/ martes 18 de junio de 2019

Todo el edificio del bienestar prometido se puede desplomar

El riesgo era tan alto bajo la amenaza arancelaria del presidente Donald Trump, que Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, reconoció que 900 mil mexicanos pudieron haber perdido el empleo. México "salió con la dignidad intacta", dijo. En caso de que los aranceles se hubieran aplicado, hubiese venido un aumento de precios. Zanjada la crisis, reiteró que México brindará asilo a los migrantes. Sin daño alguno en la comitiva negociadora. Cada quien lo celebra como quiere.

Mario Delgado Carrillo, coordinador de los diputados federales de Morena, descartó que con el envío de 6 mil elementos de la recién formada Guardia Nacional a la frontera sur del país se pretenda agredir a los inmigrantes centroamericanos.

Es momento de generar mejores ideas para reforzar la frontera sur y evitar que se vuelva a caer en una crisis humanitaria, pretexto para los ataques de Trump. Hay un gran perdedor: el Instituto Nacional de Migración.

Rebasado. Para concluir, el acuerdo alcanzado tiene costos para México, pero a mi parecer, menores a los que hubieran tenido los aranceles.

En ese sentido, se logró un éxito. Pero la errática política migratoria mexicana fue la que propició la amenaza de Trump. Ojalá este gobierno aprenda de los aciertos y los errores.

El acto celebrado en Tijuana es sumamente preocupante, pues en las intervenciones, prevaleció una ambigüedad que revela que actores como el diputado Porfirio Muñoz Ledo se oponen frontalmente al acuerdo bilateral.

Coincido con el historiador Lorenzo Meyer, quien en su columna periodística escribió que el acuerdo bilateral es una humillación, por lo cual difícilmente puede sostenerse que la dignidad de nuestro país esté intacta.

De antemano, sería aconsejable dejar de lado el discurso de la polarización y la discordia que agobia a la nación y escuchar a todos para corregir a fondo. No se puede apelar a la unidad nacional cuando se insiste en dividir.

También aranceles por política migratoria es un trago realista, pero muy amargo. No queremos vivir esta situación otra vez. Nada hay de que enorgullecernos cuando haremos el trabajo sucio, cuando buena parte de la Guardia Nacional creada para abatir la inseguridad galopante de los mexicanos, tendrá que ser dedicada a contener a los migrantes.

La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) necesitará más recursos y no menos y la vigilancia de los Derechos Humanos deberá convertirse en una prioridad.

Pero seamos crudos, con una economía tambaleante, que declina en empleo e inversión, como un segundo semestre marcado por la desconfianza, los aranceles podrían haber generado una espiral de caída con cientos de miles de familias afectadas.

La vecindad, las debilidades de nuestro país y las enormes asimetrías de poder con Estados Unidos, nos colocan en el lugar perfecto para la extorsión y el maltrato trumpista. México negocia contra la pared y Trump abusa de su condición.

En México se entiende que no debemos ponernos con Sansón a las patadas, porque no es una buena estrategia.

Así, mientras Donald Trump abusa de su poder, México se mira al espejo y ve a un país en donde su principal socio comercial se ha convertido en un enemigo despiadado.

Es claro que México y la Unión Americana cambiarán dramáticamente su política migratoria por presiones estadounidenses, para asegurar la viabilidad de la economía y las exportaciones mexicanas. Esto implica reducir el flujo de personas que entran al país, detener y controlar las personas que ya están en México, intentar que no crucen la frontera con Estados Unidos, ya sea ofreciendo ayuda humanitaria o usando la fuerza.

El riesgo era tan alto bajo la amenaza arancelaria del presidente Donald Trump, que Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, reconoció que 900 mil mexicanos pudieron haber perdido el empleo. México "salió con la dignidad intacta", dijo. En caso de que los aranceles se hubieran aplicado, hubiese venido un aumento de precios. Zanjada la crisis, reiteró que México brindará asilo a los migrantes. Sin daño alguno en la comitiva negociadora. Cada quien lo celebra como quiere.

Mario Delgado Carrillo, coordinador de los diputados federales de Morena, descartó que con el envío de 6 mil elementos de la recién formada Guardia Nacional a la frontera sur del país se pretenda agredir a los inmigrantes centroamericanos.

Es momento de generar mejores ideas para reforzar la frontera sur y evitar que se vuelva a caer en una crisis humanitaria, pretexto para los ataques de Trump. Hay un gran perdedor: el Instituto Nacional de Migración.

Rebasado. Para concluir, el acuerdo alcanzado tiene costos para México, pero a mi parecer, menores a los que hubieran tenido los aranceles.

En ese sentido, se logró un éxito. Pero la errática política migratoria mexicana fue la que propició la amenaza de Trump. Ojalá este gobierno aprenda de los aciertos y los errores.

El acto celebrado en Tijuana es sumamente preocupante, pues en las intervenciones, prevaleció una ambigüedad que revela que actores como el diputado Porfirio Muñoz Ledo se oponen frontalmente al acuerdo bilateral.

Coincido con el historiador Lorenzo Meyer, quien en su columna periodística escribió que el acuerdo bilateral es una humillación, por lo cual difícilmente puede sostenerse que la dignidad de nuestro país esté intacta.

De antemano, sería aconsejable dejar de lado el discurso de la polarización y la discordia que agobia a la nación y escuchar a todos para corregir a fondo. No se puede apelar a la unidad nacional cuando se insiste en dividir.

También aranceles por política migratoria es un trago realista, pero muy amargo. No queremos vivir esta situación otra vez. Nada hay de que enorgullecernos cuando haremos el trabajo sucio, cuando buena parte de la Guardia Nacional creada para abatir la inseguridad galopante de los mexicanos, tendrá que ser dedicada a contener a los migrantes.

La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) necesitará más recursos y no menos y la vigilancia de los Derechos Humanos deberá convertirse en una prioridad.

Pero seamos crudos, con una economía tambaleante, que declina en empleo e inversión, como un segundo semestre marcado por la desconfianza, los aranceles podrían haber generado una espiral de caída con cientos de miles de familias afectadas.

La vecindad, las debilidades de nuestro país y las enormes asimetrías de poder con Estados Unidos, nos colocan en el lugar perfecto para la extorsión y el maltrato trumpista. México negocia contra la pared y Trump abusa de su condición.

En México se entiende que no debemos ponernos con Sansón a las patadas, porque no es una buena estrategia.

Así, mientras Donald Trump abusa de su poder, México se mira al espejo y ve a un país en donde su principal socio comercial se ha convertido en un enemigo despiadado.

Es claro que México y la Unión Americana cambiarán dramáticamente su política migratoria por presiones estadounidenses, para asegurar la viabilidad de la economía y las exportaciones mexicanas. Esto implica reducir el flujo de personas que entran al país, detener y controlar las personas que ya están en México, intentar que no crucen la frontera con Estados Unidos, ya sea ofreciendo ayuda humanitaria o usando la fuerza.