/ jueves 25 de marzo de 2021

"No hay recarga que alcance"; quieren regreso a aulas

Sin internet en casa y con libros de texto prestados, Marilyn cursa el segundo año de secundaria a través de mensajes de texto

Perote, Ver.- Madres de familia del municipio de Perote resienten ya los estragos de las clases a distancia luego de que el confinamiento por Covid-19 ha extendido más de un año este esquema.

Y es que las limitaciones económicas y de equipo están afectando cada vez más el aprendizaje de menores que tienen que seguir sus clases mediante mensajes de celular, ya que no cuentan con servicio de internet y los datos que pueden pagar a través de recargas semanales son insuficientes.

Sin internet en casa y con libros de texto prestados, la adolescente Marilyn cursa el segundo año de secundaria a través de mensajes que le manda su maestra y algunos apuntes que sus compañeros de clases le comparten de manera esporádica.

Joselin Martínez Gómez, su madre, explica que la menor no puede seguir vía Zoom las reuniones escolares en las que se despejan las dudas y se programan las tareas semanales. Y es que, los 50 pesos de saldo que se mete al teléfono a la semana no le permiten tener una conexión estable en esta aplicación. “Con el saldo que le ponemos logra mandar su información y sus tareas, pero no puede conectarse a las reuniones. Sí se le dificulta mucho”.

Aunque semana a semana, Marilyn recibe un correo electrónico con la liga de la reunión de clases, la economía familias le impide entrar y solo ingresa a la plataforma los días en los que hay exámenes programados. El resto del curso lo ha ido sacando mediante ejercicios y tareas que realiza con unos libros de texto “reciclados” que su mamá consigue.

Y es que, por falta de saldo para ingresar a sus reuniones la familia no se enteró de la fecha y hora en la que fueron distribuidos los libros de texto y cuando acudieron a casa de la maestra por ellos ya los habían regresado. “Mi hija se quedó sin libros porque cuando le mandaron el correo para ir a recogerlos no lo abrió porque no tenía saldo y cuando por fin le pusimos ya los habían entregado y no los pude recoger (…) ahorita le tuve que conseguir unos reciclados que son los que trabaja”, explica.

Aunque en la familia son tres los hijos, sólo Marilyn está estudiando. Ya que mientras el pequeño de 3 años esperará un año más para ingresar al jardín de niños, la mayor de 18 tuvo que dejar de estudiar por falta de recursos económicos.Ella terminó la preparatoria, pero ya no pudo seguir porque su papá se quedó sin trabajo (…) quería entrar a la universidad para estudiar diseño de ropa, pero no se pudo”.

Martínez Gómez cuenta que su esposo era chofer, pero hace unos meses la empresa para la que trabajaba tuvo que cerrar por la pandemia y el se quedó sin ingresos económicos. Ante esto, no se puede hacer frente a los gastos escolares de la hija mayor que ya busca trabajo para poder ayudar en casa y para pagar ella sus estudios.

Deserción escolar

En la comunidad de Los Molinos, las clases en línea y la crisis económica por Covid-19 provocaron que dos de los tres hijos de Juana Vega dejaran la escuela. Y es que, ante la falta de clases presenciales, los hijos mayores dejaron la secundaria para ponerse a trabajar: uno elaborando blocks y otro ayudando a su padre en los trabajos de albañilería.

Cuando vieron que este año iba a ser en línea los dos dejaron de ir y les gustó ganarse su dinero. Yo les insistí mucho, pero no quieren, espero que cuando vuelvan las clases normales acepten regresar por lo menos a terminar la secundaria”, expuso.

La menor de la familia, una niña de 9 años, es quien está enfrentando las dificultades de las clases en línea. Sin computadora ni tablet en casa, la menor se comunica con su maestro a través de su teléfono celular y desde ahí manda evidencias de tareas y trabajos. Sin embargo, de acuerdo a su madre “no parece estar aprendiendo mucho” y le parece urgente el regreso a las aulas para que la menor no se atrase más. Tiene sus libros de texto, pero la verdad es que a todos se nos hace difícil, tanto a ella como a mi y a su papá que es quien le explica lo que no le entiende”.

Explica que varias veces a la semana, la estudiante de cuarto año de primaria tiene que recurrir al internet para realizar investigaciones o para buscar explicación de algún tema que no tiene claro, esto provoca que los 100 pesos que le meten de saldo a la semana sean insuficientes. “Con eso le tiene que alcanzar para toda la semana porque no hay más”.

Madres de familia del municipio de Perote resienten ya los estragos de las clases a distancia/Foto: Eduardo Murillo | Diario de Xalapa

Piden regreso a las aulas

En la familia de Obdulia Cruz Domínguez hay tres niños que desde marzo pasado han seguido su formación académica a través de mensajes de WhatsApp que les llegan en el único teléfono celular de la familia.

En la vivienda, ubicada en la comunidad de El Conejo no hay tabletas, computadoras, ni señal de televisión, sólo lápices y cuadernos en los que seguir las actividades para no perder el ritmo. “Les están mandando tareas las maestras porque en la tele muchas veces no hay señal. Antes era cada 15 días, pero ahorita es cada 8 días que les encargan muchas tareas para que ellos avancen”, cuenta.

Entrevistada en el patio de su vivienda, la madre de familia cuenta que mientras que con el niño de 7 años es relativamente fácil trabajar, con las adolescentes de 11 y 14 años que cursan sexto de primaria y segundo de secundaria, respectivamente, ha sido muy complicado poderlas ayudar. Y es que, aunque si terminó la secundaria ya no se acuerda de muchas de las cosas que ahora están viendo sus hijas mayores. “Las maestras les ponen cosas que nosotros no sabemos y no hay manera de explicarles (…) y entonces cómo le hace uno con eso si no hay quien les ayude”.

Como última opción, las menores pueden recurrir al internet a través de los datos del celular familiar, sin embargo, reconoce que no siempre se puede costear las búsquedas. Incluso, dijo, hay momentos en los que la señal es muy limitada. “Tenemos un celular y con ese tienen que hacer las tareas los tres. Imagínense eso, yo ya no veo el día en el que entren a la escuela porque esto es muy difícil”.

Ante esto, Cruz Domínguez pide a las autoridades que reconsideren el regreso a las clases, sobre todo en comunidades como la suya en las que el número de contagios es muy bajo. “Yo la verdad siento que no están aprendiendo mucho”, comenta.

Madres de familia del municipio de Perote resienten ya los estragos de las clases a distancia/Foto: Eduardo Murillo | Diario de Xalapa

Perote, Ver.- Madres de familia del municipio de Perote resienten ya los estragos de las clases a distancia luego de que el confinamiento por Covid-19 ha extendido más de un año este esquema.

Y es que las limitaciones económicas y de equipo están afectando cada vez más el aprendizaje de menores que tienen que seguir sus clases mediante mensajes de celular, ya que no cuentan con servicio de internet y los datos que pueden pagar a través de recargas semanales son insuficientes.

Sin internet en casa y con libros de texto prestados, la adolescente Marilyn cursa el segundo año de secundaria a través de mensajes que le manda su maestra y algunos apuntes que sus compañeros de clases le comparten de manera esporádica.

Joselin Martínez Gómez, su madre, explica que la menor no puede seguir vía Zoom las reuniones escolares en las que se despejan las dudas y se programan las tareas semanales. Y es que, los 50 pesos de saldo que se mete al teléfono a la semana no le permiten tener una conexión estable en esta aplicación. “Con el saldo que le ponemos logra mandar su información y sus tareas, pero no puede conectarse a las reuniones. Sí se le dificulta mucho”.

Aunque semana a semana, Marilyn recibe un correo electrónico con la liga de la reunión de clases, la economía familias le impide entrar y solo ingresa a la plataforma los días en los que hay exámenes programados. El resto del curso lo ha ido sacando mediante ejercicios y tareas que realiza con unos libros de texto “reciclados” que su mamá consigue.

Y es que, por falta de saldo para ingresar a sus reuniones la familia no se enteró de la fecha y hora en la que fueron distribuidos los libros de texto y cuando acudieron a casa de la maestra por ellos ya los habían regresado. “Mi hija se quedó sin libros porque cuando le mandaron el correo para ir a recogerlos no lo abrió porque no tenía saldo y cuando por fin le pusimos ya los habían entregado y no los pude recoger (…) ahorita le tuve que conseguir unos reciclados que son los que trabaja”, explica.

Aunque en la familia son tres los hijos, sólo Marilyn está estudiando. Ya que mientras el pequeño de 3 años esperará un año más para ingresar al jardín de niños, la mayor de 18 tuvo que dejar de estudiar por falta de recursos económicos.Ella terminó la preparatoria, pero ya no pudo seguir porque su papá se quedó sin trabajo (…) quería entrar a la universidad para estudiar diseño de ropa, pero no se pudo”.

Martínez Gómez cuenta que su esposo era chofer, pero hace unos meses la empresa para la que trabajaba tuvo que cerrar por la pandemia y el se quedó sin ingresos económicos. Ante esto, no se puede hacer frente a los gastos escolares de la hija mayor que ya busca trabajo para poder ayudar en casa y para pagar ella sus estudios.

Deserción escolar

En la comunidad de Los Molinos, las clases en línea y la crisis económica por Covid-19 provocaron que dos de los tres hijos de Juana Vega dejaran la escuela. Y es que, ante la falta de clases presenciales, los hijos mayores dejaron la secundaria para ponerse a trabajar: uno elaborando blocks y otro ayudando a su padre en los trabajos de albañilería.

Cuando vieron que este año iba a ser en línea los dos dejaron de ir y les gustó ganarse su dinero. Yo les insistí mucho, pero no quieren, espero que cuando vuelvan las clases normales acepten regresar por lo menos a terminar la secundaria”, expuso.

La menor de la familia, una niña de 9 años, es quien está enfrentando las dificultades de las clases en línea. Sin computadora ni tablet en casa, la menor se comunica con su maestro a través de su teléfono celular y desde ahí manda evidencias de tareas y trabajos. Sin embargo, de acuerdo a su madre “no parece estar aprendiendo mucho” y le parece urgente el regreso a las aulas para que la menor no se atrase más. Tiene sus libros de texto, pero la verdad es que a todos se nos hace difícil, tanto a ella como a mi y a su papá que es quien le explica lo que no le entiende”.

Explica que varias veces a la semana, la estudiante de cuarto año de primaria tiene que recurrir al internet para realizar investigaciones o para buscar explicación de algún tema que no tiene claro, esto provoca que los 100 pesos que le meten de saldo a la semana sean insuficientes. “Con eso le tiene que alcanzar para toda la semana porque no hay más”.

Madres de familia del municipio de Perote resienten ya los estragos de las clases a distancia/Foto: Eduardo Murillo | Diario de Xalapa

Piden regreso a las aulas

En la familia de Obdulia Cruz Domínguez hay tres niños que desde marzo pasado han seguido su formación académica a través de mensajes de WhatsApp que les llegan en el único teléfono celular de la familia.

En la vivienda, ubicada en la comunidad de El Conejo no hay tabletas, computadoras, ni señal de televisión, sólo lápices y cuadernos en los que seguir las actividades para no perder el ritmo. “Les están mandando tareas las maestras porque en la tele muchas veces no hay señal. Antes era cada 15 días, pero ahorita es cada 8 días que les encargan muchas tareas para que ellos avancen”, cuenta.

Entrevistada en el patio de su vivienda, la madre de familia cuenta que mientras que con el niño de 7 años es relativamente fácil trabajar, con las adolescentes de 11 y 14 años que cursan sexto de primaria y segundo de secundaria, respectivamente, ha sido muy complicado poderlas ayudar. Y es que, aunque si terminó la secundaria ya no se acuerda de muchas de las cosas que ahora están viendo sus hijas mayores. “Las maestras les ponen cosas que nosotros no sabemos y no hay manera de explicarles (…) y entonces cómo le hace uno con eso si no hay quien les ayude”.

Como última opción, las menores pueden recurrir al internet a través de los datos del celular familiar, sin embargo, reconoce que no siempre se puede costear las búsquedas. Incluso, dijo, hay momentos en los que la señal es muy limitada. “Tenemos un celular y con ese tienen que hacer las tareas los tres. Imagínense eso, yo ya no veo el día en el que entren a la escuela porque esto es muy difícil”.

Ante esto, Cruz Domínguez pide a las autoridades que reconsideren el regreso a las clases, sobre todo en comunidades como la suya en las que el número de contagios es muy bajo. “Yo la verdad siento que no están aprendiendo mucho”, comenta.

Madres de familia del municipio de Perote resienten ya los estragos de las clases a distancia/Foto: Eduardo Murillo | Diario de Xalapa

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