Convertirse en madre siendo integrante de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue una de las mejores decisiones que Alondra, asegura, tomó en su vida.
Aunque su intención era convertirse en chef profesional, la vida la llevó a pertenecer a las Fuerzas Armadas, donde la disciplina, la constancia y el amor por servir a la población se han convertido en un aliciente para enfrentar la nostalgia que tiene al no estar presente de tiempo completo en la vida de su hijo.
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¿Cómo llegó Alondra a la Sedena?
Su padre y sus tíos dedicaron su vida al servicio militar, por lo que siempre estuvo rodeada de un ambiente de disciplina, constancia y trabajo. Ante ello, previo a pertenecer a esta corporación estudiaba la licenciatura en Gastronomía, técnico en repostería e idiomas, de las cuales únicamente concluyó el estudio técnico e hizo algunos cursos en repostería.
Previamente estudio Técnico en Mecánica Automotriz en el Bachillerato, mismo que reforzó al ingresar a la Sedena con cursos de manejo de vehículos, por lo que actualmente es soldado auxiliar de transporte.
“Me gusta mucho cocinar, es lo que quiero hacer por ello voy a participar para poder ser cocinera, ahora me encuentro en una de las áreas de cocina, presentaré un examen para ir a la escuela y prepararme”, comentó.
Actualmente presta sus servicios en el 63 Batallón de Infantería ubicado en El Lencero, municipio de Emiliano Zapata, en el área de cafetería; sin embargo, está a disposición y en cualquier momento puede ser llamada para manejar alguno de los vehículos para realizar algún servicio a la población.
“Llegué aquí con la intención de ayudar con los gastos de la universidad de mi hermana menor, uno de mis hermanos me trajo al cuartel general y fue cuestión de ocho días para lograr mi ingreso, aquí todos somos iguales, hombres y mujeres, todos tenemos las mismas oportunidades, eso es un acto que se debe reconocer”, expresó.
Fue en el servicio militar que conoció a su esposo con el cual tiene un hijo menor de dos años y medio.
“Es duro tener que dejarlo, salir de casa, es un poco complicado y sé que es por su bien, el darte cuenta de las cosas buenas que se pueden hacer para ayudar a la población es una de las recompensas que se tienen”, expuso.
Pese a que es poco el tiempo que comparte con su hijo, en todo momento se mantiene atenta a las necesidades que pudiera tener y cuenta con comunicación directa con la persona que está a cargo de él.
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“El tiempo que tiempo que tengo con él es de calidad, yo siempre tengo la disposición de estar presente en cada momento de mi hijo, estoy atenta a su cuidado, desde lo que come hasta sus actividades de desarrollo”, dijo.
Ser mamá le genera mucho orgullo y una amplia satisfacción, por lo que considera que todas las mujeres que se deciden por la maternidad deben tener oportunidades de desarrollo, así como de crecimiento personal y profesional.