/ lunes 21 de mayo de 2018

Miedo de empresarios a Yunes Linares

La deuda que tiene el gobierno estatal con los empresarios veracruzanos no la contrajo la administración actual.

Es una carga que el gobierno de Javier Duarte heredó a quien lo sucedió en el cargo. Pero es deuda del estado y no de un particular a otros particulares.

En un principio se dijo que el adeudo era de 11 mil millones de pesos, pero el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pidió a los empresarios que depuraran bien sus cuentas, en el entendido de que si alguno se quería pasar de lanza se metería en líos con la justicia.

Gracias a esa depuración la deuda quedó en 5 mil millones (pesos más, pesos menos) que el gobierno estatal se ha negado a pagar, argumentando que esa lana se las quedó a deber Javier Duarte y por lo tanto deben cobrársela a él. Pero esto es falso porque los empresarios no le trabajaron a Duarte sino al Gobierno del Estado.

El calvario de los empresarios comenzó desde finales de 2015 y no termina. Varios han tenido que cerrar temporalmente y otros de plano quebraron.

Lo anterior es en parte, una de las causas del desempleo que padece la entidad y lacera a miles de veracruzanos.

De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal que realiza el INEGI, en el trimestre octubre-diciembre de 2017, todos los indicadores económicos fueron negativos y pusieron a Veracruz en una grave recesión económica de la que aún no sale.

En ese trimestre el crecimiento económico estatal fue de -3.2%, cuando la media nacional fue de 1.4%.

Lo que uno no se explica es por qué, si el gobierno federal le entregó al de Veracruz 113 mil millones de pesos de presupuesto para este año, no haya 5 mil millones para pagar a los empresarios. Una parte de ese dinero serviría para recontratar trabajadores y reactivar la alicaída economía.

Que no vaya a salir el gobernador con que con ese dinero se está pagando el hoyo financiero que dejó Javier Duarte porque eso no es cierto. Ese hoyo que era de 7 mil millones de pesos fue pagado íntegro por la Federación.

Gracias a ello el gobierno de Yunes Linares no tuvo que aumentar los impuestos ni ha tenido broncas para pagar a los burócratas.

Pero los empresarios no han recibido ni quinto por servicios que ya devengaron. ¿Es que acaso no piensan cobrar?

Uno de los agraviados me dijo que sí pero no: “Casi todos los empresarios de Veracruz le trabajamos al gobierno estatal, pero si presionamos al gobernador se puede enojar y menos nos va a pagar”.

“¿Acaso tus socios y tú no están sufriendo por esta situación?”, le pregunté. “Claro que sí, en lo personal estoy casi quebrado y el problema ha repercutido en mi salud, con mis hijos, con mi esposa y no se diga con mis trabajadores a los que, literal, no tengo para pagarles. Pero hacer enojar al gobernador sería fatal para nosotros”, me contestó.

Me quedé frío con la respuesta. ¿Tanto miedo tienen a cobrar (que no a limosnear) lo que por derecho les corresponde?

Si así piensan todos los hombres de empresa locales, qué mal están. Qué tristeza por ellos ya que irremediablemente cerrarán sus negocios; pero más tristeza por los empleados que se quedarán sin trabajo y al garete.

Cuesta trabajo creer en pasividad tan reprobable. Pero todo sea por no hacer enojar al señor gobernador.

bernardogup@hotmail.com

La deuda que tiene el gobierno estatal con los empresarios veracruzanos no la contrajo la administración actual.

Es una carga que el gobierno de Javier Duarte heredó a quien lo sucedió en el cargo. Pero es deuda del estado y no de un particular a otros particulares.

En un principio se dijo que el adeudo era de 11 mil millones de pesos, pero el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares pidió a los empresarios que depuraran bien sus cuentas, en el entendido de que si alguno se quería pasar de lanza se metería en líos con la justicia.

Gracias a esa depuración la deuda quedó en 5 mil millones (pesos más, pesos menos) que el gobierno estatal se ha negado a pagar, argumentando que esa lana se las quedó a deber Javier Duarte y por lo tanto deben cobrársela a él. Pero esto es falso porque los empresarios no le trabajaron a Duarte sino al Gobierno del Estado.

El calvario de los empresarios comenzó desde finales de 2015 y no termina. Varios han tenido que cerrar temporalmente y otros de plano quebraron.

Lo anterior es en parte, una de las causas del desempleo que padece la entidad y lacera a miles de veracruzanos.

De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal que realiza el INEGI, en el trimestre octubre-diciembre de 2017, todos los indicadores económicos fueron negativos y pusieron a Veracruz en una grave recesión económica de la que aún no sale.

En ese trimestre el crecimiento económico estatal fue de -3.2%, cuando la media nacional fue de 1.4%.

Lo que uno no se explica es por qué, si el gobierno federal le entregó al de Veracruz 113 mil millones de pesos de presupuesto para este año, no haya 5 mil millones para pagar a los empresarios. Una parte de ese dinero serviría para recontratar trabajadores y reactivar la alicaída economía.

Que no vaya a salir el gobernador con que con ese dinero se está pagando el hoyo financiero que dejó Javier Duarte porque eso no es cierto. Ese hoyo que era de 7 mil millones de pesos fue pagado íntegro por la Federación.

Gracias a ello el gobierno de Yunes Linares no tuvo que aumentar los impuestos ni ha tenido broncas para pagar a los burócratas.

Pero los empresarios no han recibido ni quinto por servicios que ya devengaron. ¿Es que acaso no piensan cobrar?

Uno de los agraviados me dijo que sí pero no: “Casi todos los empresarios de Veracruz le trabajamos al gobierno estatal, pero si presionamos al gobernador se puede enojar y menos nos va a pagar”.

“¿Acaso tus socios y tú no están sufriendo por esta situación?”, le pregunté. “Claro que sí, en lo personal estoy casi quebrado y el problema ha repercutido en mi salud, con mis hijos, con mi esposa y no se diga con mis trabajadores a los que, literal, no tengo para pagarles. Pero hacer enojar al gobernador sería fatal para nosotros”, me contestó.

Me quedé frío con la respuesta. ¿Tanto miedo tienen a cobrar (que no a limosnear) lo que por derecho les corresponde?

Si así piensan todos los hombres de empresa locales, qué mal están. Qué tristeza por ellos ya que irremediablemente cerrarán sus negocios; pero más tristeza por los empleados que se quedarán sin trabajo y al garete.

Cuesta trabajo creer en pasividad tan reprobable. Pero todo sea por no hacer enojar al señor gobernador.

bernardogup@hotmail.com