La represión social hacia quienes tienen el valor de gritar los abusos del gobierno, comunidad o familia siempre ha existido, a casi 55 años de la masacre de los estudiantes no existe un solo detenido ni hay justicia para el pueblo mexicano. Usando mis derechos en los numerales 6 y 7 de la Constitución Federal y artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, comparto esta información.
El movimiento estudiantil del 68 fue de estudiantes de la UNAM y el IPN. Profesores, intelectuales, amas de casa, obreros, sindicatos y profesionistas en la Ciudad de México, y fue reprimido por el gobierno mexicano mediante la matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas. El genocidio se cometió en contra de una manifestación pacífica por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia, que pusieron en marcha la “Operación Galeana”, fraguada por el gobierno mexicano en contra del Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento; este conflicto inició el 22 de julio.
México era la sede de los Juegos Olímpicos que iniciarían el 12 de octubre, por lo que al gobierno le interesaba que la imagen de nuestro país fuera de paz y cordialidad. Hoy sabemos que Gustavo Díaz Ordaz prefirió mandar a matar a los estudiantes para que las Olimpiadas del 68 se llevaran a cabo sin protestas.
De acuerdo con información de la CNDH, la matanza de Tlatelolco en la Plaza de las Tres Culturas provocó la muerte de 300 personas; testimonios y sobrevivientes afirman que fueron más de 500. La misma dice que puede ser considerada como genocidio, que fue perpetuada por el gobierno de México en contra de los estudiantes y fue planeada estratégicamente con un alto grado de entrenamiento de las fuerzas armadas y un grupo paramilitar denominado el Batallón Olimpia. Hoy se conoce la verdad gracias a las investigaciones, declaraciones de sobrevivientes, testigos y vecinos del lugar.
Tres décadas después llegaron a medios de comunicación de manera anónima 35 fotografías inéditas de un misterioso remitente, que exhiben lo que ocurrió en el edificio Chihuahua el 2 de octubre de 1968 y muestran una perfecta coordinación entre las fuerzas armadas y los grupos paramilitares, quienes detuvieron, secuestraron, torturaron, asesinaron y vejaron a estudiantes; según fuentes, existen archivos oficiales y la documentación necesaria para saber quién cometió la matanza de Tlatelolco.
El Batallón Olimpia puso en marcha la “Operación Galeana”, hombres con elevada estatura, corpulentos, con los mismos zapatos, de corte militar, vestidos de civiles, todos ellos con un guante blanco en la mano izquierda y con una pistola del lado derecho de su cintura que se infiltraron entre los estudiantes; había helicópteros y de momento se empezaron a ver luces de bengala, era la señal para que los francotiradores que estaban en el techo del edificio Chihuahua comenzaran la matanza. Cientos de estudiantes universitarios y preparatorianos, maestros que iban con sus familias, público en general, empezaron a caer acribillados por los militares, policías y el Batallón Olimpia, este último empezó a detener a estudiantes, unos casi eran niños, adolescentes y mujeres, quienes les tapaban el rostro y los llevaban al edificio Chihuahua, donde los obligaban a quedarse en calzoncillos, estaban semidesnudos, los ponían con los brazos en alto y contra la pared, quien se atrevía a desafiar lo tundían a golpes hasta matarlo, los detenían para hacer creer que eran ellos los que habían disparado primero y que los militares repelieron la agresión, les sembraron todo tipo de armas; hoy se sabe que ninguno de los estudiantes llevaba algún tipo de arma.
La masacre continúa toda la noche, la Plaza Tlatelolco estaba cubierta con cientos de cuerpos de jóvenes estudiantes y de personas inocentes. Testigos de los hechos y medios de comunicación informaron que el gobierno mexicano sacó los cuerpos en camiones de basura, además los estudiantes que corrieron a esconderse a los edificios y pidieron ayuda a las casas sin ninguna orden oficial, los estudiantes fueron sacados a golpes y a otros les dispararon, matándolos ahí mismo; a otros los llevaron a la cárcel de Lecumberri.
La matanza del 2 de octubre del 68 fue la intolerancia del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz ante las manifestaciones de estudiantes inconformes con la forma de gobierno que regía en esos años. Queda claro que la represión social, los que luchaban por sus derechos eran asesinados. Esta matanza es “genocidio”, un delito muy grave y hasta la fecha nadie ha sido detenido ni sentenciado.
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