/ jueves 28 de diciembre de 2023

Al final del año

Apreciados lectores, primeramente, espero hayan disfrutado los festejos navideños en su hogar y rodeados de familia y amigos. Agradecido por haberme seguido en estas páginas a lo largo de este año que concluye y muy en especial por sus comentarios a mis notas publicadas en esta página editorial, donde comparto espacios con estupendos escritores y analistas.

Como cada fin de año, es momento de hacer un recuento de lo que nos deja este 2023, esperando que aunque difícil, el 2024 sea mejor y siendo época electoral para el país, la legislatura y nuestro estado, todos los ciudadanos dejemos a un lado la flojera, la especulación y salgamos a votar por un mejor país y salgamos de esta etapa de corrupción disfrazada, de un mandato dictatorial, donde los súbditos consejeros, lejos de orientar para enderezar el barco y llevarlo por mejor camino, dejan a un lado su conocimiento y experiencia, para ponerse a cuatro patas ante su patrón.

Recuerdo que hace 6 años o 7 años, durante la campaña se prometía que no se endeudaría el país y ahora al final del sexenio, el deslenguado nos deja colgados con una deuda enorme por sus proyectos faraónicos de más de 2 billones de pesos del último préstamo, del que seguramente ya tienen su apartado junto con lo reunido en la partida secreta, para irse a refugiar a Cuba, Venezuela, Brasil o España.

En la salud, sabemos que no estamos como Dinamarca, vamos ni siquiera como otro país tercermundista, pues además de no haber medicinas, de haber condenado a la muerte a los pacientes con cáncer y poner vacunas caducas e inservibles contra el Covid, nos salen con la mamarrachada de la súper mega farmacia que sólo los solovinos se creen.

De la seguridad, ni qué decir, ya no hay lugar donde reine la paz y la concordia; el país está tomado por la delincuencia solapada con abrazos, tanto que hasta condolencias le dieron a la familia del Chapo, quien por cierto no ha reaccionado a su extradición y la de su hijo.

Un par de talegones que con su beca construyendo el futuro, han hecho enormes negocios con Pemex y sus cuates cercanos, eso sí con el sudor de la frente de todos los contribuyentes.

Un tren que no funciona, una refinería que no refina y un aeropuerto muy pueblerino, a los que les han cargado más de tres veces el presupuesto original sin acceso a la información y transparencia.

La imposición de una candidata a la que le hicieron de patiños las otras “corcholatas” y para la cual ya se están comprando y condicionando apoyos a cambio de votos, además de que al parecer ya hay muchos migrantes con su tarjeta del Bienestar y del INE aquí en el estado, queriéndonos clavar a una extraña no veracruzana, mientras que los que ganaron la encuesta doblaron la servís a cambio de un premio de consolación.

Total, terminamos el año lleno de mentiras cotidianas, robados por todos lados y traicionados, en especial todos los que en su momento dieron su confianza y esperanza al cambio, a pesar de que estaba más que anunciado que era un peligro para el país. En fin, les deseo un grato fin de año y un buen despertar.

Apreciados lectores, primeramente, espero hayan disfrutado los festejos navideños en su hogar y rodeados de familia y amigos. Agradecido por haberme seguido en estas páginas a lo largo de este año que concluye y muy en especial por sus comentarios a mis notas publicadas en esta página editorial, donde comparto espacios con estupendos escritores y analistas.

Como cada fin de año, es momento de hacer un recuento de lo que nos deja este 2023, esperando que aunque difícil, el 2024 sea mejor y siendo época electoral para el país, la legislatura y nuestro estado, todos los ciudadanos dejemos a un lado la flojera, la especulación y salgamos a votar por un mejor país y salgamos de esta etapa de corrupción disfrazada, de un mandato dictatorial, donde los súbditos consejeros, lejos de orientar para enderezar el barco y llevarlo por mejor camino, dejan a un lado su conocimiento y experiencia, para ponerse a cuatro patas ante su patrón.

Recuerdo que hace 6 años o 7 años, durante la campaña se prometía que no se endeudaría el país y ahora al final del sexenio, el deslenguado nos deja colgados con una deuda enorme por sus proyectos faraónicos de más de 2 billones de pesos del último préstamo, del que seguramente ya tienen su apartado junto con lo reunido en la partida secreta, para irse a refugiar a Cuba, Venezuela, Brasil o España.

En la salud, sabemos que no estamos como Dinamarca, vamos ni siquiera como otro país tercermundista, pues además de no haber medicinas, de haber condenado a la muerte a los pacientes con cáncer y poner vacunas caducas e inservibles contra el Covid, nos salen con la mamarrachada de la súper mega farmacia que sólo los solovinos se creen.

De la seguridad, ni qué decir, ya no hay lugar donde reine la paz y la concordia; el país está tomado por la delincuencia solapada con abrazos, tanto que hasta condolencias le dieron a la familia del Chapo, quien por cierto no ha reaccionado a su extradición y la de su hijo.

Un par de talegones que con su beca construyendo el futuro, han hecho enormes negocios con Pemex y sus cuates cercanos, eso sí con el sudor de la frente de todos los contribuyentes.

Un tren que no funciona, una refinería que no refina y un aeropuerto muy pueblerino, a los que les han cargado más de tres veces el presupuesto original sin acceso a la información y transparencia.

La imposición de una candidata a la que le hicieron de patiños las otras “corcholatas” y para la cual ya se están comprando y condicionando apoyos a cambio de votos, además de que al parecer ya hay muchos migrantes con su tarjeta del Bienestar y del INE aquí en el estado, queriéndonos clavar a una extraña no veracruzana, mientras que los que ganaron la encuesta doblaron la servís a cambio de un premio de consolación.

Total, terminamos el año lleno de mentiras cotidianas, robados por todos lados y traicionados, en especial todos los que en su momento dieron su confianza y esperanza al cambio, a pesar de que estaba más que anunciado que era un peligro para el país. En fin, les deseo un grato fin de año y un buen despertar.