/ lunes 2 de julio de 2018

José Yunes no debe marcharse

La copiosa e histórica votación a favor de Morena este domingo, fue un desquite del electorado contra los pésimos gobiernos del PRI y el PAN.

Fue decir: ya estuvo suave a tanto atraco e impunidad.

Por eso se atascaron las urnas, muy por encima de la votación de 1994.

En aquella ocasión la gente salió a votar por miedo (habían matado a Luis Donaldo Colosio). Esta vez salió a votar por hartazgo; y tanto fue su hartazgo que le dieron todo a Andrés Manuel López Obrador. Le dieron la presidencia, la mayoría en el Congreso federal y en los congresos locales, las gubernaturas y sobre todo le dieron su confianza.

El vendaval de Morena arrasó con lo que encontró a su paso y uno de los damnificados fue José Francisco Yunes Zorrilla, sin duda el mejor candidato a gobernador que ha tenido el PRI de muchos lustros a la fecha.

Como político, Pepe es dueño de una intachable carrera de más de 20 años que comenzó como alcalde en su natal Perote. Como ser humano es un caballero y un amigo siempre dispuesto a ayudar; un amigo excepcional de esos que se presumen.

Su gran problema fue que en su campaña cargó con culpas que no son suyas como un partido devaluado (del que nunca ha renegado), ex gobernadores ladrones, desbandada de priistas descontentos y duartistas oportunistas que a pesar de él, se treparon a la fuerza a su carro.

Todo esto, sumado a las traiciones de quienes se dijeron sus incondicionales, dieron al traste con los ideales de quien hubiera sido un excelente gobernador.

Este lunes Pepe reconoció su derrota, asumió su responsabilidad por los resultados del PRI que calificó de “devastadores” y dio a entender que hará un impasse en su vida política. “No me verán alzando la mano para ocupar otro espacio que se abra en el partido” dijo.

Es natural, la herida está fresca y sangra profusamente.

Pero si el PRI quiere subsistir, deberá refundarse. No sólo cambiar hasta de nombre, sino valerse de cuadros jóvenes como José Yunes Zorrilla y mandar bien lejos a los que por años han medrado a sus costillas.

La época de los corruptos, ladrones, caciques e incluso asesinos que hicieron fuerte al PRI, debe desaparecer y dar paso a una nueva etapa donde predominen la honestidad y honradez de sus militantes.

Son cientos los que cumplen a cabalidad con ambas virtudes y ya va siendo hora que tomen las riendas del partido y expulsen a las rémoras.

El revolcón al PRI fue de antología al grado de que casi desapareció del mapa político veracruzano, por lo que urge una recomposición en todos los ámbitos y “replantear agenda, método y modelo para seguir siendo una opción y una alternativa frente a la sociedad veracruzana” según dijo el mismo Yunes Zorrilla.

Ya basta de bandidos descarados, dinosaurios lenguaraces, gordos impresentables y corruptos impunes en el tricolor.

Por su bien el PRI deberá refundarse. Y nadie como José Yunes apoyado en hombres de talento como Américo Zúñiga Martínez, para encabezar esa gran cruzada en Veracruz.

¿Por qué debe ser Pepe ese hombre? Porque conoce el estado y sus problemas, porque ha solucionado muchos de ellos, porque lo conocen los veracruzanos y saben de su capacidad política así como de su honradez y honestidad.

Darle las gracias y dejarlo que se vaya a su casa, sería un gravísimo error que el PRI lamentará siempre.

bernardogup@hotmail.com

La copiosa e histórica votación a favor de Morena este domingo, fue un desquite del electorado contra los pésimos gobiernos del PRI y el PAN.

Fue decir: ya estuvo suave a tanto atraco e impunidad.

Por eso se atascaron las urnas, muy por encima de la votación de 1994.

En aquella ocasión la gente salió a votar por miedo (habían matado a Luis Donaldo Colosio). Esta vez salió a votar por hartazgo; y tanto fue su hartazgo que le dieron todo a Andrés Manuel López Obrador. Le dieron la presidencia, la mayoría en el Congreso federal y en los congresos locales, las gubernaturas y sobre todo le dieron su confianza.

El vendaval de Morena arrasó con lo que encontró a su paso y uno de los damnificados fue José Francisco Yunes Zorrilla, sin duda el mejor candidato a gobernador que ha tenido el PRI de muchos lustros a la fecha.

Como político, Pepe es dueño de una intachable carrera de más de 20 años que comenzó como alcalde en su natal Perote. Como ser humano es un caballero y un amigo siempre dispuesto a ayudar; un amigo excepcional de esos que se presumen.

Su gran problema fue que en su campaña cargó con culpas que no son suyas como un partido devaluado (del que nunca ha renegado), ex gobernadores ladrones, desbandada de priistas descontentos y duartistas oportunistas que a pesar de él, se treparon a la fuerza a su carro.

Todo esto, sumado a las traiciones de quienes se dijeron sus incondicionales, dieron al traste con los ideales de quien hubiera sido un excelente gobernador.

Este lunes Pepe reconoció su derrota, asumió su responsabilidad por los resultados del PRI que calificó de “devastadores” y dio a entender que hará un impasse en su vida política. “No me verán alzando la mano para ocupar otro espacio que se abra en el partido” dijo.

Es natural, la herida está fresca y sangra profusamente.

Pero si el PRI quiere subsistir, deberá refundarse. No sólo cambiar hasta de nombre, sino valerse de cuadros jóvenes como José Yunes Zorrilla y mandar bien lejos a los que por años han medrado a sus costillas.

La época de los corruptos, ladrones, caciques e incluso asesinos que hicieron fuerte al PRI, debe desaparecer y dar paso a una nueva etapa donde predominen la honestidad y honradez de sus militantes.

Son cientos los que cumplen a cabalidad con ambas virtudes y ya va siendo hora que tomen las riendas del partido y expulsen a las rémoras.

El revolcón al PRI fue de antología al grado de que casi desapareció del mapa político veracruzano, por lo que urge una recomposición en todos los ámbitos y “replantear agenda, método y modelo para seguir siendo una opción y una alternativa frente a la sociedad veracruzana” según dijo el mismo Yunes Zorrilla.

Ya basta de bandidos descarados, dinosaurios lenguaraces, gordos impresentables y corruptos impunes en el tricolor.

Por su bien el PRI deberá refundarse. Y nadie como José Yunes apoyado en hombres de talento como Américo Zúñiga Martínez, para encabezar esa gran cruzada en Veracruz.

¿Por qué debe ser Pepe ese hombre? Porque conoce el estado y sus problemas, porque ha solucionado muchos de ellos, porque lo conocen los veracruzanos y saben de su capacidad política así como de su honradez y honestidad.

Darle las gracias y dejarlo que se vaya a su casa, sería un gravísimo error que el PRI lamentará siempre.

bernardogup@hotmail.com