/ domingo 11 de febrero de 2024

Tecnología, demonismo, evasión y más

Se han insertado demasiadas ideas y hasta ocurrencias atroces para lograr la manipulación de las grandes masas, ya que un hombre libre de culpabilidades, estará exento de inutilidad.

Saltos y brinquitos, cambios por décadas, luchas desenfrenadas por obtener la justicia, como los derechos civiles de la gente de color allá en EEUU; y me pregunto si los que no somos negros estamos descoloridos, y todo esto siembra culpabilidades, discriminaciones, polución mental en la sociedad, la cual deberá adaptarse a fuertes cambios de convivencia, y los cuales han venido generando una nueva generación de esclavos en el mejor de los sentidos, pero al final de cuentas sometidos.

El maremágnum tecnológico que se nos avecina, sólo es la punta del iceberg que conlleva al férreo enganchamiento de voluntades y fuerzas laborales; veamos a cualquier menor de 25 años, pegado a la pantalla de videojuegos, no la suelta, pareciera que en ello le va la vida, y sin embargo ése es el futuro inmediato de muchísimas personas. El asunto se ve agravado cuando algunos deciden combinar drogas lícitas e ilícitas, siendo indistinto su uso, ello para maximizar las experiencias de juego, pero resulta que he conocido gamers que afirmaron el estar más de 48 horas casi continuas jugando, alimentándose con suplementos líquidos, yendo al W.C. lo sólo indispensable.

Ante ésta abstracción mental, al haberse encadenado a programas demoniacos tal y como algunas sectas pseudo espirituosas los clasifican, en gran medida están echando su vida por un precipicio sin fondo. Todos los seres humanos, estamos obligados a ser útiles en nuestras vidas y la de varios más, pues el aislacionismo de la realidad virtual está generando enfermedades crónicas, y otras que aún pudieran tratarse, y así la tecnología nos facilita la vida, pero es un arma de doble filo, una herramienta tanto para armar, como para desarmar a un individuo.

En Rusia trataron de entrar con una secta que tiene su sede en la ciudad de Nueva York, se hicieron los chistosos, empezaron a predicar sus ideologías de ambigüedad y pacifismo entreguista, pero en inmediato los encarcelaron y prohibieron que dicha secta creciera ahí, e igual pasa con las grandísimas religiones del mundo, catolicismo, budismo, sintoísmo, brahmanismo, judaísmo, islamismo u otras más que usted quiera agregar. La diferencia no está en el credo, he conocido ateos gracias a Dios, que son mucho mejores personas que aquellos que traen a Dios en la boca todo el día. El ser humano implica una condición precaria y en ocasiones encubierta, es que somos tan sólo animales, y un niño de 6 años le dijo a su abuela: “No abuela ya no vayas tanto al culto, qué no sabes que somos nosotros las mascotas de Dios”.

Para reflexionar con la gracia de un niño en tal afirmación; el concepto diablo aplica a todo lo que se prohíbe, a echarle la culpa a un ente sobrenatural, al cual no lo vemos, pero que resulta eficaz para controlar las conciencias y voluntades de millones de seguidores.

Dentro de una década cerrada, habremos de tener cultos de todo tipo en línea, y las ofrendas o aportaciones serán electrónicas, y si nos ponemos místicos la marca del 666 es mera anécdota, ya que aquel que no esté on line, no podrá comprar ni vender nada. La evasión es mental, el control es particular, por ello es muy importante el estudio de la filosofía como ciencia de vida, un ser humano se construye, o se pierde bajo el mandato de sus propias pasiones.

Se han insertado demasiadas ideas y hasta ocurrencias atroces para lograr la manipulación de las grandes masas, ya que un hombre libre de culpabilidades, estará exento de inutilidad.

Saltos y brinquitos, cambios por décadas, luchas desenfrenadas por obtener la justicia, como los derechos civiles de la gente de color allá en EEUU; y me pregunto si los que no somos negros estamos descoloridos, y todo esto siembra culpabilidades, discriminaciones, polución mental en la sociedad, la cual deberá adaptarse a fuertes cambios de convivencia, y los cuales han venido generando una nueva generación de esclavos en el mejor de los sentidos, pero al final de cuentas sometidos.

El maremágnum tecnológico que se nos avecina, sólo es la punta del iceberg que conlleva al férreo enganchamiento de voluntades y fuerzas laborales; veamos a cualquier menor de 25 años, pegado a la pantalla de videojuegos, no la suelta, pareciera que en ello le va la vida, y sin embargo ése es el futuro inmediato de muchísimas personas. El asunto se ve agravado cuando algunos deciden combinar drogas lícitas e ilícitas, siendo indistinto su uso, ello para maximizar las experiencias de juego, pero resulta que he conocido gamers que afirmaron el estar más de 48 horas casi continuas jugando, alimentándose con suplementos líquidos, yendo al W.C. lo sólo indispensable.

Ante ésta abstracción mental, al haberse encadenado a programas demoniacos tal y como algunas sectas pseudo espirituosas los clasifican, en gran medida están echando su vida por un precipicio sin fondo. Todos los seres humanos, estamos obligados a ser útiles en nuestras vidas y la de varios más, pues el aislacionismo de la realidad virtual está generando enfermedades crónicas, y otras que aún pudieran tratarse, y así la tecnología nos facilita la vida, pero es un arma de doble filo, una herramienta tanto para armar, como para desarmar a un individuo.

En Rusia trataron de entrar con una secta que tiene su sede en la ciudad de Nueva York, se hicieron los chistosos, empezaron a predicar sus ideologías de ambigüedad y pacifismo entreguista, pero en inmediato los encarcelaron y prohibieron que dicha secta creciera ahí, e igual pasa con las grandísimas religiones del mundo, catolicismo, budismo, sintoísmo, brahmanismo, judaísmo, islamismo u otras más que usted quiera agregar. La diferencia no está en el credo, he conocido ateos gracias a Dios, que son mucho mejores personas que aquellos que traen a Dios en la boca todo el día. El ser humano implica una condición precaria y en ocasiones encubierta, es que somos tan sólo animales, y un niño de 6 años le dijo a su abuela: “No abuela ya no vayas tanto al culto, qué no sabes que somos nosotros las mascotas de Dios”.

Para reflexionar con la gracia de un niño en tal afirmación; el concepto diablo aplica a todo lo que se prohíbe, a echarle la culpa a un ente sobrenatural, al cual no lo vemos, pero que resulta eficaz para controlar las conciencias y voluntades de millones de seguidores.

Dentro de una década cerrada, habremos de tener cultos de todo tipo en línea, y las ofrendas o aportaciones serán electrónicas, y si nos ponemos místicos la marca del 666 es mera anécdota, ya que aquel que no esté on line, no podrá comprar ni vender nada. La evasión es mental, el control es particular, por ello es muy importante el estudio de la filosofía como ciencia de vida, un ser humano se construye, o se pierde bajo el mandato de sus propias pasiones.