/ viernes 28 de mayo de 2021

Calidad y equidad en educación básica

El estado mexicano está comprometido con el derecho a una educación obligatoria de calidad para todos y el gobierno tiene que estar convencido de que para lograrlo no solo requiere de hacer buenas evaluaciones, pertinentes, justas y técnicamente robustas, sino usar sus resultados para proponer mejoras efectivas en el sistema educativo.

Calidad y equidad han estado presente en las últimas reformas educativas, ¿cómo se han abordado? - La Nueva Ley de Educación, en el Capítulo de la Nueva Escuela Mexicana precisa que "El Estado, a través de la nueva escuela mexicana, buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad. Y en el Artículo 12 -manifiesta-. En la prestación de los servicios educativos se impulsará el desarrollo humano integral".

Asociación educativa abierta en #CalamarEdu n°18 opina que "Calidad y equidad son parámetros imprescindibles, pero insuficientes para medir la complejidad del sistema educativo en la sociedad del aprendizaje. Calidad y equidad son dos palabras que generan gran consenso, lo que normalmente quiere decir que cada agente educativo la interpreta de forma muy diferente. Por tanto, el problema es qué queremos decir con precisión cuando usamos ambas palabras. Por calidad queremos decir que se consigan los objetivos del sistema educativo. Aquí ya empiezan los problemas. Por ejemplo, no es lo mismo orientar el sistema educativo hacia la adquisición de competencias básicas, la preparación para el mercado de trabajo, la consecución de un título educativo o la formación humanista"

Por su parte el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación ( INIDE) de la Universidad Iberoamericana, dentro de sus líneas de investigación considera que la calidad y equidad en la educación básica, plantean muchos retos y uno de los retos es orientar soluciones a los problemas en mención "mediante una estrategia compleja que contemple los siguientes componentes: pedagógicos; sociales (asociados, sobre todo, con la educabilidad de las familias); culturales (de manera especial de naturaleza pluri-étnica); económicos (vinculados con el aprovechamiento eficiente de los recursos); políticos (los apoyos necesarios para que las demandas que plantean los sectores menos favorecidos de la sociedad sean procesadas favorablemente); y administrativos (comunicación entre tomadores de decisiones, investigadores, maestros...)".

Una manera de pensar a la ligera es creer que todas estas dimensiones van de la mano, pero no es así, hay tensión entre ellas, y parte del debate educativo está precisamente en el equilibrio deseado entre cada una de estas dimensiones. De ahí la importancia de que todos los actores educativos y la ciudadanía en general aprovechen la ruta trazada por las directrices que se establezcan para avanzar en las políticas que necesitará la transformación educativa del país en los próximos años.

Harvey Spencer Sánchez Restrepo subraya que: En México, más de cuatro millones de niños, niñas y adolescentes no reciben educación formal, y más de un tercio de las personas en edad de cursar el bachillerato se encuentran fuera de las aulas (UNICEF, 2015), lo que representa una violación sistemática a sus derechos. Como el ideario aspira a concretarse a través de los objetivos de la educación enmarcada, entonces, como mínimo, toda definición de calidad debe tener en el corazón al aprendizaje de todos los sujetos de derecho y no sólo a aquellos que acceden y permanecen en el sistema educativo. El epicentro de la educación tiene que ser la equidad y las autoridades deben comprender que éste no es un elemento accesorio de la educación: es su núcleo, por lo que cualquier medición de la calidad debe expresarse como una función directa de alguna medida de equidad .

El campo educativo vive circunstancias difíciles en varias partes del mundo y en México también. Llegará el momento en que las escuelas abran por completo sus espacios a los estudiantes y ¿qué sucederá entonces con las clases, los docentes, los directivos y el modelo que guiaba el rumbo de la educación en este país? ¿Será una realidad el desarrollo integral del educando? ¿Existe confianza en la reforma y con ella se logrará superar la brecha entre los espacios de aprendizaje social y educativo? La reincorporación a clases ya no será igual a lo que la comunidad estaba acostumbrada ¿seguirá prevaleciendo el modelo presencial?, ¿se combinaran presencial y virtual, ahora que se ha adquirido experiencia tecnológica?". Junto con las aspiraciones que se expresan en la Constitución y la Nueva Ley de Educación, los responsables de la gestión gubernamental se enfrentan al reto de definir operacionalmente los objetivos señalados y las acciones de política pública que deben implementarse para alcanzarlos.