEAPP, en el comunicado 019 hace un posicionamiento frente al artero asesinato del reportero, y hace un señalamiento directo: “Previo a los hechos, el periodista había denunciado en octubre y noviembre del 2018 ante la Fiscalía de Veracruz, ataques en su domicilio, presuntamente ordenados por el alcalde de ese municipio, José Paulino Domínguez, por diversas publicaciones realizadas en su contra, por lo que se inició la carpeta de investigación CI/114/2018/PC”. El alcalde panista, de la misma filiación política del fiscal Jorge Winckler Ortiz, debe ser considerado como el principal sospechoso del asesinato, y a la Fiscalía por lo menos habría que recibir un extrañamiento de porqué no investigó al señalado edil. Sin embargo, en un comunicado oficial, la FGE advierte: “Se investigará por qué no se daba cumplimiento a las medidas de protección dictadas a favor de la víctima y su familia, las cuales se encontraban vigentes”, lo que coloquialmente debe entenderse que “se cura en salud”. Fue, en todo caso, un crimen por comisión y omisión, y debe esclarecerse totalmente, estableciendo las responsabilidades que corresponda: al autor o autores intelectuales, autor o autores materiales, y a la SSP, FGE e incluso a la CEDH, por omisión de funciones. No se trata de un crimen más, ni siquiera por ser un periodista la víctima, ni de que a cada comunicador se le asigne un policía para cuidarlo, como acaba equivocadamente de declarar el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, sino de que haya respeto a la ley y se haga justicia, frente a lo cual los periodistas de todo el estado han anunciado que mantendrán una firme postura de defensa a estas agresiones a la vida y a la libertad de expresión.


¡NO, OTRA VEZ NO, TIBURONES!

Lo que la semana pasada se pensó como inicio prometedor de los Tiburones Rojos al empatar su primer partido a tres goles frente a los Tuzos del Pachuca en el estadio Luis “Pirata” Fuente, el sábado se derrumbó completamente al recibir una de las mayores golizas de 7 goles a 0 ante los Rayos del Necaxa. Simplemente la defensa fue destruida, lenta y sin idea, por los atacantes de Aguascalientes. Nada qué hacer. Los jugadores en esa línea no están en edad competitiva. Lástima. Otra vez se observa un escenario turbulento para este equipo al que se quiere mantener en la primera división, sin tener méritos profesionales para estarlo. Muy lamentable.

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