Los feminicidios van en aumento, ya que la violencia contra las mujeres no cede, no ve estatus social, edad ni color de piel, las cifras son alarmantes, lastimosas y causan temor.
Es importante hablar con conocimiento y realidad, ya que los familiares y la sociedad piden justicia por las víctimas, y se debe empezar por reconocer cuándo es feminicidio, cada muerte violenta de mujeres debe investigarse desde un inicio como feminicidio, así lo ordena el “Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de muertes violentas de mujeres por razones de género”, ya que el feminicidio tiene siete razones de género, además debe investigarse con perspectiva de género.
Los casos en que se aplicaría el “Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de muertes violentas de mujeres por razones de género”. Se aconseja aplicar las directrices del modelo de protocolo de manera sistemática frente a todos los casos de muertes violentas de mujeres, puesto que detrás de cada muerte puede existir un feminicidio, aunque al inicio no haya sospecha de criminalidad.
Por ejemplo, los casos de suicidios de mujeres deben ser investigados bajo las indicaciones de este modelo de protocolo por tres razones fundamentales.
En primer lugar, muchos suicidios son consecuencia de la violencia previa que han sufrido las mujeres. En segundo término, los suicidios son una forma habitual de ocultar un homicidio por parte de su autor, presentando la muerte de la mujer como un suicidio o muerte accidental.
En tercer lugar, pueden ser un argumento usado por las personas a cargo de la investigación criminal para no investigar el caso y archivarlo como suicidio. En los casos de muertes de mujeres aparentemente accidentales, la prudencia exige aplicar el Modelo de Protocolo ante el más mínimo indicio o duda de que se pueda estar frente a una muerte violenta.
En ningún caso su aplicación impide la investigación general de los hechos sino que, por el contrario, permite identificar los hechos y asociarlos a un eventual contexto feminicida. El Modelo de Protocolo puede ser aplicado en casos de muerte reciente, así como en casos de muerte más remota.
Cuando la investigación se inicia tiempo después de haberse cometido el feminicidio, algunos de los signos e indicios no podrán ser identificados en el cuerpo de la víctima, ni en los escenarios donde ella se encontraba, puesto que habrán desaparecido o habrán sido modificados. Lo importante es partir del supuesto que los elementos asociados a los feminicidios pudieran haber estado presentes y que algunos de ellos puedan seguir estando presentes.
Los objetivos de dicho Modelo de Protocolo son: proporcionar orientaciones generales y líneas de actuación para mejorar la práctica de las operaciones de justicia, expertos forenses y cualquier personal especializado, durante la investigación y el enjuiciamiento de las muertes violentas de mujeres por razones de género, a fin de que se sancione a los responsables y se repare a las víctimas indirectas.
Promover la incorporación de la perspectiva de género en la actuación de las instituciones a cargo de la investigación, sanción y reparación de las muertes violentas de mujeres, como son la policía, el ministerio público, la fiscalía forense y todos los organismos judiciales que tengan que ver en el feminicidio.
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